Por lo general, cuando alguien
ve una clase de Pilates, de Yoga o de Body Balance (fusión de Yoga y Pilates)
suele pensar “en esta clase no se hace
nada”, o “aquí se dedican a hacer
posturitas, no entrenan”, o “estas
clases son sólo para estirar y relajarse, no se trabaja nada”, y cosas con
el estilo.
Es por esto que mucha gente es
reticente a realizar este tipo de clases. La gente quiere un trabajo efectivo,
quieren entrenar duro, y cuando ven estas clases, en apariencia calmadas, no se
sienten atraídos. Gran error. Estas actividades, aparentemente tan ligeras y
relajantes, se convierten en todo un reto físico para aquellos que están
acostumbrados a entrenar sólo en la sala de pesas. Esto se debe a que en estas
actividades se trabaja para lograr algo de vital importancia en nuestro día a
día, algo que no se trabaja en la sala de pesas, el control corporal y
postural.
Como siempre digo, hay que
probar algo antes de hablar de ello. No se puede juzgar una actividad
simplemente viéndola. Si algún día os animaseis a probar alguna de estas
actividades, comprobaríais que el trabajo es muy intenso, se trabajan músculos
que muchos ni siquiera saben que existen. Como me gusta decir, se trabaja de
dentro hacia fuera. Y no sólo se trabaja la fuerza y la resistencia muscular,
también, y ésta es una de las cosas, para mí, más importantes, se ayuda a
fortalecer tendones y ligamentos evitando lesiones graves.
Este tipo de actividades tienen
algo en común que ayudan a lograr todo esto: el trabajo de equilibrio. Sí.
Cuando os asomáis a alguna clase y veis a la gente en alguna pose a una pierna,
no pensaréis que están así simplemente porque la pose es estética, ¿verdad?
Todo lo que se hace en estas actividades tiene un por qué. Ya que soy una
enamorada de los trabajos de equilibrio, hoy me propongo a explicaros el por
qué deberíais incluir los equilibrios en vuestra rutina semanal.
Tranquilos, no os estoy diciendo
que debáis apuntaros a alguna de estas actividades, no hace falta (aunque, como
siempre digo, deberían estar obligadas por ley). Podéis realizar equilibrios
también en casa o en la sala de pesas del gimnasio, cuando acabéis vuestra
rutina. Tampoco tenéis que hacerlos todos los días, sólo un par de días a la semana
son suficientes para disfrutar de todos sus beneficios.
Así por encima, os puedo contar
que cuando se trabaja en equilibrio, los músculos se aíslan mejor, por lo que,
lo ejercicios realizados en equilibrio son más eficaces que otros. Si queréis
comprobarlo, mantened el equilibrio sobre una pierna. La pierna que eleváis,
llevadla totalmente estirada lo más arriba que podáis sin llevar la espalda
atrás. Igual no podéis llevarla muy arriba, no os preocupéis. Allá donde
lleguéis, haced pequeños círculos primero a un lado y luego hacia el otro,
manteniendo totalmente estable la espalda. Intentad hacer 8 círculos hacia cada
lado, y me contáis que sentís en el cuadriceps. O haced flexiones con los pies
apoyados en una fitball. Notaréis la diferencia.
Además, mejora notablemente la
coordinación cerebro-músculo, por lo que seremos capaces de realizar cualquier
tarea del nuestro día a día de manera más segura y eficaz, evitando lesiones
por malas posturas y malas praxis.
Por otro lado, cualquier trabajo
a una pierna hace que se active el glúteo medio, situado en la parte externa de
la pelvis. Al tonificar esta zona, lograremos estabilizar la articulación de la
cadera, lo que nos ayudará a corregir la postura, evitando así futuros
problemas.
Cómo no, os he de hablar de
nuestro centro, también conocido como core. Todo el mundo sabe que tener un
core fuerte (recto abdominal, transverso del abdomen, oblícuo mayor y oblícuo
menor) es imprescindible para realizar cualquier ejercicio de manera correcta.
Estos músculos son los estabilizadores corporales por excelencia. Un core débil
no podrá estabilizar bien nuestro cuerpo, por lo que aumentará el riesgo de
padecer graves lesiones al realizar cualquier ejercicio.
Pues bien, al trabajar en
equilibrio le lanzamos un gran reto a nuestro core, que ha de trabajar
sobremanera para mantener la posición adecuada y realizar el trabajo. Y, lo más
importante, aquí el trabajo se realiza desde la parte más interna de nuestro
abdomen, la más importante, el transverso abdominal.
Así, a nivel fisiológico, os
puedo decir que trabajar el equilibrio ayuda a estabilizar nuestro centro,
mejorando la posición de nuestra columna vertebral y protegiendo la zona lumbar
de lesiones. Para todos los que deseáis tener un vientre plano, os puedo decir
que trabajar el equilibrio ayuda a fortalecer el abdomen, lo tonifica ayudando
a que lo veáis cada vez más plano. ¿Queréis comprobarlo? Fácil. Intentad
poneros de rodillas sobre una fitball, de manera que las rodillas estén a la
anchura de las caderas. Las rodillas, las caderas y los hombros has de formar
una línea recta. Intentad aguantar medio minuto en esta posición y me contáis
que sentís en el abdomen. También podéis probar a realizar una plancha de
Pilates (Planck) con los pies apoyados en una fitball. Notaréis la diferencia.
Por otro lado, cuando os quedáis
en equilibrio sobre una pierna, ¿verdad que notáis cómo vuestro tobillo y
vuestra rodilla han de trabajar para lograr mantener la posición? Esto hace que
se fortalezcan los músculos más internos de estas articulaciones, haciendo, a
su vez, que se fortalezcan los tendones y ligamentos de estas zonas. Así,
logramos que nuestras articulaciones estén más seguras evitando lesiones tan
típicas como esguinces de tobillo.
De hecho, el trabajo de
equilibrio sobre superficies inestables es una de las técnicas más usadas
durante las últimas décadas para la rehabilitación de tobillos y rodillas
lesionadas.
Ahora, cuando hablo de trabajar
el equilibrio, no sólo me refiero a mantener una posición o hacer determinados
movimientos sobre una pierna, que también. Si esto os supone poco esfuerzo,
podéis utilizar cualquier superficie que os suponga inestabilidad. Podéis
utilizar una fitball, un bosu, un foam roller, un balón medicinal… Y realizar
ejercicios con ellos, ya sean flexiones, planchas, sentadillas (las sentadillas
en foam roller son todo un reto)...
Así que ya no tenéis excusa. Si
seguís reticentes a entrar en alguna clase de Pilates, Yoga o Body Balance, al
menos, incluid algún ejercicio de equilibrio (con o sin superficie inestable)
en vuestra rutina semanal. Vuestro cuerpo os lo agradecerá. J
Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com
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