Ni os podéis llegar a imaginar
la de veces que, en una sola semana, me pueden llegar a preguntar “Divi, ¿qué puedo hacer para quitarme esto?”,
llevándose automáticamente las manos a la tripa.
Como he dicho en más de una ocasión,
cada persona es un mundo. Hay gente que se queja por una acumulación excesiva
de líquidos en la zona, otros lo que acumulan en grasa, y también los hay que
se quejan porque se notan muy hinchados después de cada comida. En el post de
hoy voy a daros pequeños trucos alimenticios para intentar que vuestro vientre
luzca más plano, sea cual sea vuestro caso.
Si vuestro problema es que
acumuláis líquidos en la zona, la clave estaría en reducir el consumo de sal. La sal es una gran retenedora de
líquidos. Aunque es necesaria para nuestro organismo, la necesitamos en
pequeñas cantidades. Acumular más sal de la necesaria en nuestro cuerpo va a
hacer que éste retenga más líquidos.
Habrá mucha gente que pensará
que cocinar con menos sal (o sin sal) supone que la comida esté mala, insulsa.
Nada más lejos de la realidad. Estoy de acuerdo en que la sal potencia el sabor
de los alimentos, por eso engancha tanto a la gente, pero no es la única.
Podéis hacer como yo, utilizad especias.
El ajo, la albahaca, la cúrcuma, el comino, el jengibre, la canela… No sólo van
a darle a vuestros platos un sabor único, sino que, además, van a aportar
muchos beneficios a vuestro organismo, entre ellos, y siendo el tema a tratar
hoy, no os harán acumular líquidos.
Otro truco para este caso es que
aumentéis el consumo de agua. Sí,
aunque parezca contradictorio, así es. Al igual que la gente que come poco
acumula grasa, la gente que bebe poco acumula líquido. El agua es algo muy
necesario para nuestro organismo. Si no le damos la cantidad que necesita,
nuestro cuerpo se guarda la poca que le suministramos. Si, por el contrario, le
aportamos la cantidad necesaria, nuestro cuerpo no necesita acumularla, sabe
que siempre va a tener la cantidad que necesita. Así eliminará el líquido que
no necesite mediante la orina.
Si vuestro problema es que
tenéis exceso de grasa, el problema está en vuestra dieta. Cualquier dieta que
contenga grasas saturadas, frituras, bollería industrial y azúcares va a hacer
que se acumule un exceso de grasa. Ahora, a la pregunta que todos me hacen: ¿por
qué se acumula en la tripa? Pues por el mismo motivo que otros se
preguntan por qué se acumula en las cartucheras o en las piernas. El lugar en
el que vuestro cuerpo acumula grasa depende, principalmente, de factores genéticos.
Así, ya que esa zona es la marcada genéticamente para acumular grasas, cuando
empecéis a limpiar vuestra dieta para deshaceros de esos excedentes, ese lugar
conflictivo (en el caso del post de hoy, la tripa) va a ser el que más tarde en
perder. Así que ahí va un gran consejo: tened
paciencia y no desesperéis.
Para los que os estéis
preguntando qué es limpiar la dieta, muy fácil: eliminar de la dieta lo que no es
necesario para nuestro organismo. Para mí, lo primero a liminar sería el azúcar
blanco y la bollería industrial. Lo único que aportan son calorías vacías, es
decir, sin ningún nutriente, por lo que nuestro organismo no las utiliza y las
acumula en forma de grasa. Ahora, cuidado. Muchas
veces tomamos azúcares sin saberlo, ya que están presentes en platos
precocinados, en refrescos, comida enlatada, embutidos, etc. Así que, si os
puedo dar un consejo es que no compréis nada precocinado. Por mucho que
aseguren en televisión que es sano, suelen contener azúcares, sales, grasas…,
nada saludables. La mejor manera de
saber qué es lo que comemos es cocinarlo nosotros mismos. Perdedle el miedo
a la cocina. Os sorprenderéis de lo que cambia vuestro físico con la comida de
elaboración casera.
Ahora, ¿qué pasa si sois
golosos? A ver, nadie os va a prohibir que comáis un dulce de vez en cuando
(sólo de vez en cuando), pero si es de elaboración propia mejor que comprado.
No es difícil. Hay recetas muy sencillas en Internet. Eso sí, a la hora de
cocinar dulces, mejor que sustituyáis el
azúcar blanco por sirope de arce (aporta gran cantidad de minerales a
nuestro organismo), melaza de arroz o
cebada (ideal para tomar como mermelada o hacer postres), miel de caña (rica en hierro, ideal si
padecéis de anemia), miel de abejas
(el que para mí es el endulzante más sano y natural) o azúcar moreno (asegúrate siempre de que sea auténtico, que no sea
azúcar blanco teñido).
A parte de desterrar el azúcar
blanco de vuestra dieta, también sería aconsejable que evitaseis las carnes
grasas y los lácteos enteros, que huyeseis de las harinas blancas y los
productos elaborados con ellas, que no os acercaseis a los alimentos procesados
químicamente (por ejemplo la conocida como fast
food) y que desterraseis para siempre las bebidas alcohólicas y las
carbonatadas. Todo esto está haciendo que vuestro cuerpo acumule esa grasa que
tan poco os gusta.
También sería muy aconsejable que aumentaseis el consumo de
frutas y verduras. No sólo aportan gran cantidad de nutrientes a nuestro
organismo, además, su alto contenido en fibra tiene un efecto saciante, lo que
ayudará a controlar la cantidad de alimento que ingerimos. Un buen truco es
tomar siempre una ensalada antes del plato principal.
A parte de limpiar nuestra dieta
y controlar qué es lo que comemos, hemos de controlar la cantidad. Comer demasiado hará que nuestro cuerpo
acumule el exceso ingerido en forma de grasa. Si veis que llegáis a casa con
mucha hambre utilizad trucos como comer dos piezas de fruta mientras hacéis la
comida. No sólo os aportará gran cantidad de vitaminas, sino que, además,
calmará ese apetito y hará que no comáis en exceso.
Pero cuidado, que aquí mucha
gente comete un gran error, come demasiado poco. Cuántas veces habré oído
aquello de “si como como un pajarito, ¿por qué no se me va la grasa?”. Mi
respuesta siempre es la misma: no eres un pajarito, eres un ser humano y has de
comer como tal. Al igual que comer en exceso va a hacer que acumules grasa,
comer en defecto también.
Es como lo que os he explicado
antes con el agua. Nuestro cuerpo necesita una cantidad de energía para poder
mantenerse y moverse. Esa energía la obtiene por medio de los alimentos. Si no
le damos el suficiente alimento, acumulará el poco que recibe para poder
obtener energía cuando lo necesite, y, por si no lo habéis adivinado, lo
acumulará en forma de grasa.
Lo mejor que podéis hacer para
evitar esto es realizar un mínimo de
cinco comidas al día. Igual os parecen muchas, pero no lo son. Comiendo más
veces al día, veréis como desaparece esa ansiedad con la que atacáis cada
comida y las comidas serán menos copiosas, os sentarán mejor y os sentiréis
mejor.
El mejor consejo que os pedo dar
en este caso es visitar a un buen nutricionista/endocrino. Estudiarán vuestros
hábitos y vuestra actividad física, y os dirán qué cantidad de energía debéis
ingerir y cómo hacerlo.
Por
último está el caso de aquellos que os sentís hinchados después de cada comida.
Por lo general, suele deberse a la
acumulación de gases por malas
digestiones, unas digestiones que se hacen pesadas, en la mayoría de los
casos, por hacer comidas muy copiosas, comer demasiado rápido, masticar
demasiado poco los alimentos o por alteraciones en la flora intestinal.
Con
respecto a esto, los consejos que puedo dar son muy sencillos: como he
comentado antes, aumentad el número de comidas que hacéis al día y éstas serán
menos copiosas y, por lo tanto más fáciles de digerir. Masticad bien cada
bocado y comed con tranquilidad, no dejéis que el estrés y las prisas os
arruinen la digestión. Para regenerar la flora intestinal, las verduras y hortalizas
crudas son muy aconsejables, así como los alimentos fermentados (yogur,
chucrut, el miso…).
Como
veis cada caso tiene sus trucos. Sólo tienes que saber qué es lo que hace que
tu tripa esté hinchada y ponerte manos a la obra en la cocina. Y ahora, como
no, os tengo que dar un último consejo: acompañad todo esto de deporte. Buscad
una actividad que os divierta y veréis como vuestro vientre no sólo estará
plano, sino también tonificado. J
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