¿Os gusta el café? A mí sí,
mucho. Y no sólo a mí. Estoy segura de que si ahora mismo levantásemos la mano
los que nos consideramos cafeteros,
nos sorprenderíamos a nosotros mismos de ver la gran cantidad que hay. No por
nada el café es la bebida aromática más consumida a nivel mundial.
Quizá también por eso sea una de
las bebidas más estudiadas de la historia. Desde que se descubrió en el S IX,
el café ha creado mucha controversia sobre sus efectos, ya que siempre ha
habido gente que ha pensado que es muy perjudicial para la salud y gente que ha
pensado todo lo contrario.
Teniendo en cuenta que el café
tiene más de 300 sustancias beneficiosas y antioxidantes, podemos decir que
tenemos razón los que pensamos que el café no es malo, y, de hecho, así lo
dicen también los estudios más recientes. Por supuesto, como todo en este
mundo, el café puede tener efectos nocivos para nuestra salud, pero está
demostrado que tiene muchos más beneficios.
A continuación os voy a enumerar
unos pocos de los beneficios del café. Sólo unos pocos, los más importantes
para mí. Ya me diréis si os convence o no…
* Reduce el riesgo de contraer diabetes de tipo 2 debido a que los
componentes del café ayudan a disminuir la concentración de azúcar en sangre.
Estudios recientes dictaminan que beber entre 3 y 4 tazas de café diarias puede
reducir el riesgo a contraer diabetes hasta en un 30%.
* Mejora el asma y otras alergias respiratorias debido a que la
cafeína dilata los bronquios. De hecho, hoy en día, la cafeína es una de las
principales sustancias de los fármacos que combaten los problemas
respiratorios.
* Previene la formación de cálculos porque es diurético, esto hace
que eliminemos más orina desechando minerales que se podrían acumular formando
cálculos.
* Reduce el dolor de cabeza. El dolor de cabeza, por lo general, se
debe a una tensión que se crea en los vasos sanguíneos del cerebro. El café
puede dilatarlos mitigando el dolor.
* Da energía. Como todos sabemos, la cafeína estimula es sistema
nervioso. Hay estudios que afirman que esta estimulación facilita la
coordinación, mejora el estado de ánimo y motivación y disminuye el cansancio.
* Previene la caries. Sí, como lo oís, la cafeína ayuda a prevenir la
caries ya que evita el crecimiento de bacterias en la boca. Por este mismo
motivo, y en contra de lo que la mayoría de gente piensa, combate la halitosis (mal aliento). Eso sí, esto se logra sólo con
el extracto puro de cafeína, lo que quiere decir que este beneficio se obtiene
sólo si tomamos el café sin leche ni azúcar.
* Por otro lado, también en
contra de la creencia popular, el café
ni provoca úlceras y afecta al embarazo. Uno de los casos en los que sí que
esta contraindicado el consumo de café es en personas que tengan problemas gastrointestinales.
El café es una sustancia ácida que hace que, al consumirla, aumente nuestra
producción de jugos gástricos agravando cualquier lesión gastrointestinal que
exista. Por otro lado, está probado que, durante el embarazo, el consumo de
hasta 2 tazas de café diarias no tiene ningún efecto negativo.
Como ya he dicho estos son sólo
unos pocos de los efectos positivos de este delicioso elixir que nos alegra más
de un momento al día. Hay muchos otros, e incluso algunos de mayor importancia
como que puede ayudar a prevenir enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer
e, incluso, algunos tipos de cáncer. Pero ya que estos estudios todavía están
abiertos, sin conclusión cerrada, prefiero no asegurarlo tajantemente, por si
acaso.
Ahora viene una gran duda: ¿si
tomo el café descafeinado tengo los mismos beneficios? Lo siento mucho pero la respuesta es no.
Los beneficios del café se los
proporciona la cafeína, es aquí donde están todas las sustancias beneficiosas
para nuestro organismo. Aunque es imposible sustraer toda la cafeína del café,
los procesos a los que se somete para poder descafeinarlo logran quitarle entre
un 85% y un 95% de su cafeína original. Comprenderéis que esta disminución hace
que los beneficios en el café descafeinado sean mucho menores, ¿no?
Ahora, no penséis que voy a
decir sólo lo bueno del café. Por supuesto, como todo, el café también tiene su
lado malo. Su consumo excesivo puede aumentar la frecuencia cardiaca, producir
palpitaciones, aumentar la tensión arterial, causar irritabilidad, insomnio,
ansiedad, temblores y, llegando al extremo, puede provocar incluso náuseas y
vómitos.
Como veis, una vez más se cumple
aquello de que “todo en exceso es malo”.
Por muchos beneficios que tenga la cafeína, hemos de consumirla con moderación.
Y por esto surge otra gran pregunta: ¿cuántos cafés al día son “muchos cafés”?
Aquí he de volver a repetir una de mis frases preferidas: cada persona es un
mundo.
Para una persona que toma 3
cafés al día, tomar 4, 5 ó 6 será tomar muchos. Pero para una persona que no
toma ninguno o toma uno al día, tomas 2 ó 3 ya sería demasiado. Todo dependerá
de lo acostumbrado que esté tu organismo a la cafeína y de los efectos que te
produzca (hay gente que, si toma 2 cafés al día, no puede dormir por la noche).
A parte de esto, los estudios coinciden en que un consumo moderado de cafeína supone la tomar entre 2 y 3 cafés al día.
Ahora que sabéis todo esto sobre
el café, estoy segura de que haréis oídos sordos a aquellos que os dicen “no tomes tanto café que es malo” cuando
vas por tu tercera taza del día, y de que dejaréis de preguntaros “¿no estaré tomando demasiado café?”
porque te has dado cuenta de que tomas 3 ó 4 tazas al día. Ya sabéis, tomado
con moderación podremos disfrutar de su inigualable aroma y su intenso sabor
toda la vida.
¿Os apetece un café? ¡¡A mí
sí!! J
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