No hace falta que os diga que la
tendencia de la sociedad actual es la obesidad, ¿verdad? Algo muy preocupante.
Cada vez veo niños más jóvenes obesos, y adultos, que tampoco se libran de
la tendencia. Sedentarismo, mala alimentación… Y parece que nos da igual. La
mayoría de gente lo toma sólo como algo estético. Creo que no somos conscientes
de que la obesidad es una enfermedad muy peligrosa.
Pero, bueno, poco a poco, la
gente va tomando consciencia del problema e intenta ponerle solución. Pero, ¿es
la solución correcta? Analicemos lo que la mayoría de gente hace cuando quiere
perder peso: visitar a un endocrino o nutricionista, cambiar totalmente sus
hábitos alimenticios y apuntarse al gimnasio… No. Esto es lo que se debería de
hacer, pero la gente tiende a seguir con su vida sedentaria y a confiar
ciegamente en los productos llamados light.
Y, de entre todos estos productos, los que se llevan la palma, los reyes,
son los refrescos.
Sí, estos refrescos light, diet o zero hace años que están desbancando a cualquier otro tipo de
bebida. La gente está muy cegada con toda la publicidad mediática que se le ha
dado a este tipo de bebida y piensa que son milagrosas, que van ha hacer que
pierdan peso simplemente porque tienen cero calorías. De ahí esas escenas tan
curiosas de gente llenando pizzerías y hamburgueserías que están tan tranquilos
porque acompañan sus cenas repletas de grasas saturadas con un refresco light.
Hoy voy a intentar romper el
mito de este tipo de bebidas. Voy a intentar que entendáis que son la peor alternativa que se puede escoger.
Sí, como lo oís, aunque también son muy malos (de esto os hablaré en otro
post), es mucho mejor que bebáis un refresco azucarado que uno light.
Durante los últimos años se han
publicado numerosos estudios alertando
sobre el peligro que conlleva para nuestra salud el consumir bebidas bajas en
calorías elaboradas a base de edulcorantes. Estas bebidas, en contra de lo
que piensa la gran mayoría de la población, pueden provocar graves problemas.
Ante todo quiero comunicaros los
resultados de un estudio realizado por una prestigiosa universidad
estadounidense. En este estudio se comparó durante años la evolución de un
grupo de personas que tomaban regularmente refrescos light con otro grupo que tomaban refrescos normales. Tras esta
comparación se vio que el grupo que
consumía refrescos edulcorados aumento su peso un 70% más que el grupo que
consumía refrescos normales.
Sorprendente, ¿verdad? Pues es
así. ¡Los refrescos light engordan! Ahora habrá muchos pensando “pero,¿por qué? Si tienen cero calorías”. Es muy sencillo, a parte de mirar la etiqueta
de todo lo que compramos en el supermercado, para perder peso también hemos de
saber qué efectos tiene lo que vamos
a consumir en nuestro organismo. En este caso, los edulcorantes utilizados para
bajar la cantidad de azúcar y las calorías de estos refrescos no tienen el
efecto que nos venden por la televisión.
Por si no lo sabéis, los
edulcorantes, aunque no aportan calorías, dan un sabor más dulce de lo normal
al alimento. Por otro lado, nuestro cuerpo contabiliza las calorías que
consumimos en base a lo dulce que es el alimento. Así, los edulcorantes de
estos refrescos van a engañar a nuestro organismo haciéndole pensar que ha
consumido una gran cantidad de calorías. Pero estas calorías no se han
consumido realmente, por lo que se crea un efecto rebote muy importante.
Nuestro cuerpo va a demandar esas calorías y, como los alimentos que consumas no
le van a parecer lo suficientemente dulces (lo comparará con esos
edulcorantes), nos pedirá que comamos más cantidad y más dulce. Puede llegar,
incluso, a provocarnos estados de
ansiedad. Y, ¿cómo solemos combatir estos estados? Comiendo.
Ahora que ya os he convencido, o
eso espero, de que las bebidas light no
son lo que nos venden por la televisión. Que no ayudan para nada a controlar el
peso, vamos a hablar de problemas más graves.
En la última conferencia
internacional sobre Ictus, se presentó un estudio que relaciona el consumo de bebidas light con un incremento del 60% de posibilidades de sufrir
problemas cardiovasculares.
Pero este no es el único estudio
que se ha realizado sobre el consumo de este tipo de bebidas. También se han
realizado estudios epidemiológicos en los que se asocia el consumo regular de este tipo de bebida con un mayor riesgo
de contraer diabetes de tipo 2. En la comparativa que se realizó para este
estudio, se comprobó que las personas que consumen refrescos light tienen un 50% más de posibilidades
de contraer esta enfermedad que las personas que consumen refrescos normales.
Comparados con las personas que no consumen ningún tipo de refrescos las
posibilidades aumentan un 130%.
Por otro lado, las bebidas
confeccionadas con edulcorantes tienen un alto contenido en fósforo. “Pero, ¿el fósforo no es bueno?” dirán
muchos ahora. A ver, consumido con moderación sí, es muy positivo. Pero si lo
consumimos en exceso puede acarrear problemas
de desmineralización ósea. Esto hay que tenerlo muy en cuenta, sobre todo
las mujeres, que ya tenemos una tendencia natural a la desmineralización
(osteoporosis). A esto se añade el problema estético de que disuelve el esmalte
de los dientes.
También he de comentaros que
este tipo de bebidas no aporta ningún tipo de nutriente a nuestro organismo. No
son necesarias. ¿Queréis una bebida de cero calorías, que ayude a mantener
vuestro organismo en equilibrio, mantenga vuestras articulaciones sanas y
aporte infinitos beneficios a vuestro organismo? Esa bebida existe. La mejor de
todas. El agua.
Como veis, consumir refrescos light no adelgaza, muy al contrario,
hace comer más, hace ganar peso, hace ganar centímetros, y, lo peor, pone en
peligro nuestra salud. Pensadlo, ¿queréis seguir tomando este tipo de bebidas?
Si queréis un buen consejo, para
perder peso no busquéis milagros, no confiéis en nada que os diga cualquier
persona y, mucho menos, en los que os diga la televisión (recuerdo que la
finalidad de lo que vemos anunciado en este aparato es la de que las empresas
anunciantes ganen dinero, no les importa para nada vuestra salud). Poneos en
manos de profesionales de la alimentación, cambiad vuestros hábitos, bebed
mucha agua y, cómo no, buscad una actividad física que os motive. Notaréis los
resultados antes de lo que creéis y, además, disfrutaréis de una buena salud. J
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