¿Habéis ido alguna vez a que os
den un masaje? Aunque parezca increíble hay gente que nunca ha recibido uno.
Aunque la gran mayoría habréis recibido algún masaje, seguro que sois de los
que sólo vais al masajista cuando un dolor es insoportable, ¿a que sí? Seguro
que, cuando salís del masajista, os prometéis a vosotros mismos volver más a
menudo, pero con el ajetreo de vida que lleváis, olvidáis esa promesa hasta que
volvéis a notar ese terrible dolor.
Aunque a lo largo de la historia
se ha ido diversificando en varias ramas, el masaje es uno de los recursos más antiguos que utiliza el ser humano para paliar
el dolor. Podemos decir, incluso, que es algo instintivo. Pensad. Cuando os
dais un golpe u os duele una zona específica del cuerpo, ¿qué es lo que hacéis?
¿No os masajeáis de forma instintiva la zona? Seguro que sí. Y también estoy
segura de que sentís un alivio momentáneo. ¿O me equivoco?
Del mismo modo, cuando, debido
al ritmo de vida que lleváis, o a una mala posición mantenida, o a una mala
praxis deportiva, sentís la espalda dolorida, contracturada y decidís ir al
masajista, ¿cómo salís de la consulta? Relajados y nuevos, ¿verdad? Vale,
estamos de acuerdo en que el masaje descontracturante es doloroso, eso no hay quien
lo niegue. Pero el alivio que proporciona es increíble.
Ahora, mi duda es: sabiendo lo
doloroso que es este tipo de masaje, ¿por qué sólo vais cuando el dolor ya es
insoportable?, sabiendo lo bien que se siente tras una sesión, ¿por qué no vais
más a menudo? Estoy segura de que muchos piensan que el masaje es sólo para
eso, para quitar contracturas y soltar músculos cargados. Pero no. Un masaje es
mucho más que todo eso. El masaje no
sólo nos aporta beneficios a nivel físico, también lo hace a nivel psicológico.
Hoy voy a dedicar el post a
hablaros de los beneficios que aporta el masaje. Voy a romper una lanza a favor
de esta gran terapia con la intención de concienciaros de la importancia de
recibir masajes de manera asidua.
Para comenzar voy a hablaros de
la relajación. El masaje es la manera ideal de recompensar un cuerpo cansado,
ya que relaja los músculos y descarga la
tensión que se acumula debido al esfuerzo físico.
Así mismo, existen estudios que
aseguran que los masajes ayudan a
aplacar el dolor crónico de espalda. Estos estudios, además, aseguran que
el masaje está asociado a la disminución en la rigidez de espalda y que mejora
la movilidad de las personas que sufren osteoartritis.
Hay otros estudios que aseguran
que recibir masajes asiduamente mejora
el sistema inmune. Normalmente, cuando alguien pasa por un período de
estrés, es muy típico que caiga enfermo. Durante estos estudios se comprobó que
aquellos que reciben masajes periódicamente, experimentan importantes cambios
en los sistemas inmune y endocrino, haciendo que estos respondan mejor en esos
períodos de estrés.
Además, ayuda a reducir el
cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés), por lo que ayuda a
levantar el ánimo y a disminuir la presión arterial. También pueden estimular
la secreción de serotonina y la dopamina (neurotransmisores relacionados con la
depresión). Así, se puede afirmar que el masaje puede ayudar a controlar la ansiedad y la depresión.
Otro de los efectos negativos
que tiene el estrés es que nos quita el sueño, con todas las consecuencias que
ello supone. Pues bien, el masaje aumenta
las ondas delta del cerebro (relacionadas con el sueño profundo). Por lo
que, ya sabéis, si os cuesta dormir, buscad un buen masajista.
Por otro lado, si sufrís migrañas (por desgracia la sufre un
elevado porcentaje de la población), os podéis beneficiar por partida doble de
esta terapia. Masajes regulares en la cabeza pueden hacer que disminuya tanto
la cantidad de ataques como la intensidad. Es decir, pueden atenuar las molestias
y hacer que éstas aparezcan de manera más espaciada.
Por otro lado, también se ha
demostrado que el masaje mejora el
estado de alerta. Se demostró que las personas que reciben masajes
periódicamente aumentan la velocidad y precisión para realizar cálculos
matemáticos.
Ahora una buena noticia para las
mujeres: el masaje puede disminuir los
molestos síntomas premenstruales. Sí, está demostrado que pueden combatir
la hinchazón y los típicos cambios de humor de esos días.
Como no, he de hacer un pequeño inciso
a la parte estética. El masaje también aporta beneficios en este campo, ya que activa la circulación sanguínea y la
linfática en la zona en la que se realiza. Así, ayuda a eliminar líquidos y
hace que la piel esté más tersa en la zona masajeada. Si el masaje es en la
zona capilar, el cabello mejorará su aspecto, estará más brillante y saludable
debido al aumento de flujo sanguíneo en la zona.
Como veis, un masaje es mucho
más que quitar contracturas. Un buen masaje hace muchísimo tanto por nuestra salud
física como por nuestra salud mental. Con todo esto, sólo que queda pediros un
favor. Dejad de pensar aquello de “siempre
que voy al masajista me duele”. Empezad a pensar en todo lo que obtendréis
acudiendo al masajista más a menudo. Además, tened en cuenta que si el masaje
descontracturante duele es porque habéis acudido muy tarde al terapeuta. Si os
acostumbraseis a ir una o dos veces al mes, veríais como es muy difícil que esa
contractura vuelva a aparecer. Cada masaje será más placentero, cada vez notaréis
más los beneficios.
Eso sí, como siempre, os he de
recomendar que acudáis siempre a un masajista titulado. Sólo aquellos a los que
se les ha otorgado el título pertinente tienen los conocimientos anatómicos y
terapéuticos para poder realizar las manipulaciones de manera correcta. Un
masaje realizado por una persona sin estos conocimientos, no sólo no os harán
sentir ninguno de los beneficios de esta terapia, pueden producir graves
problemas de salud y lesiones.
Así que, ya sabéis. Buscad un
buen masajista por vuestra zona y reservaros un día o dos al mes para poneros
en sus manos. Vuestra salud os lo agradecerá. J
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