Hace unas semanas os hablé de
los beneficios que tiene realizar alguna actividad física durante el embarazo.
Las mujeres embarazadas que realizan ejercicio durante los meses de gestación
tienen menos complicaciones y sufren menos ciertas patologías típicas de este
período, suelen tener un parto más corto y una recuperación más rápida que la
media. A parte, el ejercicio ayuda a mantener el peso adecuado, entre otras
cosas.
Eso sí, hay que tener en cuenta
que, para realizar ejercicio durante este período, tu embarazo ha de ser
seguro, no de riesgo. Así, si eres primeriza, o si no realizabas ningún tipo de
ejercicio antes del embarazo, consulta con tu médico/ginecólogo para que te
asegure si tu embarazo es seguro.
Una vez que sepáis si podéis
hacer ejercicio, hay que saber escoger el tipo de actividad que os conviene. No todas las actividades son adecuadas para
una mujer embarazada. Durante este período tenéis que evitar cualquier
deporte que pueda suponer algún tipo de contacto o riesgo (artes marciales,
piragüismo, escalada…). Por mucho que llevéis practicando este tipo de deporte
durante años, hay que dejarlo aparcado durante estos meses. Hay que proteger el
vientre al máximo ya que no es bueno para el feto que sufráis golpes en esta
zona. La mejor manera de hacerlo es evitar poneros en situaciones en las que
haya una pequeña posibilidad de que suceda.
Durante los meses de gestación
se han se buscar actividades en las que no haya contacto, que no os hagan subir
mucho las pulsaciones (sería bueno que entrenaseis con pulsómetro), actividades
que se puedan modificar a vuestras necesidades conforme avanza vuestro estado…
De entre todas las actividades posibles, hay una que, para mí, destaca entre
las demás, el método Pilates.
Durante los nueve meses de
embarazo, la mujer sufre grandes cambios
posturales, su centro de gravedad va variando conforme avanza la gestación,
lo que hace que se acentúe la curvatura natural de la zona baja de su espalda.
Esto es lo que hace que las mujeres embarazadas sufran tanto de dolores
lumbares como de ciática. Por otro lado, el peso creciente del vientre puede
llegar a producir problemas a nivel de suelo pélvico y problemas a nivel
circulatorio en las piernas. Todos estos, y otros, son problemas que el método
Pilates os va a ayudar a corregir.
A nivel general, este método es
un programa de ejercicios ligeros diseñado para fortalecer y tonificar los
músculos, aumentar la flexibilidad, mejorar la postura, la coordinación, la
respiración y la concentración.
Hace unas semanas, os contaba en
un post que el Pilates es muy
beneficioso para la salud de nuestra espalda ya que nos ayuda a tonificar
los músculos más profundos y a alinearla. Si esto es importante para una
persona en situación normal, imaginaos para una embarazada, cuya columna lumbar
soporta grandes presiones. Las mujeres embarazadas salen de cada sesión de
Pilates notando como sus dolores de espalda han desaparecido.
A parte de trabajar con la
alineación de la espalda, el método Pilates también ayuda a fortalecer el abdomen, lo que también
ayudará para prevenir esa hiperlordosis lumbar que causa tantas molestias
durante los últimos meses de gestación. Mantener el abdominal fuerte durante el
embarazo también es importante para el momento del parto, ya que es el que
realiza la fuerza expulsiva. Además también ayudará a prevenir la diástasis de
los rectos abdominales (la separación anormal de los músculos de la pared
abdominal).
Por otro lado, al darle tanta
importancia a la respiración cuando se trabaja con este método, mejora la oxigenación tanto de todos los
tejidos de la futura madre como la del bebé.
Como comenté en el anterior post
sobre el embarazo y el ejercicio físico, durante estos meses, la futura madre
segrega elastina, una proteína encargada de dar elasticidad a los tejidos del
cuerpo. Esta proteína es necesaria para que el útero adquiera el tamaño
necesario para poder acoger al feto. Pero no se segrega de forma localizada, se
segrega por todo el cuerpo, por lo que la mujer embarazada tiene los ligamentos
y tendones más laxos de lo habitual. Esto puede acarrearle problemas de
estabilidad articular. El método Pilates ayuda a paliar este problema gracias a
la tonificación muscular que se logra. Al tonificar los músculos hacemos que las articulaciones estén más seguras.
Además, el trabajo de la
musculatura del tren inferior ayudará a
que disminuya tanto la fatiga como los edemas (hinchazón causada por
retención de líquidos). También está comprobado que el método Pilates mejora el retorno venoso, por lo que
ayuda a prevenir o disminuir el riesgo de desarrollar varices.
Por último, pero no por ello
menos importante, el método Pilates se diferencia de otro tipo de trabajos
porque ayuda a tonificar los músculos
del suelo pélvico. Esto es de vital importancia para las mujeres
embarazadas, ya que hará que la recuperación post-parto sea menor. Además,
ayuda a mantener un correcto control del esfínter ayudando a prevenir, entre
otras cosas, la incontinencia urinaria y los prolapsos vaginales (desprendimiento
de las paredes vaginales).
Sólo me queda daros un consejo:
como siempre os digo, acudid a centros especializados, o a centros donde haya
personal titulado y especializado en Pilates para embarazadas. Sólo ellos os
sabrán llevar de manera adecuada durante este período de vuestras vidas.
Como veis, el método Pilates
ofrece grandes beneficios durante los meses de gestación y ayuda a sobrellevar
mejor el parto y el post-parto. ¿Qué más se le puede pedir a una actividad? El
único inconveniente es que no es recomendable realizarlo hasta que no
desaparecen las molestias típicas del primer trimestre de embarazo. Por lo
demás, todo son ventajas. Animaos, practicad Pilates durante vuestro embarazo,
disfrutaréis muchísimo más cada momento de esta etapa tan especial. J
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