Cada vez son más las personas
que han de pasar por quirófano para quitarse alguna vena varicosa. Y no vayáis
a pensar que sólo somos las mujeres las que sufrimos este problema. Los puestos
de trabajo, el ritmo de vida, etc., hacen que cada vez más hombres tengan varices, un problema no sólo estético, sino que puede tener graves
consecuencias para nuestra salud.
Sí, por desgracia, un porcentaje
muy importante de la población sufre y sabe lo que son las varices, pero, ¿por
qué salen?, ¿hay alguna manera de frenar su desarrollo?, ¿podemos hacer que
desaparezcan?
Éstas son las principales
preocupaciones de la gente con varices. Por eso, hoy en el post, voy a daros la
información necesaria para que sepáis qué provoca esta enfermedad y cómo
evitarla (si no la sufrís), o como frenarla (si la sufrís).
Para empezar, os hablaré en
grandes rasgos de cómo funciona la circulación sanguínea en nuestro cuerpo.
Todos sabemos que es el corazón el principal encargado de la circulación
sanguínea. Es él el que bombea sangre oxigenada a todo el cuerpo, haciendo que
cada tejido de nuestro organismo obtenga el oxígeno necesario para realizar sus
funciones. Esta sangre recoge el
dióxido de carbono resultante de estas funciones y vuelve al corazón. Éste
envía esta sangre sucia a los
pulmones, donde se oxigena y vuelve al corazón para poder ser enviada de nuevo
a todo el cuerpo.
La sangre fluye por arterias,
arteriolas, venas, vasos, capilares…, para poder llegar a cada rincón de
nuestra anatomía. Ahora, si pensamos en nuestra disposición anatómica, podemos
ver que la sangre que va hacia las
piernas ha de recorrer un camino muy largo y difícil de vuelta al corazón.
Es difícil porque la sangre se ha de mover en contra de la gravedad. Como la
fuerza de las paredes de nuestras venas no es suficiente para que el retorno
venoso desde las piernas sea efectivo, todos los tubos por los que circula la
sangre en nuestras piernas están dotados de unas válvulas que ayudan a impulsar la sangre hacia arriba.
Si por algún motivo alguna de
estas válvulas se estropea, el flujo sanguíneo de retorno se hace más difícil,
se frena. La vena digamos que deja de
funcionar correctamente. El paso de sangre es más lento y difícil en el
punto donde la válvula no funciona correctamente, de manera que se acumula
haciendo que la vena se inflame.
Si los afectados son capilares (venas muy finitas), aparecen las
conocidas como arañas. Ahora, si las afectadas son venas, ya hablamos de varices. En
un principio aparecen como un dibujo de la vena sobre la piel, en tono azulado.
Pero, si no se frena su evolución, el problema irá a peor, haciendo que la vena
esté cada vez más inflamada y produciendo problemas
serios de salud (úlceras, trombos…), a parte de que pueden llegar a ser muy
dolorosas.
A todos los que os preguntáis
cómo pueden llegar a estropearse esas válvulas, os explico:
Uno de los mayores factores que provoca este problema es el sobrepeso. Si tenemos un exceso de grasa
en nuestro cuerpo, ésta constriñe nuestras venas. Por mucho que las venas de
nuestras piernas tengan válvulas, si las oprimimos, las válvulas tendrán que
trabajar el doble para hacer pasar la sangre. Además, el exceso de grasa en
sangre hace que ésta sea más viscosa, por lo que su transporte se hará más difícil.
Este sobreesfuerzo hará que acaben estropeándose las válvulas.
La ropa extremadamente ajustada tiene el mismo efecto. Mucho cuidado con los vaqueros
de pitillo. No dejan que la sangre circule correctamente y pueden llegar a
hacer que alguna de nuestras válvulas se estropee, provocando la aparición de
alguna variz.
Una alimentación inadecuada y el sedentarismo pueden hacer que las paredes de
nuestras arterias, venas, etc., pierdan su elasticidad natural. Si se pierde
esta elasticidad, la circulación sanguínea empeora en general. No hace falta
decir que, si la circulación empeora en general, en las piernas irá peor, ¿no?
Tampoco es bueno estar mucho tiempo en la misma posición,
ni sentado ni de pie. Es aconsejable activar cada cierto tiempo la musculatura
de las piernas para que ésta ayude a activar nuestra circulación.
Por supuesto, y por desgracia,
también hay un factor genético en
este problema.
Ahora, ¿cómo hacer desaparecer una
variz? Sólo hay una manera: el quirófano. Hay muchos que os intentarán vender
la operación con láser (“es menos
agresiva y la variz desaparece igual”). Personalmente, yo no lo aconsejo.
Lo que hace la operación láser, básicamente, es limpiar la vena afectada
(eliminar la sangre acumulada), de manera que sí, la variz desaparece. Pero no
solventa el problema que la causa, es decir, no repara la/s válvula/s
estropeada/s, por lo que la vena sigue funcionando mal y, en un tiempo, la
variz reaparece.
La operación realmente efectiva
requiere anestesia, obliga a tener reposo absoluto durante unos días y comenzar
cualquier tipo de actividad poco a poco, requiere sus revisiones… Vamos, una
operación en toda regla. Hablando básicamente, te quitan la vena que no
funciona. Sí, te la quitan. Es la única manera de evitar todos los problemas que
puede causar a la salud.
Eso sí, para que se pueda
realizar esta intervención, la vena ha tenido que dejar de funcionar totalmente
y, en algunos casos, en el momento de la intervención ya está causando o ha
causado problemas serios. Así que, como sé que no os ha
hecho mucha gracia la descripción de la intervención, os voy a dar unos
pequeños trucos para frenar el proceso. Para que esas varices, ya
que no se pueden eliminar, no vayan a más y poder evitar así la intervención.
Realizad actividad física a diario. Salid a caminar, a correr, id a nadar,
haced rutas en bicicleta… Cualquier tipo de actividad física durante, al menos,
media hora al día, hará que se active la circulación, ayudando también a la
circulación de retorno de las piernas.
Si vuestro puesto de trabajo os
obliga a estar de pie o sentados muchas horas, intentad moveros siempre que sea posible, realizad estiramientos,
caminad por la oficina, la peluquería, la tienda (o el lugar en el que trabajéis).
Además, si algún día no pudieseis salir a realizar ejercicio, haced estos sencillos
ejercicios en casa, os ayudarán a activar la circulación de retorno de las
piernas:
-
Apretad los dedos de los pies
todo lo fuerte que puedáis, como si quisierais coger algo con ellos. Aguantad un par de segundos
y relajadlos otros dos segundos (hacedlo unas 20 veces).
-
Caminad de puntillas y de
talones. Lo
ideal sería estar unos 5 minutos caminando de cada manera. Esto activará la
musculatura y la circulación de las pantorrillas.
-
Sentaos con las piernas elevadas
y realizad círculos con los pies, sin mover las rodillas, sólo los tobillos (haced 20 círculos hacia
un lado y 20 hacia el otro)
-
Sentaos con las piernas elevadas
y empujad con los talones lo más lejos que puedáis trayendo los dedos de los
pies hacia vosotros,
aguantad un par de segundos y hacedlo al revés, empujad los dedos lo más lejos
posible (hacedlo unas 20 veces)
Cuidad la alimentación. Aumentad el consumo de hortalizas, verduras y frutas (sobre todo las
ricas en potasio), la fibra y el potasio que aportan ayudarán a activar la
circulación.
Evitad consumir alimentos ricos en grasas saturadas. Estos alimentos hacen que
aumente el colesterol en sangre. Como ya he comentado, esto la hace más
viscosa, y, por tanto, más difícil de transportar.
Evitad también consumir demasiada sal. Su consumo aumenta la retención de
líquidos, problema asociado a los problemas circulatorios.
Aunque cada vez hay más
investigaciones que avalan el consumo de café
para mejorar el flujo sanguíneo debido a sus flavonoides, tampoco es
recomendable excederse en su consumo. Se recomienda unas dos tazas al día. Si sois
de los que, como yo, no podéis vivir sin el café, intentad pedirlo
descafeinado.
Por supuesto, evitad usar ropa muy ajustada
(pantalones, calcetines, ropa interior, cinturones…), sobre todo durmiendo. Los
tacones demasiado elevados tampoco ayudan a nuestra circulación.
Evitad que os de el calor de manera directa en las piernas. Estufas, el sol, baños de agua
caliente… Todo ello hará que empeore la circulación. Por el contrario, ducharse alternando agua tibia y agua fría
(terminando siempre la ducha con agua fría), ayuda a activarla.
También es muy aconsejable tener las piernas ligeramente elevadas
cuando os acostéis. Podéis utilizar un cojín por ejemplo. Esto hará que la
sangre regrese más fácilmente porque colocáis la circulación de retorno a favor
de la gravedad.
Como veis, los consejos que os
doy para frenar el desarrollo de estas molestas venas (o para evitar que
aparezcan) son muy fáciles de seguir. Tan solo hay que incorporar unas rutinas
saludables en nuestro día a día. Tanto si te preocupan por motivos estéticos
como si te preocupan por motivos de salud, te animo a que sigas estos consejos,
tus piernas te lo agradecerán. J
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