Todo el mundo sabe que la
sociedad actual tiende a la obesidad. Los malos hábitos alimenticios, el
sedentarismo cada vez mayor, el estrés… Sí, el estilo de vida de la humanidad
ha cambiado, y con él los cuerpos, cada vez más grasos, torpes y enfermos.
Por suerte, esta tendencia hacia
la obesidad está haciendo que muchos empiecen a preocuparse por su salud y a
intentar llevar una alimentación sana y equilibrada. Lo malo es que la mayoría
no sigue los consejos de buenos profesionales y se dejan guiar por cualquier
libro, revista o mito popular, por lo que esa buena intención (llevar una dieta
sana y equilibrada) no llega, en la mayoría de los casos, a buen término.
Sí, a la hora de querer perder peso/volumen,
se cometen muchos errores, para mí, el más generalizado y el peor de todos es
el miedo que le coge la gente a una pequeña palabra: calorías.
Pensadlo, queréis perder algo de
volumen y ¿qué es lo primero que hacéis? Estoy segura de que la gran mayoría,
por cuenta propia (sin consultar a ningún nutricionista/endocrino), lo primero
que hace es empezar a mirar las etiquetas de todo lo que compra, pero no para
saber qué cantidad de grasa saturada, azúcares, etc., contiene, sino para saber
cuántas calorías tiene. Y también estoy segura de que, si la cantidad de
calorías que contiene el producto os parece elevada no lo compraréis “porque engorda”. Iréis y compraréis
otros productos, por lo general de los conocidos como light.
Este miedo creciente a la palabra calorías
está provocando que la gente haga barbaridades, dejando de consumir productos
necesarios y buenos para nuestro organismo simplemente porque son calóricos y
opte más por el consumo de productos modificados químicamente para eliminar
calorías pero que no aportan beneficios a nuestro organismo. Bien al contrario,
como ya comenté en su día en otro post, los productos light llegan a engordar más que un producto natural, por muy
calórico que sea.
Éste es el motivo por el que mucha gente ha dejado de consumir algunas
frutas, unas frutas que, de repente, se han convertido en frutas prohibidas por la cantidad de
calorías que contienen. Lo malo es que la gente está tan convencida de que
consumir calorías es malo, que no atienden a razones. Por más que les explicas
que estas frutas no son malas, que, al contrario, aportan muchos beneficios a
la salud, se niegan a consumirlas por miedo a ganar peso.
Pues bien, hoy este post va
dedicado a esas frutas prohibidas
que, para mí, son tan necesarias. Hoy os hablo del plátano, del aguacate y de
la chirimoya, esas tres delicias cada vez más repudiadas por la sociedad.
Ante todo, quiero que tengáis en
cuenta que, menos el agua, cualquier
producto que consumamos nos aportará calorías. Pero, que aporten calorías no significa que engorden. Esas
calorías son necesarias para que nuestro organismo pueda funcionar
correctamente. Sólo hemos de saber qué
cantidad tomar de cada producto y en qué momento del día. Por eso siempre
insisto en que visitéis a un buen nutricionista/endocrino. Ellos os sabrán
decir exactamente qué cantidad de cada alimento consumir y en qué momento del
día hacerlo.
Mi consejo sería que tomaseis
alguna de estas frutas para acompañar vuestro desayuno o vuestro almuerzo. En
la primera mitad del día. Así, teniendo en cuenta que todavía tenéis todo el
día por delante (actividad física, trabajo…), sabéis que vuestro cuerpo no sólo
va a obtener los beneficios que os aportan, podéis estar seguros de que
utilizará esas calorías, no las almacenará.
Ahora la gran pregunta: ¿por
qué no pueden faltar en nuestra dieta estas frutas? Fácil:
EL PLÁTANO
Me confieso, el plátano es una
de mis frutas preferidas. Pero mucha gente se niega a comerlo porque se creen
ese falso mito de que engorda.
Está claro que el plátano no
tiene tanta agua como otras frutas (es de las frutas que menos agua tiene) y
por eso nos da la sensación de que engorda más que una manzana o que una
naranja, por ejemplo. Y ya no sólo eso, quien se preocupa por ver las calorías
de los alimentos, sabe que el aporte calórico del plátano es superior al de
otras frutas (alrededor de 100 kcal. por cada 100 grs. de plátano).
Parece exagerado, ¿verdad? Pues
vamos a hablar de piezas de fruta. Un
plátano de unos 150 grs. de peso tiene más o menos las mismas calorías que una
manzana o naranja medianas (que pesan sobre los 250 grs.). Sorprendente, ¿a
que sí?
A esto voy a añadir que el poder saciante del plátano es mucho
mayor que el la mayoría de frutas, ya que aporta mucha más fibra y contiene más
hidratos de carbono, tanto simples como complejos.
Tampoco nos podemos olvidar de
que es una gran fuente de vitamisnas C y
B6 y de minerales esenciales, como el potasio y el ácido fólico.
Como veis, el plátano es una
fruta indispensable para cualquier dieta (incluidas las dietas para personas
diabéticas y las dietas de adelgazamiento). Además, es un complemento perfecto
para todos aquellos que tenemos una gran actividad física.
Además, el plátano, una vez maduro, se convierte en un
alimento de fácil digestión, muy rico en fibra soluble. Esto lo hace adecuado para el tratamiento tanto de
estreñimiento como de diarrea. Y, también maduro, ayuda a eliminar el colesterol malo (LDL).
Por lo tanto, estaréis de
acuerdo conmigo en que no tenemos por qué privarnos del sabor dulce de esta
gran fruta, ¿verdad?
EL AGUACATE
Aunque muchos piensen que es una
verdura por su apariencia y por su sabor, no, el aguacate es una fruta. Pero
una fruta con un alto contenido en aceites vegetales, una fruta calórica (unas
207 kcal. por cada 100 gs.) y grasa. Esto es lo que ha hecho que mucha gente
piense que engorda y se niegue a
ingerirlo.
Pues bien, he de repetir que,
eliminar esta fruta de la dieta, es un gran error, ya que se ha descubierto que
el aceite del aguacate tiene grandes
propiedades antioxidantes, es rico en grasa vegetal y el vitaminas E, A, B1,
B2, B3, ácidos grasos, proteína y minerales.
Por otro lado, es una de las frutas que menos azúcar contiene,
por lo que también pueden tomarlos la gente diabética.
Eso sí, no nos podemos olvidar
que es una de las frutas más grasas que existe (su pulpa verdosa se conoce como
mantequilla verde). Pero hemos de
tener en cuenta que, esta grasa, es muy
beneficiosa para nuestro organismo (está formada por ácidos grasos
insaturados que, como los del aceite de oliva, nos ayudan a contrarrestar los
efectos nocivos de las grasas saturadas).
Así que ya sabéis, no os privéis
de acompañar vuestras ensaladas, de vez en cuando, con esta deliciosa fruta. No
engordaréis de repente por ello.
La chirimoya es una fruta que
contiene entre 90 y 100 calorías por cada 100 gramos . Lo malo es
que cada pieza de fruta suele pesar alrededor de 300-400 gramos . Esto hace
que el aporte calórico por pieza de fruta se dispare de manera importante.
¿A que este dato hace que muchos
de vosotros penséis en no volver a comerlas? Pues bien, en contra de lo que
estáis pensando, la chirimoya es
recomendable también en las dietas de adelgazamiento. Esto se debe a que
posee un gran efecto saciante y
regulador del nivel de glucosa en sangre. Además, la gran cantidad de fibra
que posee hace que el aguacate sea un gran
laxante intestinal y hace que mejore
la asimilación de los azúcares.
Aquí sí que tengo que aconsejar
que, aunque la chirimoya es muy beneficiosa para nuestro organismo, su consumo
ha de ser más ocasional. Digamos que, la podemos incluir en nuestra comida
libre de la semana.
Como veis, cualquier fruta, por
grasa y calórica que parezca, es necesaria para nuestro organismo. Simplemente
hemos de saber con qué asiduidad consumirla. Para esto, como no, hablad con un
nutricionista/endocrino profesional. Él os recomendará mejor que nadie la
manera adecuada de hacerlo.
No eliminéis estas frutas de
vuestra dieta, aprended a consumirlas de manera adecuada y disfrutad de su
sabor. Vuestra salud os lo agradecerá. J
Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com
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