Desde hace ya unos años hay una
actividad que, poco a poco, va ganando adeptos en el mundo de las actividades
colectivas, el yoga.
Esta actividad milenaria se va
abriendo paso poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Cada vez hay más centros
que la ofrecen y más centros especializados. Pocos son los gimnasios que no
busquen monitores de esta disciplina.
Seguro que muchos os estáis
preguntando: “¿yoga en un gimnasio, para
qué? Si no se trabaja nada, sólo se hacen posturitas”. Os equivocáis.
Bueno, en algo sí que tenéis razón, el yoga tiene una parte muy espiritual (que
le ha dado fama a nivel mundial): conexión cuerpo-mente, concentración, liberación,
meditación… Pero, a ver, aunque todo esto es algo intrínseco a la actividad (y
muy necesario para todo el mundo aunque nos neguemos a aceptarlo), no es lo único
que nos ofrece el yoga. No os dejéis
llevar por la imagen de quietud que ofrece, una vez más las apariencias
engañan.
Para mantener esas “posturitas” se han de activar músculos
que no se activan con las actividades/ejercicios cotidianas, tonificándolos,
damos flexibilidad y movilizamos articulaciones ayudando a evitar lesiones, esa
conexión cuerpo-mente de la que muchos se burlan es muy necesaria para lograr,
entre otras cosas, ganar una consciencia
corporal de la que carece más gente de la que creéis, una consciencia
corporal que nos ayudará a realizar bien las actividades del día a día y que,
aunque os cueste de creer, es vital para la práctica de cualquier disciplina
deportiva (incluida la sala de pesas de un gimnasio).
Sí, ya sé que “parece que no hagas nada”, pero haces,
no sólo ejercicio físico sino que además le estás aportando muchos beneficios a tu salud. Hoy mi objetivo es intentar
que veáis el yoga con otros ojos, intentar convenceros para que, al menos, probéis
una clase. Para ello os voy a nombrar los que, para mí, son los beneficios más
importantes que obtenemos de la práctica de esta disciplina.
Cómo no, he de hablar de esa
quietud que hace que muchos de vosotros os sintáis reacios a probar esta
actividad. Aunque os parezca mentira, esa quietud es de vital importancia para
nuestra salud, y más hoy en día. Como me oiréis decir más de una vez, para mí el
estrés es una de las epidemias del siglo XXI. No le damos casi importancia,
pero ahí está, causando graves problemas de salud a más del 80% de la población
mundial.
La respiración pausada,
controlada y profunda que se utiliza para realizar los ejercicios de yoga hace
que logremos “desconectar” la mente. Sí,
algo que nos parece imposible hoy en día, la gente que hace yoga logra eliminar
de su mente las tensiones del trabajo, las prisas… Está comprobado que la gente que practica yoga padece menos estrés y
ansiedad y tienen el sistema inmune más fuerte.
A parte de reducir los niveles
de estrés, la práctica regular de yoga hace que se reduzca la frecuencia
cardiaca y disminuye tanto los niveles de LDL (colesterol malo) como de triglicéridos.
Como veis, es una de las mejores opciones que pueden haber para la prevención de enfermedades cardiacas y
accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, aunque os parezca
mentira, en yoga también se tonifica, sobre todo, como he dicho antes, se tonifican músculos que no suelen
tonificarse en las demás actividades. Eso sí, nuestro cuerpo no ganará
volumen practicando yoga, pero sí tonicidad. Además, como bien me gusta decir,
el yoga tonifica de dentro para afuera, no sólo tonifica los músculos más
profundos de nuestro cuerpo (los que lo sujetan y le dan estabilidad), también fortalece los tendones y los ligamentos
ya que se puede llegar a trabajar bastante con el equilibrio, lo que nos ayudará
a evitar lesiones como esguinces, por ejemplo.
Y no sólo eso, el yoga, además
de tonificar y fortalecer tanto músculos como tendones y ligamentos, también hace
que aumente su flexibilidad, mejorando
la salud de nuestro sistema locomotor. Hay estudios que aseguran que con
tan sólo 8 semanas de práctica se puede llegar a mejorar la flexibilidad y la
movilidad articular en un 35% aproximadamente.
Más allá, también he de decir
que la práctica de yoga hace que aumente la densidad ósea, por lo que ayuda a prevenir enfermedades como la
osteoporosis.
Me ha parecido curioso un
estudio realizado por la John Hopkins
University (Baltimore) sobre el yoga y
la artrosis (enfermedad que desgasta los cartílagos). Este estudio concluye
que aquellas personas que sufren artrosis notan una significativa mejoría en la
tensión y la hinchazón que la enfermedad provoca en sus articulaciones al
comenzar a practicar esta actividad.
Por otro lado, el Dr. Loren
Fishman (Nueva York) ha estudiado la relación existente entre la práctica del yoga y la actividad cerebral. Afirma
que la práctica de esta disciplina engrosa las capas de la corteza cerebral (la
zona del cerebro relacionada con el aprendizaje) y aumenta la capacidad de
aprendizaje. Así, se puede afirmar que el yoga es muy beneficioso tanto para el
cerebro como para el sistema nervioso central (SNC).
Seguro que los que están
obsesionados en realizar tan sólo actividades en las que haya un gran gasto
energético (en las que se quemen muchas calorías) estarán pensando “pero es que en esta clase no se quema casi
nada”. Y sí, tenéis razón. Practicando yoga se queman menos calorías que
haciendo Body Attack o Body Combat, por ejemplo, pero esto no debería de ser un
freno a la hora de probar la actividad. Si os sirve de empujoncito, se ha
comprobado que las personas que
practican yoga son más capaces de mantener su peso o de bajarlo sin recuperarlo.
Por último os voy a nombrar a mi
hormona preferida, las endorfinas
(hormona de la felicidad). Practicar yoga hace que nuestro cuerpo segregue esta
hormona, lo que hace que te sientas feliz cada vez que lo practicas.
¿Qué más queréis? Y que conste
que ésta es sólo una pequeña lista. El yoga nos aporta mucho más de lo que podéis
imaginaros, y todo bueno. Y, lo mejor de todo, no es incompatible con ninguna
otra disciplina deportiva. Sea cual sea el deporte que practiques, puedes combinarlo con la práctica de yoga. Es el complemento perfecto para evitar
lesiones en tu deporte.
Una vez más, he de aconsejaros
que, para para practicar yoga, acudáis a centros especializados o a centros que
cuenten con profesores titulados que os guíen con seguridad para que podáis
notar todos y cada uno de los beneficios de esta gran actividad. Animaos,
probad el yoga. Os sorprenderá ver lo bien que le sienta tanto a vuestro cuerpo
como a vuestra mente. J
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