En los últimos meses, me he dado
cuenta de que hay una zona de nuestra anatomía que desconocemos por completo.
El suelo pélvico. Seguro que muchos me acabáis de dar la razón, ¿a que sí?
Sí, una de las zonas más
importantes de nuestro cuerpo y, a la vez, la más descuidada. Poca gente sabe
exactamente lo que es, dónde está localizado y, sobre todo, poca gente sabe
cómo activarlo. Debido a esta falta de información, muchas mujeres sufren
pérdidas de orina y prolapsos vaginales (entre otras dolencias), y otras tantas
corren un gran riesgo de sufrirlas.
Como últimamente son varias las
mujeres que me han consultado sobre cómo poner fin a alguna de estas molestias,
he decidido dedicar el post de hoy a informar sobre qué es el suelo pélvico,
por qué puede debilitarse y cómo activarlo para evitar los problemas que se
derivan de su debilitación.
El suelo pélvico es un conjunto
de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior.
Estos músculos se encargan, principalmente, de sostener los órganos pélvicos
(vejiga, uretra, útero, vajina y recto) en la posición adecuada para que
funcionen de manera correcta.
Esta musculatura es dinámica, es
decir, se adapta al movimiento de nuestro cuerpo, a los cambios de postura…, y
lo hace manteniendo siempre la tensión adecuada para sujetar la vejiga, el
útero y el recto dentro de la pelvis. Cuando
el suelo pélvico se debilita, no es capaz de sostener estas estructuras, por lo
que descienden de su posición natural y se altera su función.
Un suelo pélvico debilitado
puede provocar incontinencia urinaria,
molestias, prolapsos (caída de los órganos intraabdominales), dolor de espalda e, incluso, disfunciones sexuales.
Ahora viene una gran pregunta. ¿Por qué se debilita esta zona?
Los motivos pueden ser varios.
Uno de ellos es la predisposición
personal. Hay mujeres que, de manera natural, tienen débiles los tejidos
musculares y ligamentosos. Tanto si este es tu caso, como si no, hay
situaciones como la obesidad, determinados deportes (correr, levantar
pesas…), tocar instrumentos de viento,
tos crónica, etc., que aumentan la presión intraabdominal poniendo en
peligro esta zona.
A parte de estas situaciones más
personales, no podemos olvidarnos de determinados períodos vitales que pueden hacer que se debilite nuestro suelo
pélvico. Un período por el que todas vamos a pasar es la menopausia. Los cambios hormonales durante este período producen
atrofia e hipotonía (pérdida de tono muscular) de los tejidos de la zona
genital. Por otro lado está el embarazo.
Durante los meses de gestación, estos tejidos se debilitan debido al aumento de
peso intraabdominal, la hiperlaxitud que se produce en los tejidos debido a los
cambios hormonales y la distensión de los tejidos por el paso del bebé en el
momento del parto.
A este respecto el momento del posparto se convierte en un período
crítico, ya que si se ejercitan los abdominales o se realizan deportes en los
que se salte o en los que se levante mucho peso demasiado pronto, se puede
debilitar el suelo pélvico.
Como veis, para una mujer es muy
importante mantener activa esta musculatura. ¿Cómo podéis aprender a activarla? El mejor consejo que os puedo
dar es que os apuntéis a clases de Pilates
y/o abdominales hipopresivos. En
estas dos disciplinas os enseñarán a controlar la zona y a activarla. Eso sí,
antes de comenzar, aseguraos de que la persona que os vaya a enseñar sea un
profesional titulado en la materia. Sólo un profesional titulado os va a saber
guiar, paso a paso, para que logréis hacerlo correctamente.
Ahora, cuidado. Si estás
embarazada, o estás intentando quedarte, no hagas hipopresivos, están
contraindicados en estos casos. Es preferible que te apuntes a clase de Pilates
(si estás embarazada hay Pilates para embarazadas). Y no tengáis miedo. Sí,
muchas mujeres embarazadas tienen miedo de tonificar la zona pélvica porque
piensan que se dificultará el parto. Nada más lejos de la realidad. Está
comprobado que fortalecer la musculatura
del suelo pélvico durante el embarazo ayuda a la futura madre a
-
Evitar o disminuir la
incontinencia urinaria. Ésta se ve agravada por el peso del feto sobre la vejiga.
-
Facilitar el parto. Tener la musculatura en
condiciones puede ayudar a disminuir los desgarros.
-
Incrementar la circulación
sanguínea en la zona. Esto ayudará a curar los posibles desgarros más rápidamente y
reducirá la posibilidad de sufrir hemorroides.
-
Evitar el prolapso del útero, la vejiga y/u otros
órganos de la zona después del parto.
-
Evitar las pérdidas de orina
posparto
Eso sí, cuidado. No tenéis que
tonificar la zona durante todo el embarazo. En la última etapa os han de
enseñar a relajar la zona para facilitar el paso del bebé. Por eso es
importante que os apuntéis a las clases adecuadas. El profesor de Pilates especializado
en embarazos sabrá cómo hacerlo y cuándo.
Ahora, mientras buscáis las
clases adecuadas a vuestro caso, os voy a comentar unos ejercicios que podéis
realizar en cualquier lugar, a cualquier hora, y que os ayudarán a fortalecer
la zona. Sí, lo habéis adivinado, os voy a hablar de los famosos ejercicios de Kegel. Estos ejercicios
consisten en la contracción de los músculos del suelo pélvico.
Si no sabéis identificar
correctamente los músculos que debéis contraer, os voy a dar un consejo: la
próxima vez que vayáis al baño a orinar, intentad cortar el chorro de orina
voluntariamente. Igual os parece soez, pero esa es la acción que debéis de
realizar durante los ejercicios de Kegel. Una vez sabéis la acción a realizar,
podéis hacerla de varias maneras:
-
Lento: contraed los músculos del
suelo pélvico durante 5 segundos, mientras respiras suavemente. Luego los
relajas durante 5 segundos más. Repetid esto 10 veces.
-
Rápido: contraed y relajad los
músculos tan rápido como podáis durante 2 ó 3 minutos. Comenzad con 10
repeticiones e id aumentándolas gradualmente hasta 50 repeticiones diarias.
-
Ascensor: se trata de contraer
lentamente los músculos, imaginando que se trata de un ascensor que va subiendo
lentamente y se detiene unos segundos en cada piso.
-
Onda: Contraed primero los músculos
que están alrededor de la uretra y luego los de la zona anal. Intentad
relajarlos de atrás para adelante.
Como veis, mientras encontráis
un buen profesional por vuestra zona que os pueda ayudar personalmente, no es
difícil activar el suelo pélvico. Con estos ejercicios podéis hacerlo a
cualquier hora, en cualquier lugar. Nadie se dará cuenta de que los estáis
realizando.
Tened en cuenta estos consejos y
estos ejercicios, no restéis importancia a vuestro suelo pélvico. Aquellas que habéis
sufrido, o sufrís en estos momentos, algún problema derivado de la debilitación
de la zona, sabéis de lo que os hablo. Si, por suerte, no habéis sufrido nunca
uno de estos problemas, evitad sufrirlo por todos los medios. Tanto en un caso
como en el otro, comenzar desde ya mismo a activar vuestro suelo pélvico, no
esperéis. Creedme, vuestra salud y vuestro bienestar os lo agradecerán. J
Me gusta como lo has explicado, es clave desarrollarlo para dar a luz y así nos sufrir tanto, me pondré manos a la obra
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