Pensad en cualquier tipo de
celebración (bodas, comuniones, bautizos, cenas…). Ahora pensad en las mujeres
que acuden a ellas. ¿Qué tienen en común? Unas preferirán vestir de corto,
otras de largo, otras no saldrán si no es con pantalón, están las que prefieren
un estilo más clásico y las que prefieren ir a la última… Sí, variedad de
colores y estilos, pero, si no todas, más del 95% de ellas tienen algo en
común: unos tacones de vértigo que hacen que, en muchas ocasiones, les sea difícil
hasta tenerse en pie.
A la pregunta “¿por qué te pones esos zapatos si en
seguida te duelen los pies?, la respuesta es generalizada: “un buen tacón es lo que más estiliza las
piernas”. Así, con esta leyenda por bandera, las mujeres del mundo entero
están destrozando poco a poco, y sin saberlo, su salud.
Sí, estoy de acuerdo. Unos tacones altos estilizan las piernas y,
además, te hacen parecer más alta. Pero hay estudios que demuestran que,
utilizados asíduamente, acaban desencadenando graves problemas de salud para los pies, rodillas, músculos de la
pierna, caderas y/o cervicales.
Vamos a pensar en nuestros pies.
Están hechos para repartir el peso de nuestro cuerpo por toda la planta. De
esta manera nuestro esqueleto estará en una posición correcta y ninguno de
nuestros músculos se ve obligado a realizar esfuerzos extra para mantener el
equilibrio. No hay descompensaciones.
Ahora vamos a pensar en la
posición en la que han de estar nuestros pies cuando los colocamos dentro de
unos zapatos de tacón alto. Con un tacón de tan sólo 4 cm ., la parte delantera del
pie pasa a soportar más de la mitad de nuestro peso corporal (sobre el 57%
según los estudios). Tan sólo con que el tacón sea de 6 cm ., la parte delantera de
nuestro pie pasa a soportar el 75% de nuestro peso. ¿Os podéis imaginar lo que
soportan con esas alturas de 13 ó 15
cm . que tan de moda están?
Estos cambios de presión a los
que sometemos a nuestros pies tienen graves repercusiones tanto en la
articulación del tobillo, como en la de la rodilla y la cadera. Lo que llega a
provocar alteraciones en la columna
vertebral.
Eso sí, de todos, el que primero
(y más) sufre es el pie. Al cambiar la manera en la que el peso de nuestro
cuerpo se ha de repartir por la planta provocamos la aparición de los dolorosos
juanetes (cuando el hueso donde nace
el dedo pulgar del pie sobresale hacia fuera). Una patología que sólo se puede
corregir con cirugía.
Además, el hecho de mantener
tanto peso en la parte delantera del pie, hace que salgan durezas (callos) y dolores
en la almohadilla del pie (parte
delantera de la planta). También provoca la aparición de los conocidos como dedos en garra o martillo, una
deformidad de los dedos de los pies que hace que los dedos se curven hacia
abajo, como si fuesen garras, haciendo que se presenten puntos dolorosos en las
articulaciones de las falanges.
Otra lesión muy común que
presentan las mujeres que suelen llevar tacones altos es el conocido como neuroma de Morton, una lesión, muy
dolorosa y molesta, que afecta al nervio situado entre los dedos de los pies.
Ahora, no penséis que sólo
sufren los pies. Al caminar en tacones, nuestros tobillos están en una posición
muy forzada. Los músculos de los gemelos están en continua tensión, por lo que el tendón de Aquiles se acorta,
pudiendo llegar a producirse una tendinitis. Creedme, ésta (tendinitis del tendón de Aquiles) es
una de las tendinitis más dolorosas que existen.
Por otro lado, nuestras rodillas
se ven muy forzadas a cada paso, buscando el equilibrio para no caernos
mientras nos empeñamos en caminar sobre una base de apoyo tan pequeña. Así se aumenta en gran medida la posibilidad de
sufrir osteoartritis, enfermedad producida por el desgaste del cartílago.
Seguro que conocéis a más de una
mujer que asegura que no puede caminar sin tacones, que “si camino más plana me duele todo”. Esto es debido a que el uso
continuo de tacones altos hace que se acorten
todos los músculos de la parte posterior de las piernas. Una condición muy
peligrosa, ya que un músculo acortado tiene más posibilidades de lesionarse.
Ahora voy a por el gran motivo
que hace que tantas mujeres no puedan vivir sin tacones: estilizan. Sí, la posición en la que este tipo de calzado nos hace
caminar hace que se tensen los músculos del glúteo, por lo que la articulación
de la cadera se ha de recolocar para buscar el equilibrio. Esto hace que se
marque más la curvatura lumbar (hiperlordosis
lumbar). Sí, esta posición realza las piernas y los glúteos pero ese arqueo
de la curvatura lumbar puede provocar lumbalgias
y ciáticas.
Pero la cosa no se queda aquí.
Nuestro cuerpo va a intentar compensar esta exageración de la curvatura lumbar
para encontrar el equilibrio. Para ello, hará que adelantemos la cabeza, lo que
hará que aumente nuestra curvatura dorsal natural, es decir, marcaremos chepa (hipercifosis dorsal). Esto hará que nuestras cervicales se coloquen en una
posición demasiado forzada, lo que nos provocará no sólo contracturas en la parte alta del trapecio,
podemos llegar a sufrir grandes dolores
de cabeza.
Ahora bien, cuando hablo de
tacones altos, ¿a qué me refiero? Está comprobado que, para una persona de 1.70 m de altura, unos
tacones de más de 5 cm
de altura empezarán a provocarles problemas serios. Lo paradójico es que, en
contra de lo que todos pensamos, cuanto
más bajita es la persona, menos altura de tacón soporta su cuerpo (para una
persona de 1.60 m
de altura unos tacones de más de 4
cm serían excesivos). Por eso, se ha establecido como “tacón de altura aceptable” el de 3 cm .
Si esto os parece muy poco, si
os queréis ver más altas, siempre podéis recurrir al calzado con cuña. El hecho
de que se eleve, no sólo el talón, sino también la parte delantera del pie,
hace que el cambio de presión del pie nos sea tan pronunciado por lo que palía
los problemas. Además la base de este tipo de calzado es más amplia que la de
los tacones de aguja, por lo que las rodillas no sufren tanto en cada paso.
Si queréis un consejo, visto lo
visto, yo no utilizaría los zapatos de tacón alto para estilizar mis piernas. ¿Queréis
estilizarlas de manera segura y que luzcan estilizadas con calzado plano? La
solución es sencilla: haced ejercicio. Tonificad las piernas realizando
actividad física. Veréis cómo lograréis tenerlas firmes, tersas y estilizadas
sin necesidad de poner en peligro vuestra salud.
Como veis, no vale la pena poner
en peligro la estabilidad y la salud de todo nuestro cuerpo por parecer más
estilizadas. Dejad a un lado esa moda tan glamurosamente peligrosa. Creedme,
vuestra salud os lo agradecerá. J
Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com
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