Pensad un momento, ¿os sentís
más fatigados de lo normal?, ¿os irritáis con facilidad sin motivo?, ¿sufrís
insomnio?, ¿os dan calambres (espasmos musculares) a menudo? Mucho cuidado,
podríais tener un déficit de magnesio. Sí, digo mucho cuidado porque éstos, que
parecen en su mayoría unos síntomas sin importancia, son sólo lo que yo llamo “síntomas de aviso”, digamos los
primeros síntomas. Conforme el déficit va empeorando los síntomas se agravan.
Así, se puede llegar a perder la memoria, sufrir arritmias cardíacas e,
incluso, sufrir alucinaciones.
Sí, aunque parezca mentira, el
déficit de este mineral puede provocar todo esto. No sé por qué, pero el
magensio es uno de los grandes ignorados. Normalmente atribuimos la fatiga, el
insomnio y la irritabilidad a nuestro ritmo de vida (estrés, actividad…). Si
pensamos en algo cuando sufrimos calambres es en el potasio. Y, si todo esto va
a más, pensamos en el hierro. Si os fijáis, nunca pensamos en el magnesio, a no
ser que el médico nos lo nombre.
Por si no lo sabéis, el magnesio
se encuentra en una cantidad muy pequeña en nuestro organismo, pero es de vital
importancia. La mayoría del magnesio de nuestro organismo se concentra en los
huesos, pero también podemos encontrarlo en los pulmones, riñones, hígado,
tiroides, cerebro y en los músculos (una vez más os recuerdo que el corazón es
un músculo). Y, aunque esté presente en pequeñas cantidades es de vital
importancia para el funcionamiento de todos ellos.
Sí, el magnesio nos ayuda a activar las vitaminas y determinadas enzimas en
nuestro organismo, ayuda a la formación de estructuras óseas, proteínas y
anticuerpos, ayuda a mantener la viscosidad el líquido sinovial (hidrata y
protege las articulaciones) y ayuda a nuestro metabolismo a sintetizar las
grasas. Además, tiene propiedades
antiestrés (está considerado como el mineral antiestrés por antonomasia), antitrombóticas, antiinflamatorias y
cardioprotectoras.
Como veis, es absolutamente
imprescindible para un correcto funcionamiento del organismo, sobre todo del
corazón, las arterias, el aparato músculo-esquelético y los sistemas nervioso,
endocrino y digestivo.
Todo esto no es poco, ¿verdad?
Pues sentaos un rato que os voy a nombrar alguno de los beneficios que, aparte
de todo lo que acabo de escribir, nos aporta tener el nivel de magnesio
adecuado en nuestro organismo.
Para comenzar, os diré que se ha
demostrado que la gran mayoría de
personas que sufren algún accidente cardiovascular, presentan un déficit de
magnesio en sangre. Como he comentado el corazón es un músculo y como tal
necesita de este mineral. Su déficit hará que el corazón no pueda contraerse de
manera regular, pudiendo dar paso a esos temidos accidentes.
También se ha demostrado que reduce el riesgo de arteroesclerosis,
ya que aumenta los niveles de LDL (colesterol bueno).
Por otro lado, he de comentar
que aumenta la solubilidad del calcio en la orina, por lo que ayuda a prevenir la formación de cálculos renales. De hecho, hoy en día,
se considera que la formación de estos cálculos se da principalmente en
personas que tienen déficit de magnesio.
Con respecto a nuestro sistema
nervioso, los sistemas enzimáticos que requieren magnesio ayudan a restaurar
los niveles normales de energía, lo que hará que disminuya la fatiga. Todo esto unido a los efectos que tiene este
mineral sobre el sistema neuromuscular, ha llevado a afirmar en diversos
estudios que el magnesio ayuda a disminuir
el nerviosismo, la ansiedad, el insomnio, la depresión y los calambres
musculares.
Además, está comprobado que este
mineral puede ayudar a regular la
tensión en personas hipertensas.
También hay varios estudios que
demuestran que el magnesio ayuda a
prevenir las temidas cefaleas migrañosas hasta en un 41.6%.
Como
no, decir que las mujeres deberíamos considerar el magnesio como un gran amigo
y aliado, ya que disminuye los dolores
menstruales y suaviza las molestias del síndrome premenstrual (dolores,
cambios de humor, retención de líquidos, hinchazón abdominal…). Todo esto, eso
sí, resulta más efectivo cuando se combina el magnesio con el calcio y la
vitamina B6.
Como
dato curioso, comentaré que puede evitar
la pérdida de audición producida por la exposición a ruidos intensos.
No
está mal, ¿no? Y estos no son todos los beneficios, hay más. Sólo nombro los
que, para mí, son los más importantes. Ahora sí, la única manera de equilibrar
el magnesio en nuestro organismo es mediante
la alimentación. La ingesta diaria ha de oscilar entre los 300 y los 350
mg./día para los hombres, 280 mg./día para mujeres y entre 320 y 350 mg./día
para mujeres embarazadas.
Los
frutos secos son un recurso muy
bueno. Por cada 500 gr. de almendras secas sin cáscara, le aportamos a nuestro
organismo 1225 mg. de magnesio, las avellanas tienen unos 835 mg., y otros
frutos secos como los pistachos, las nueces y los cacahuetes rondan los 800 mg.
De
entre las frutas, he de destacar el
albaricoque, que llega a aportar 28 mg. por cada 500 gr. de fruta. Los dátiles
naturales también superan los 200 mg.
Las
verduras son muy importantes para
cubrir carencias. Las espinacas crudas, por ejemplo, aportan unos 400 mg, algo
más que la remolacha. El perejil también es una muy buena fuente de magnesio.
El
agua mineral también puede ser una
fuente de este mineral. La mayor o menor proporción de magnesio dependerá del
terreno de donde provenga el agua. De todas formas, la composición del agua
debe de aparecer en las etiquetas del producto, de manera que es fácil de saber
qué marca conviene más comprar.
Como
veis, no debemos seguir menospreciando este mineral. Es vital para nuestro
organismo y de gran ayuda para nuestra salud. Si tenéis alguno de los síntomas
que he descrito al comienzo del post, salid de dudas. Id y haceos una analítica
de sangre. Si tuvieseis un déficit muy grande, el propio doctor os recetará la
suplementación adecuada. Si no, todo se puede solucionar añadiendo a la dieta
los alimentos adecuados.
Y,
precisamente porque más vale prevenir que curar, os dejo una tabla con
alimentos que os ayudarán a que le aportéis la cantidad necesaria de magnesio a
vuestro organismo. J
Alimentos ricos en magnesio
|
|
Alimentos
|
mg por cada
|
Pepitas de girasol
|
387
|
Almendras sin cáscara
|
258
|
Avellana sin cáscara
|
258
|
Caracoles
|
387
|
Germen de trigo
|
250
|
Soja en grano
|
240
|
Longaniza
|
200
|
Cacahuete sin cáscara
|
174
|
Garbanzos. Judías blancas, pintas
|
160
|
Pistacho
|
158
|
Trigo, grano entero
|
147
|
Cacao en polvo, azucarado. Harina integral. Nueces sin cáscara
|
140
|
Calamares y similares
|
139
|
Turrones y mazapanes
|
129
|
Guisantes secos
|
123
|
Leche de vaca desnatada en polvo
|
117
|
Chocolate amargo con azúcar
|
107
|
Arroz integral
|
106
|
Chocolate
|
100
|
Percebes
|
94
|
Pan integral
|
91
|
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