En los tiempos que vivimos de
estrés, de no tener tiempo, de “para
cinco minutos que tengo, no los voy a perder cocinando”, de comida rápida,
de las conocidas como comida basura… Es
muy normal ver cómo la gente se va tapando con una capa de grasa. Una grasa
indeseada, una capa que sin darnos cuenta va a aumentando haciendo caer nuestra
autoestima por los suelos. No es de extrañar, pues, que la palabra dieta
se esté convirtiendo en una de las más pronunciada de los últimos tiempos y,
sin duda, una de las peticiones estrella en gimnasios y consultas médicas
cuando se acerca el verano.
Dieta. Algo muy demandado pero a la
vez muy temido: “sé que voy a pasar
hambre, pero tengo que hacerlo”, o, como si fuese lo peor que nos puede
pasar “este fin de semana voy a darlo
todo que el lunes empiezo la dieta”. Y a las pocas semanas, la decepción de
no perder el peso que querías te hace abandonar. Y si has perdido lo que la
dieta te prometía, lo más seguro es que sufras la humillación de recuperar en
poco tiempo lo perdido o, mucho peor, recuperar más peso del perdido.
Todo esto ocurre porque,
sinceramente, la gente tiende a tener un concepto muy equivocado de lo que es
una dieta, la enfoca mal, confía en cualquier cosa debido a la desesperación
por perder peso… Por eso hoy voy a hablaros de las dietas, voy a daros unos
consejos básicos para que podáis seguir una dieta totalmente efectiva, con la
que perder lo que sobra sin recuperarlo.
El primer error que se suele
cometer es pensar que la dieta sólo se
hace cara al verano. No. El sobrepeso y la obesidad pueden acarrear graves
problemas de salud. No hemos de pensar en una dieta como en algo que nos va a
hacer lucir bien el bañador. Hay que empezar a cambiar la mentalidad ya. La
dieta es algo que va a hacer que nos encontremos bien por dentro. Algo que, sin
duda, se notará por fuera. Así es que, si notáis que os sobran unos
centímetros, no esperéis a Mayo del año que viene, no esperéis siquiera al
lunes, comenzad la dieta ya, en cuanto la tengáis en la mano. Y, sí, se pueden
empezar dietas en pleno verano. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los
resultados reales, los buenos, los que van a hacer que no recuperemos los
centímetros perdidos, son a largo plazo. Todas esas dietas milagrosas que te
venden resultados espectaculares en pocas semanas son en realidad dietas trampa. A parte de poder poner
en peligro vuestra salud, tienen un efecto
rebote muy grande, es decir, no tardaréis en recuperar el peso perdido… O
más.
Otro gran error es pensar voy a
pasar hambre. Si una dieta te hace pasar hambre no la hagas, seguro que
se trata de una de las dietas trampa que he nombrado antes. Para ser efectiva
una dieta ha de tener un mínimo de cinco
comidas bien repartidas a lo largo del día, en las que se ha de comer de
todo: hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y grasas (sanas) en la justa medida. Todo es necesario para que nuestro organismo funcione correctamente y esté
sano. Así, dejad de pensar en una dieta como en algo que os va a matar de hambre,
no. Una dieta es algo que os ha de enseñar cómo alimentaros para estar bien.
Éste es uno de los peores
errores que se comenten: voy a hacer la dieta que está haciendo
Fulano, que ha perdido ya X kilos. ¡¡CUIDADO!! Vamos a tener en cuenta
que cada persona es un mundo. Cada uno tiene una envergadura única, cada uno
tiene unas condiciones de salud únicas, cada uno realiza actividades físicas
diarias distintas a las de los demás, cada uno realiza un trabajo distinto al
de los demás… Todo esto, TODO, ha de ser tenido en cuenta cuando se os haga una
dieta. Me da igual que la dieta la escriba un famoso doctor, me da igual que la
haya diseñado el preparador físico del famoso de turno y se publique en todas
las revistas pregonando lo bien que le ha ido, me da igual se la hayan mandado
a tu vecino del quinto y le haya ido muy bien… La dieta que te va a ir bien a
ti sólo tiene un nombre, el tuyo. Con esto quiero decir que tú no eres tu
vecino del quinto, ni mucho menos eres el famoso de turno que sale en las
revistas, lo que les han prescrito a ellos puede no ser muy bueno para ti, y
que al famoso doctor que escribe un libro, no le preocupa si tienes
hipertensión, o si sufres diabetes, ni si tu trabajo es muy activo o
sedentario, le da igual si vas al gimnasio o te pasas la tarde tumbado en el
sofá. Sólo le preocupa llenarse el bolsillo vendiendo libros.
El mejor consejo que os puedo
dar a este respecto es que os pongáis en
manos de un especialista. Y cuando digo especialista no me refiero al
médico de cabecera. Los médicos de cabecera suelen dar dietas tipo, es decir,
básicas. Completas, sí, pero estamos en el mismo caso, le dará la misma dieta a
cualquiera que le pregunte. Me refiero a que os pongáis en manos de un endocrino o un nutricionista. No os fiéis
de cualquiera que se crea saber lo que hace simplemente porque lee muchas
revistas de nutrición y deporte, se dejará llevar por las modas, que suelen
hacer que las dietas estén muy descompensadas en algún macronutriente, y las
dietas no son moda, son salud. O, una vez más, te copiará la dieta del
deportista del momento sin tener en cuenta que tú no eres ese deportista. Sólo
los endocrinos y nutricionistas te harán un estudio completo, te medirán y te
harán TU DIETA. Una dieta que te hará sentir bien, te sentará bien, te educará
y te funcionará.
Cómo no, os tengo que aconsejar
que complementéis la dieta con actividad física.
No sólo notaréis antes los resultados, sino que, además, los resultados serán
mucho mejores. Una dieta acompañada de sedentarismo os puede hacer perder
centímetros, sí, pero no sólo será un proceso muy lento, el cuerpo se quedará
flácido, flojo. Seguro que más de uno se lo ha imaginado y ha puesto cara de
disgusto, ¿verdad? Por lo general, cuando decidimos hacer dieta, el objetivo no
es sólo perder centímetros, sino quedarnos firmes, ¿no? Duros. Esto se logra
con el ejercicio. Salid a correr, en bicicleta, id a nadar, apuntaos a un
gimnasio… Cuando empecéis a ver los resultados me lo agradeceréis.
Con el siguiente consejo seguro
que muchos se llevan las manos a la cabeza: no os peséis. Aparcad la báscula y no os obsesionéis con el peso.
Hacer dieta no se trata de perder peso, se trata de perder centímetros.
Centímetros de grasa. Los que sobran. Si hacéis las cosas conforme os estoy
diciendo para que los resultados sean buenos (hacer una dieta llevada por
profesionales y complementarla con deporte) os podéis llegar a asustar porque
es muy probable que ganéis peso. Al tonificar los músculos, éstos pesan más y
la grasa que se pierde no pesa a penas, aunque abulta mucho. Para que lo veáis
de una manera gráfica: imaginaos un kilo de esponjas y un kilo de piedras de
río. Pesan lo mismo pero, ¿qué ocupa más espacio? Lo ponemos todo (2kgs) en una
bolsa. Las esponjas serían nuestra grasa corporal, las piedras el músculo.
Gracias a la dieta y al deporte logramos perder grasa, digamos que quitamos
cinco esponjas, pero tonificamos músculo, digamos que ponemos dos piedras…
Podrás ver que la bolsa abulta menos, ¿no? Pero pésala. Seguro que pesa algo
más. Esto es, a grosso modo, lo que pasa con nuestro cuerpo al combinar
adecuadamente dieta y actividad física.
A esto se suma la obsesión de
llegar a un peso. Hay mujeres que quieren llegar a pesar 52 kgs. pese a quien
le pese. Si os empeñáis en un peso y día a día veis que no llega, e incluso que pesáis más, os
llegaréis a desilusionar y lo abandonaréis todo. Pensad que no existe el peso ideal. Para mí existe
una forma ideal que sería un cuerpo delgado, pero no flaco, tonificado, no
flácido. Pese lo que pese ese cuerpo me da igual. Mucha gente se sorprende al
saber que peso 60 kgs. Se piensan que peso mucho menos porque no me sobran
centímetros. Y estoy feliz con ese peso porque es un peso sano. De eso se
trata… En serio, dejad el pesaje para cuando os toque cita con vuestro
endocrino o nutricionista. Viviréis más relajados.
Por último, como no, aconsejaos paciencia. La buena dieta no da
resultados de una semana a otra. La buena dieta va poco a poco pero los
resultados se mantienen toda la vida, y por supuesto sed constantes, aunque veáis que va poco a poco no os rindáis,
seguid adelante. No os arrepentiréis.
Como veis no es difícil. Sólo es
necesario querer hacer las cosas bien, querer ver resultados a largo plazo,
querer llevar una vida sana… Como se dice por ahí, querer es poder y, sí, así
es. Visitad a un buen especialista, escoged una actividad que os
guste, o varias, y… ¡¡A disfrutar de una vida sana!! J
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