Durante los años que llevo
dedicándome al fitness y la actividad física son muchas las alumnas que se han
quedado embarazadas. Todas ellas acuden a mí con las mismas preguntas: “Divi, ¿tengo que dejar de entrenar?”,
“¿puedo seguir haciendo clases?”, “¿tengo que dejar de hacer pesas?”. Y mi
respuesta, como no, siempre la misma: por supuesto que podéis seguir haciendo
deporte, no tenéis por qué dejar de entrenar.
Parece mentira, aunque
la sociedad avanza a pasos agigantados, mucha gente sigue anclada en los años
60 en lo que respecta al embarazo. Muchísima gente trata a la mujer embarazada
como si sufriese alguna enfermedad paralizante. Piensan que una mujer
embarazada ha de quedarse bien quieta y dedicarse a comer. Gran error, amigos,
una mujer embarazada sigue siendo una persona con plena capacidad para realizar
cualquier actividad, a no ser que sufra algún tipo de riesgo, pero éstas son
una minoría, y es el médico el que se encargará de decirle que pare.
Por el contrario, realizar
alguna actividad física durante los meses de gestación va a aportar grandes beneficios a la mujer, ya que
la práctica de ejercicio durante estos meses hace que el cuerpo esté
más preparado favoreciendo el parto, palía los dolores lumbares que todas
sufrís durante el último trimestre de gestación, previene la aparición de
diabetes gestacional, ayuda a que vuestro peso no aumente más de lo necesario,
mejora el crecimiento de la placenta, estimula la circulación sanguínea (lo que
hace que disminuyan los calambres y la hinchazón de pies que aparecen durante
los últimos meses), aumenta la energía y sube la moral.
Como veis, realizar ejercicio
durante el embarazo es muy beneficioso. Eso sí, hay que saber lo que se hace y
cómo. Hoy os voy a dar unos pequeños consejos para que podáis disfrutar del
deporte durante esos meses tan especiales.
El primer consejo que os voy a
dar es que os pongáis en manos de profesionales. El primero, por supuesto, el ginecólogo. Él os hará las
pruebas necesarias para saber si hay algún tipo de riesgo (hematoma,
desprendimiento…). Si vuestro ginecólogo considera que vuestro embarazo es
seguro y queréis hacer ejercicio, no lo hagáis por vuestra cuenta, dejaos
asesorar por un profesional. Aunque estéis acostumbradas a correr, a nadar, a
trabajar con pesas, etc., vuestro entrenamiento
ha de sufrir modificaciones. ¿Por qué? Fácil:
-
Primero, porque desde el primer día de embarazo vuestro cuerpo va a sufrir cambios importantes. Durante el primer
trimestre no notaréis el peso del feto ni ningún cambio especial, pero los hay.
Además es el período de mayor riesgo de aborto, por lo que hay que bajar la
intensidad del entrenamiento. A partir del segundo trimestre el riesgo de
aborto disminuye, pero el tamaño del vientre comienza a aumentar, por lo que se
han de modificar las posiciones del cuerpo para el entrenamiento (sobre todo en
el entrenamiento con pesas). El tercer trimestre es en el que más vamos a notar
los beneficios de la actividad física pero los impedimentos físicos son
mayores, por lo que se tiene que volver a modificar la manera de entrenar,
tanto la posición del cuerpo como la intensidad.
-
Segundo, porque vuestro cuerpo va a segregar elastina, una hormona que aumenta la elasticidad de los tejidos (imprescindible
para que el útero adquiera el tamaño necesario). Pero esta hormona no se
segrega sólo en el útero, se segrega por todo el cuerpo, por lo que vuestros
tendones y ligamentos van a estar muy laxos durante este período, aumentando el
riesgo de sufrir lesiones como, por ejemplo, luxaciones, si un ejercicio está
demasiado forzado o poco controlado.
-
Tercero, porque a partir de la semana 20 el peso del útero aumenta considerablemente por lo que, si se
realizan ejercicios decúbito supino (boca arriba) se puede producir una
disminución del flujo sanguíneo y provocar mareos y desvanecimientos.
Por otro lado, si nunca habéis realizado ninguna actividad
y queréis comenzar durante el embarazo, sólo un buen profesional os dirá cómo
hacerlo. No podéis empezar ninguna actividad durante este período como si nada.
Se ha de empezar poco a poco y, siempre bajo una buena supervisión.
Como veis todo cambia, y sólo un
profesional del campo en el que os mováis sabrá deciros lo que tenéis que hacer
y cómo hacerlo para poder seguir disfrutando de vuestro deporte preferido
durante estos meses.
También os tengo que aconsejar
que bajéis el ritmo de vuestro
entrenamiento. Este no es el momento para competir con nadie ni en
velocidad, ni en resistencia, ni en fuerza. Es el momento de disfrutar haciendo
deporte.
Si vuestro deporte implica algún
tipo de contacto (artes marciales, rafting, escalada…) os tengo que pedir
que aparquéis durante estos meses vuestra disciplina, que la cambiéis por otra
especialidad. Es muy malo sufrir golpes durante el embarazo y en este tipo de
deporte es imposible evitar los golpes al 100%. Recordad vuestro objetivo,
disfrutar del deporte. Lo lograréis si evitáis los riesgos.
Cómo no, algo que digo a todas
horas, escuchad vuestro cuerpo.
Notaréis cambios casi a diario, y cada día tendréis sensaciones muy distintas a
las del día anterior. Comentadle a vuestro entrenador o preparador, al
profesional que hayáis escogido, vuestras sensaciones. Habrá días que os
notaréis con energía para entrenar como os toca, pero habrá días que estaréis
más cansadas. Vuestro preparador os aconsejará si es bueno que entrenéis
(bajando el ritmo, eso sí), o si es mejor que descanséis ese día. A este
respecto también habéis de tener en cuenta que cada persona es un mundo. No os comparéis nunca con nadie. Puede
que vuestra compañera de la clase de preparto se haga todos los días 5 km . corriendo y que después
vaya al gimnasio a hacer una rutina de pesas, y que lo esté haciendo hasta el
mismo día del parto. No queráis ser como ella. Hay personas que pueden estar
activas hasta el último momento y hay personas que han de parar mucho antes. Lo
dicho, escuchad vuestro cuerpo, él es inteligente y os dirá exactamente lo que
necesita.
También habéis de tener mucho cuidado con la temperatura corporal.
Durante la actividad física nuestra temperatura aumenta. Vosotras no debéis
dejar que la vuestra aumente demasiado, ya que puede ser nocivo para el feto.
Lo aconsejable es que no aumentéis las pulsaciones por encima del 70% de
vuestra frecuencia cardíaca máxima. Y, esto lo digo sobre todo para las que
entrenáis en la sala de pesas, no os quedéis en apnea (sin respiración). Bajad
las cargas de manera que podáis moverlas con comodidad, respirando
correctamente (cogiendo aire en la fase de bajada y soltándolo en la de
subida). ¡No cortéis el ritmo de respiración jamás!
Y un último consejo, pero no por
ello el menos importante: durante estos meses no hagáis ejercicio con la finalidad de bajar peso. Pensad que vais
a aumentar de peso sí o sí, pero que ello no significa que estéis gordas.
¡Estáis embarazadas! Durante estos meses realizad ejercicio para encontraros
bien, para disfrutar del deporte por el deporte.
Como veis, no tenéis por qué dejar de disfrutar de lo que más os
gusta simplemente porque estáis embarazadas. Bien al contrario, vuestra
actividad preferida puede hacer que disfrutéis todavía más de estos meses tan
especiales. Pensad que es lo primero que hacéis con vuestro hijo, lo primero
que compartís. ¡Disfrutadlo! J
No hay comentarios:
Publicar un comentario