Si estoy harta de ver algo en
todos mis años de profesión, es gente que, tras entrenar, se va a la ducha sin
estirar. Esa gente no se da cuenta, pero esa mala costumbre no le hace ningún
bien a su cuerpo.
Sinceramente, no sé por qué la
mayoría de la gente le quita importancia a los estiramientos. Sí, cada vez la
sociedad está más mentalizada de la importancia de realizar alguna actividad
física diariamente. Cada vez son más las personas que notan los beneficios del
ejercicio, tanto en su físico como en su salud. Pero cada vez son menos las
personas que dedican unos minutos de su tiempo a estirar y, la mayoría de los
que estiran lo hacen mal y demasiado rápido.
Cada vez que pregunto a alguien
por qué no estira, recibo respuestas tipo “no
tengo tiempo” o “ya he entrenado que
es lo importante, ¿para qué voy a estirar?”. Sí, la mayoría de gente piensa
que estirar no es importante, que lo único importante es hacer ejercicio. Pero
os equivocáis por completo. Estirar es
tan importante para nuestra salud como hacer ejercicio.
Al hacer cualquier tipo de
ejercicio forzamos nuestra musculatura, que se contrae y expande de forma
repetitiva. Así, si después de entrenar no les ayudamos a volver a su forma
natural, los músculos se quedan contraídos, rígidos. En cuestión de poco tiempo
los músculos comienzan a acortarse, cada vez están más rígidos. Es cuestión de
tiempo que ese músculo se lesione, y no hablo sólo de contracturas (la lesión muscular más típica), estoy hablando de roturas fibrilares e, incluso, lesiones tendinosas graves.
Sí, lo habéis adivinado, todas
estas lesiones son dolorosas y requieren su tiempo de reposo absoluto. Hay
algunas que requieren intervención quirúrgica y, en algunos casos, pueden
quedar secuelas (reducción de la movilidad del músculo dañado).
La manera de evitar estas
lesiones, como ya he dicho, es ayudar a nuestros músculos a que recuperen su
longitud original tras cada entrenamiento. ¿Cómo hacerlo? Fácil, estirando.
Pensad que un mínimo de
estiramientos realizados correctamente, nos ayuda a eliminar la tensión que le hemos imprimido a nuestros músculos
durante el entrenamiento ya que ayuda a relajar las fibras contraídas.
Los estiramientos también nos ayudan a drenar la musculatura
implicada en el entrenamiento. Sí, cuando estiramos ayudamos a que todos los
deshechos producidos por nuestra musculatura durante el esfuerzo lleguen al
sistema linfático más rápidamente, eliminándolos con más facilidad.
Al estirar también estimulamos la circulación sanguínea,
por lo que nuestros músculos reciben tanto el oxígeno como los nutrientes
necesarios tras el esfuerzo sin ningún tipo de problemas. Así, se acelera el
proceso de recuperación tras el entrenamiento.
Ahora, no penséis que estirar
sólo es necesario si haces algún tipo de actividad física. Estirar es necesario tanto si realizas deporte como si no, ya que
ayuda a prevenir y/o retrasar la aparición de enfermedades como la
artrosis, que reducen considerablemente la movilidad articular. Al estirar
llevamos a las articulaciones a su grado máximo de movilidad fisiológica, algo
de vital importancia para prevenir la degeneración articular que lleva a este
tipo de enfermedades.
Muchos de los dolores de espalda que se sufren por
una mala posición corporal, por estrés, tensiones…, podrían evitarse realizando
unos estiramientos de los músculos afectados cada día. Además, al estirar,
tonificamos los ligamentos y revitalizamos los músculos de la espalda, con lo
que mejora de forma notable la posición y la estabilidad de nuestra columna vertebral.
Como ya he comentado, al estirar
se estimula la circulación sanguínea. Esto no es bueno únicamente para
recuperarse tras un entrenamiento. También nos ayuda a prevenir y combatir problemas circulatorios como las varices y la
celulitis.
Además, no sólo aumenta el riego
sanguíneo en los músculos, también aumenta la irrigación sanguínea en los
huesos y articulaciones que rodean al músculo estirado. Con lo que aumenta el
aporte de nutrientes como la vitamina D y el calcio a estas zonas. Nutrientes muy
importantes para prevenir la pérdida
ósea que se produce en procesos como la osteoporosis.
Como veis, es muy importante
para nuestra salud que estiremos, tanto si hacemos deporte como si no. Lo malo
es que hay personas que, por falta de flexibilidad, creen que no van a poder
estirar. Eso no es así.
Como siempre digo, cada persona
es un mundo. Hay gente que tiene más flexibilidad que otra. Pero tener poca
flexibilidad no significa que estéis incapacitados para estirar. Tenéis que quitaros de la cabeza la idea de
que si no tocáis los pies con las manos no estáis estirando. Para estirar
una zona, lo único que hay que hacer es realizar el movimiento adecuado para
ello escuchando a tu musculatura. Cuando notes el estiramiento, para y relájate
en esa posición. Relaja la respiración y la musculatura que estás estirando.
Verás como no sólo te encontrarás mejor, sino que, además, sin darte cuenta,
con el tiempo, irás ganando esa flexibilidad que dices que no tienes. Porque
sí, la flexibilidad, al igual que se pierde si no estiras, se puede ganar si
estiras correcta y asiduamente.
A la pregunta “¿obtendré los mismos beneficios yo que una
persona más flexible?”, la respuesta es sencilla: Sí. Si los estiramientos
están bien hechos, tendrás exactamente los mismos beneficios tanto si te doblas
en dos sin problemas como si no llegas a tocarte las rodillas cuando estiras.
Ahora, cómo saber si estás estirando bien. El mejor consejo que os puedo
dar es que consultéis con el instructor de vuestro gimnasio, con vuestro
entrenador o con algún conocido titulado en la materia. Ellos os podrán decir
exactamente cómo estirar cada músculo de manera correcta. Si no conocéis a
nadie, o los instructores de vuestro gimnasio no os dan confianza, o son de los
que no dan importancia a los estiramientos, os aconsejaría que comenzaseis a
entrar a clases de Pilates, Yoga,
Stretching o Body Balance, clases en las que notaréis no sólo un trabajo
muscular diferente (siempre hay que retar a nuestro cuerpo con maneras
distintas de trabajar), sino también todos los beneficios de un buen
estiramiento bien realizado.
Mientras buscáis este tipo de
clases por vuestra zona, los consejos
que os puedo dar desde aquí para que estiréis correctamente son:
-
No rebotéis. Hay gente que, con la obsesión
de querer llegar más lejos en el estiramiento, realiza pequeños rebotes
mientras estira. Esto es un gran error, ya que, con ello, se contrae el
músculo, no se estira. Así, no sólo lo acortaremos más, sino que, además, lo
podemos lesionar. Recuerda, una vez notes el estiramiento para y relájate.
Nunca fuerces, no quieras llegar más lejos.
-
No debéis sentir dolor. Si en vez de notar un
estiramiento cómodo, lo que notáis es dolor, es señal de que estáis forzando el
músculo a llegar donde no puede.
-
No estiréis en apnea. Es decir, no dejéis de
respirar cuando estéis estirando. La respiración es vital para poder relajar el
músculo que queremos estirar. Haced que vuestra respiración sea suave y
tranquila cuando estéis estirando.
-
Los estiramientos antes de
entrenar han de ser cortos y suaves. No es bueno empezar un entrenamiento con el
músculo muy estirado. El estiramiento fuerte ha de ser después del
entrenamiento, para lograr todos los beneficios que he mencionado antes.
-
Cuando estiréis, mantened la
posición en la que notéis un estiramiento cómodo durante unos 30 segundos.
Como veis, estirar es tan
importante para nuestra salud como hacer ejercicio. Sólo hay que buscar unos
minutos, y eso no es tan difícil como creemos. Seguro que no pasa nada si
apagáis la tele 10 minutos antes por la noche. O, incluso, podéis colocar
vuestra esterilla y estirar mientras veis vuestro programa preferido.
Cualquier momento, cualquier
lugar es perfecto para estirar. Sólo necesitáis saber hacer bien el movimiento
y dedicarle unos minutos al día. Unos minutos que, sin duda, tu salud
agradecerá. J
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