domingo, 26 de abril de 2015

LA IMPORTANCIA DEL POTASIO PARA NUESTRA SALUD


Por lo general, el Potasio es ese mineral del que sólo nos acordamos cuando sufrimos calambres. Estoy segura de que nadie, o casi nadie, sabe la razón, pero en cuanto alguien sufre un calambre muscular lo primero que se le dice es “eso es que te falta potasio”.
Sí, es verdad, uno de los síntomas de la hipopotasemia o hipokalemia (falta de potasio) es la aparición de calambres musculares. Lo malo es que esto es lo único que sabe la gran mayoría sobre este mineral. Por lo general no se le da importancia, incluso muchos se niegan a ingerir alimentos que lo contienen porque siguen dietas demasiado estrictas y piensan que son alimentos muy calóricos. Gran error.
Cuando seguimos una dieta, no sólo hemos de fijarnos en el número de calorías que ingerimos. Sobre todo hemos de asegurarnos de que esa dieta sea sana y equilibrada, ya que la falta de algún macronutriente (hidratos de carbono, proteínas y grasas) o de algún micronutriente (vitaminas y minerales) puede acarrearnos graves problemas de salud.
En este caso, el potasio es un mineral. Pero no es un mineral cualquiera. Está considerado un macromineral, ya que es uno de los más presentes en nuestro organismo. En concreto, es el tercer mineral que nuestro cuerpo posee en mayor cantidad (tras el calcio y el fósforo). Ahora es cuestión de pensar: si nuestro cuerpo posee tan alta cantidad de este mineral, será por algo, ¿no?

Pues sí, el potasio juega un papel muy importante en nuestro organismo. Junto con el sodio regula el equilibrio de agua y del ácido base tanto en la sangre como en los tejidos.
Además interviene directamente en la contracción muscular. Una vez más, recuerdo que el corazón es un músculo, por lo que podemos imaginarnos la importancia que tiene este mineral para nuestra salud cardíaca, ¿verdad?
Por otro lado, muchas enzimas necesitan potasio para poder activarse. Entre ellas, destaca la enzima piruvato quinasa, muy importante en el metabolismo de los hidratos de carbono. Como he comentado más de una vez, los hidratos de carbono son la principal fuente de energía que utilizan nuestros músculos para moverse.
Si a todo esto añadimos que es esencial para la síntesis de proteínas, importantes para el desarrollo muscular, vemos lo importante que es ese mineral para nuestro sistema muscular. De ahí que su déficit cause, entre otras cosas, problemas musculares (calambres).
Ahora, no vayáis a pensar que las funciones de este macromineral en nuestro organismo, se quedan aquí. No. Tiene muchas más. Entre ellas destacan:
-          Ayuda a transportar oxígeno al cerebro (junto con el fósforo).
-          Ayuda a normalizar el ritmo cardíaco (junto con el calcio y el sodio).
-          Ayuda a regular la presión arterial.
-          Estimula los impulsos nerviosos y la actividad neuromuscular (junto con el sodio)
-          Ayuda a mantener el equilibrio del PH de nuestro organismo.
-          Colabora de forma directa en la conversión de la glucosa en glucógeno.
-          Ayuda a la formación de músculos, por lo que es de vital importancia para un crecimiento normal.
-          Estimula los movimientos del intestino, por lo que su consumo es de gran importancia para aquellas personas que sufren estreñimiento.
-          Favorece la eliminación de líquidos.
-          Ayuda a combatir la fatiga.
Así, con todo lo que hace en nuestro organismo, os podéis imaginar que la falta de potasio puede acarrear problemas mucho más graves que un calambre muscular, ¿verdad?

Pues sí, la hipokalemia, además de calambres musculares, puede provocar problemas como debilidad y fatiga muscular, dolores de huesos y articulaciones, irritabilidad, estreñimiento, retención de líquidos y edemas, confusión mental y falta de reflejos, hipoglucemia, arritmias cardíacas, alteraciones de la presión arterial, alteraciones del crecimiento, nauseas y vómitos.
Así que, ya sabéis, si tenéis alguno de estos síntomas, id a vuestro médico y haceros una analítica de sangre. Puede que vuestros niveles de potasio sean demasiado bajos y, si no lo solucionáis, los problemas pueden ir a peor.
Lo peor de todo es que, muchas veces, somos nosotros mismos lo que nos provocamos la falta de potasio y no lo sabemos. Debéis de saber que nuestro organismo elimina mucho potasio a través de la orina. Así, todas aquellas personas que abusan de los diuréticos con la esperanza de perder alguna talla, sin saberlo, están haciendo que su organismo elimine más potasio del que debería. Si ese potasio no se recupera, se puede llegar a la hipokalemia.

Lo mismo les pasa a todas aquellas personas que abusan de laxantes (ya sea para bajar tallas o para combatir el estreñimiento). Tanto para perder líquidos, como tallas, como para intentar aliviar el estreñimiento, deberíais llevar una dieta adecuada, con el consumo adecuado de agua, y realizar ejercicio diario. Intentad no abusar de este tipo de productos, que eliminan de vuestro cuerpo nutrientes esenciales.
También hemos de tener mucho cuidado aquellos que sudamos copiosamente. Nuestro cuerpo también elimina potasio a través de la sudoración. Así, sobre todo ahora que llega el calor, tras realizar cualquier ejercicio que nos haga sudar de manera excesiva, debemos de rehidratarnos con una buena bebida deportiva. Ésta no sólo nos ayudará a reponer los líquidos perdidos, también nos ayuda a reponer los electrolitos eliminados con el sudor (principalmente potasio y sodio).

También es bueno que sepáis que el potasio y el sodio han de estar en perfecto equilibrio en nuestro organismo. Así, el consumo excesivo de sal romperá ese equilibrio. Nuestro cuerpo necesitaría también más potasio. Si no se lo proporcionamos, nuestro cuerpo no eliminará el sodio pensando que hay un exceso de este mineral. Lo que hará es pensar que los niveles de potasio son bajos y actuará en consecuencia (comenzarán los síntomas de la hipokalemia). Por lo que, si tenéis la costumbre de añadir mucha sal a los alimentos, empezar a cambiarla. Nuestro organismo tiene suficiente sal con la que contienen los alimentos de forma natural, no es bueno que abuséis de este producto. Si la comida os parece sosa sin tanta sal, ¿por qué no probáis a añadir especias a vuestros alimentos? Creedme, os sorprenderéis.

Como he comentado, el potasio ayuda a convertir la glucosa en glucógeno. Así, si consumimos demasiado azúcar refinado (glucosa, nuestro organismo no la necesita), nuestro organismo necesitará más potasio para poderla convertir en glucógeno (muy importante para nuestro organismo). Como consecuencia, disminuye el nivel de potasio en nuestro organismo.
Otro gran error que comete mucha gente que busca perder alguna talla es el de dejarse llevar por las peligrosas dietas milagro. Desde hace unos años, la mayoría de esas dietas se basan en una premisa: reducir al máximo el consumo de hidratos de carbono. Ahora pensad, el potasio interviene directamente en la contracción muscular. Si le negamos a nuestro cuerpo la principal fuente de energía que utilizan nuestros músculos para poder moverse, ¿qué pasará? ¡Correcto! Nuestro organismo utilizará más potasio del necesario para lograr mover cada uno de nuestros músculos. Ya suponéis lo que esto quiere decir, ¿verdad? Aumentamos el riesgo de sufrir hipokalemia. Quitaos de la cabeza eso de que los hidratos de carbono engordan. Es mentira. Los hidratos de carbono son muy necesarios para nuestro organismo. Sólo hay que saber cómo y cuándo tomarlos.

Otro de los problemas de este tipo de dietas es que suelen ser hipocalóricas (bajas en calorías). Así, suelen prohibir el consumo de ciertos alimentos por “tener demasiadas calorías”, sin tener en cuenta que esos alimentos son muy importantes para nuestra salud. Muchos de ellos son nuestra principal fuente de potasio (plátano, frutos secos, legumbres…).
También hemos de tener cuidado con el estrés, tanto físico como emocional. Está comprobado que aquellos que lo sufren de manera prolongada tienen más probabilidades de sufrir hipokalemia.
En caso de que sufráis hipokalemia, sólo vuestro médico puede aconsejaros sobre cómo recuperar los niveles de potasio. Sólo él sabrá qué suplementos son los adecuados para vuestro caso.
Si no la sufrís, está en vuestra mano no llegar a sufrirla. Sólo tenéis que eliminar algunos malos hábitos como el consumo excesivo de sal o de azúcar refinado, no hacer locuras para perder tallas…, y añadir a vuestra dieta alguno de estos alimentos (todos ellos ricos en potasio):

-          Pescados: caballa, salmón y trucha.
-          Carnes: pollo y carnes rojas.
-          Frutas: plátano, melón (tanto verde como amarillo), kiwi, albaricoque, cereza, ciruela, uva (las uvas y las ciruelas pasas tienen mayor concentración de potasio que las frescas).
-          Hortalizas: alcachofa, apio, berenjena, boniato, brócoli, calabaza, col, guisantes, maíz dulce, rábano, remolacha, zanahoria.
-          Legumbres: habas, judías blancas, lentejas.
-          Productos lácteos.
-          Frutos secos: nueces, almendras, avellanas.
-          Setas: champiñones y trufas.

Como veis, no nos lo podemos tomar a broma. Desterrad malas costumbres y comenzad a darle importancia a este mineral. Vuestra salud os lo agradecerá. J


Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario