miércoles, 25 de febrero de 2015

EJERCICIOS PARA ACABAR CON LA FLACIDEZ DE BRAZOS


Me acabo de dar cuenta, y es imperdonable. Hablo mucho de glúteos y de abdomen. Os comento ejercicios que podríais realizar para mejorar estas zonas, tanto con materiales determinados como si ellos… Pero, como bien me han recordado hoy, “Divi, ¿y qué pasa con los brazos?”.
Justo entonces me he dado cuenta. Es verdad. Nunca os he recomendado ningún ejercicio para los brazos. Una de las zonas más conflictivas del cuerpo de una mujer. Los glúteos preocupan, sí. Pero si todavía no se tienen como se desean, se busca un buen pantalón o falta que lo disimule y a seguir entrenando, que cuando llegue el verano seguro que se nota el esfuerzo. Lo mismo pasa con el abdomen, una dieta bien llevada por el profesional pertinente, ejercicio constante, y en unas semanas ya va cambiando el aspecto. Mientras tanto, hay ropa que ayuda a disimular la zona… Pero los brazos son algo distinto.
Ahora que se acerca el calor, pensad, ¿qué es lo primero que destapáis de vuestro cuerpo? Si lo pensáis bien, veréis que lo último que llegamos a utilizar es el pantalón corto y las chanclas. De lo primero que nos deshacemos es de las mangas. Enseguida nos ponemos manga corta, y no tardan en llegar los tirantes. Es en este momento cuando muchas mujeres se miran en el espejo y ven lo poco que les gustan sus brazos. La solución más sencilla es pasarse el verano llevando mangas cortas e, incluso, aunque os cueste creerlo, con mangas por debajo del codo.

Para los hombres es relativamente fácil tener un brazo bonito. Con vuestra constitución y genética, una dieta adecuada acompañada del debido entrenamiento hace maravillas. En las mujeres es distinto. A nosotras nos puede ese miedo a coger peso pensando que nos vamos a transformar en monstruos. Así, la gran mayoría de mujeres tienen los brazos, o demasiado finos o demasiado gruesos. Y todos esos brazos tienen dos cosas en común: no tienen forma alguna y son extremadamente flácidos.
Cada vez más, son las mujeres que vienen preguntando qué es lo que tienen que hacer para quitarse esa flacidez, para tener unos brazos no grandes, pero sí con forma. Como ya he comentado en algún que otro post, las pesas se pueden llegar a convertir en las mejores amigas de nuestro físico, son ellas las que van a ayudarnos a que tengamos esos brazos bonitos que tanto deseamos.
Hoy os voy a decir unos ejercicios para que trabajéis vuestros brazos y hombros e intentéis darles esa forma sexy que tanto deseáis. Voy a intentar que este año desaparezcan esas mangas semilargas y empecéis a lucir unos bonitos brazos.

Para comenzar, os he de recomendar que os hagáis con unas mancuernas (2 de unos 2.5 kgs. y 2 de unos 5 kgs.). Si estáis apuntadas a un gimnasio, perfecto, ahí tenéis de sobra. Si no, podéis adquirir unas (no suelen ser muy caras).
Una vez tenéis las pesas, os recomiendo que realicéis estos ejercicios en circuito, es decir, uno detrás del otro, sin descansar entre ejercicios. Cuando completéis una vuelta, descansad un minuto y volved a empezar. Completad 3 ó 4 vueltas. Para comenzar, digamos que a modo de tratamiento de choque, hacedlo 3 veces por semana, dejando un día de descanso entre entrenamientos (lunes, miércoles y viernes, por ejemplo). Cuando ya veáis resultados y lleguéis a tener, más o menos, el brazo con las formas que deseáis, bajad a 2 días por semana.
EJERCICIO 1: REMO CON MANCUERNAS

Para este ejercicio vais a necesitar las mancuernas más pesadas. Os colocaréis en bipedestación (de pie) con los pies separados a la anchura de las caderas. Llevad la cadera bien atrás y el pecho hacia delante, de manera que quede paralelo al suelo. Si podéis trabajar al lado de un espejo mejor, así os podréis asegurar de que vuestra espalda está totalmente recta. No dejéis caer los hombros hacia el suelo, ni dejéis que la cadera se relaje, curvando la zona lumbar.
En esta posición, con las manos apuntando al suelo (una mancuerna en cada una de ellas), los brazos estirados. Flexionad los codos hacia el techo. Aseguraos de que sólo se elevan los codos. No mováis el pecho de donde está. Imaginad que vuestras escápulas quieren juntarse en la espalda. Desde aquí volved a la posición inicial sin dejar caer el peso. Controladlo. Deberíais de poder contar hasta 2 mientras bajáis.
Al bajar es muy importante que los hombros no caigan. Mantened el pecho abierto durante todo el recorrido.
EJERCICIO 2: CÍRCULO DE HOMBROS

En bipedestación, con los pies a la anchura de las caderas, coged una mancuerna pequeña en cada mano.
Desde aquí, elevad los brazos totalmente extendidos hacia delante, hasta que queden paralelos al suelo, haciendo que las manos se miren. Desde esta posición, abrid los brazos hasta que las manos queden unos dos dedos por delante de los hombros. Los brazos han de seguir paralelos al suelo (cuidado, abrir los brazos en cruz, con las manos justo al lado de los hombros, puede ser lesivo para el manguito de los rotadores). Desde aquí, bajad los brazos hasta la posición inicial.
Es muy importante que mantengáis el abdominal bien apretado durante todo el ejercicio para mantener la espalda bien recta, y que podáis contar hasta 2 cada vez que mováis los brazos en una u otra dirección.
EJERCICIO 3: EXTENSIONES DE TRÍCEPS POR ENCIMA DE LA CABEZA

En bipedestación, con los pies a la anchura de la cadera. Coged una de las mancuernas grandes y sujetadla con las dos manos, por encima de la cabeza.
Mantened los brazos alineados con las orejas y, sin mover los codos, flexionadlos. No hay que flexionarlos mucho. Lo importante no es llegar con la mancuerna muy abajo, sino mantener la espalda recta. Para ello hay que mantener el abdomen bien contraído y no tener prisa, es decir, controlad el ritmo de ejecución.
Desde aquí volved a estirar los brazos a la posición inicial.
EJERCICIO 4: BÍCEPS CON UNA RODILLA AL SUELO

De rodillas, con una rodilla apoyada en el suelo. Coged una de las mancuernas grandes con la mano de la pierna que está apoyada en el suelo.
Sin llevar el codo ni adelante ni atrás, flexionadlo hasta que la mancuerna quede delante del hombro. Desde aquí volved a bajar a la posición inicial.
Recordad. Contraed muy bien el abdomen y controlad el tiempo de ejecución. No tengáis prisa.
Cuando hayáis completado las repeticiones pertinentes con un brazo, cambiad la posición de las piernas y hacedlo con el otro brazo.
EJERCICIO 5: FLEXIONES DE TRÍCEPS

Si nunca las habéis hecho, una buena manera de empezar a hacerlas es contra la pared. En bipedestación, apoyado contra una pared de manera que las rodillas, el pecho y la nariz toquen la pared. Apoyad las manos justo al lado del pecho y dad un paso atrás para separar los pies de la pared.
Desde aquí, con los codos bien pegados a las costillas, extended los brazos. Desde aquí, volvedlos a flexionar para volver a acercar el pecho a la pared. Es importante que no tengáis prisa y que os fijéis bien en que vuestra espalda está recta y que vuestros codos no se abren hacia fuera.


Cuando el ejercicio contra la pared no os parezca muy duro, podéis ir añadiendo resistencia al ejercicio apoyando las manos en lugares cada vez más bajos (una mesa, una silla, un sofá, un escalón…). Cuanto más cerca del suelo estén las manos, más duro será el ejercicio.
Si hacer las flexiones con las manos en un escalón o en el suelo os parece demasiado duro, podéis bajar las rodillas al suelo para bajar un poco la resistencia.

Como siempre. Apretad bien el abdomen, aseguraos de que vuestra espalda está totalmente recta (que la cadera no baje por debajo de los hombros) y controlad el ritmo de ejecución.


Como veis, son ejercicios que podéis realizar en cualquier lugar, a cualquier hora. Sólo os hacen falta unas mancuernas y ganas de cambiar la forma a vuestros brazos. Os aviso, no será fácil ni rápido. Pero si sois constantes y pacientes, veréis los resultados antes de lo que pensáis. J

domingo, 22 de febrero de 2015

BENEFICIOS DEL MASAJE PARA LA SALUD


¿Habéis ido alguna vez a que os den un masaje? Aunque parezca increíble hay gente que nunca ha recibido uno. Aunque la gran mayoría habréis recibido algún masaje, seguro que sois de los que sólo vais al masajista cuando un dolor es insoportable, ¿a que sí? Seguro que, cuando salís del masajista, os prometéis a vosotros mismos volver más a menudo, pero con el ajetreo de vida que lleváis, olvidáis esa promesa hasta que volvéis a notar ese terrible dolor.
Aunque a lo largo de la historia se ha ido diversificando en varias ramas, el masaje es uno de los recursos más antiguos que utiliza el ser humano para paliar el dolor. Podemos decir, incluso, que es algo instintivo. Pensad. Cuando os dais un golpe u os duele una zona específica del cuerpo, ¿qué es lo que hacéis? ¿No os masajeáis de forma instintiva la zona? Seguro que sí. Y también estoy segura de que sentís un alivio momentáneo. ¿O me equivoco?
Del mismo modo, cuando, debido al ritmo de vida que lleváis, o a una mala posición mantenida, o a una mala praxis deportiva, sentís la espalda dolorida, contracturada y decidís ir al masajista, ¿cómo salís de la consulta? Relajados y nuevos, ¿verdad? Vale, estamos de acuerdo en que el masaje descontracturante es doloroso, eso no hay quien lo niegue. Pero el alivio que proporciona es increíble.

Ahora, mi duda es: sabiendo lo doloroso que es este tipo de masaje, ¿por qué sólo vais cuando el dolor ya es insoportable?, sabiendo lo bien que se siente tras una sesión, ¿por qué no vais más a menudo? Estoy segura de que muchos piensan que el masaje es sólo para eso, para quitar contracturas y soltar músculos cargados. Pero no. Un masaje es mucho más que todo eso. El masaje no sólo nos aporta beneficios a nivel físico, también lo hace a nivel psicológico.
Hoy voy a dedicar el post a hablaros de los beneficios que aporta el masaje. Voy a romper una lanza a favor de esta gran terapia con la intención de concienciaros de la importancia de recibir masajes de manera asidua.
Para comenzar voy a hablaros de la relajación. El masaje es la manera ideal de recompensar un cuerpo cansado, ya que relaja los músculos y descarga la tensión que se acumula debido al esfuerzo físico.
Así mismo, existen estudios que aseguran que los masajes ayudan a aplacar el dolor crónico de espalda. Estos estudios, además, aseguran que el masaje está asociado a la disminución en la rigidez de espalda y que mejora la movilidad de las personas que sufren osteoartritis.

Hay otros estudios que aseguran que recibir masajes asiduamente mejora el sistema inmune. Normalmente, cuando alguien pasa por un período de estrés, es muy típico que caiga enfermo. Durante estos estudios se comprobó que aquellos que reciben masajes periódicamente, experimentan importantes cambios en los sistemas inmune y endocrino, haciendo que estos respondan mejor en esos períodos de estrés.
Además, ayuda a reducir el cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés), por lo que ayuda a levantar el ánimo y a disminuir la presión arterial. También pueden estimular la secreción de serotonina y la dopamina (neurotransmisores relacionados con la depresión). Así, se puede afirmar que el masaje puede ayudar a controlar la ansiedad y la depresión.
Otro de los efectos negativos que tiene el estrés es que nos quita el sueño, con todas las consecuencias que ello supone. Pues bien, el masaje aumenta las ondas delta del cerebro (relacionadas con el sueño profundo). Por lo que, ya sabéis, si os cuesta dormir, buscad un buen masajista.

Por otro lado, si sufrís migrañas (por desgracia la sufre un elevado porcentaje de la población), os podéis beneficiar por partida doble de esta terapia. Masajes regulares en la cabeza pueden hacer que disminuya tanto la cantidad de ataques como la intensidad. Es decir, pueden atenuar las molestias y hacer que éstas aparezcan de manera más espaciada.
Por otro lado, también se ha demostrado que el masaje mejora el estado de alerta. Se demostró que las personas que reciben masajes periódicamente aumentan la velocidad y precisión para realizar cálculos matemáticos.
Ahora una buena noticia para las mujeres: el masaje puede disminuir los molestos síntomas premenstruales. Sí, está demostrado que pueden combatir la hinchazón y los típicos cambios de humor de esos días.
Como no, he de hacer un pequeño inciso a la parte estética. El masaje también aporta beneficios en este campo, ya que activa la circulación sanguínea y la linfática en la zona en la que se realiza. Así, ayuda a eliminar líquidos y hace que la piel esté más tersa en la zona masajeada. Si el masaje es en la zona capilar, el cabello mejorará su aspecto, estará más brillante y saludable debido al aumento de flujo sanguíneo en la zona.

Como veis, un masaje es mucho más que quitar contracturas. Un buen masaje hace muchísimo tanto por nuestra salud física como por nuestra salud mental. Con todo esto, sólo que queda pediros un favor. Dejad de pensar aquello de “siempre que voy al masajista me duele”. Empezad a pensar en todo lo que obtendréis acudiendo al masajista más a menudo. Además, tened en cuenta que si el masaje descontracturante duele es porque habéis acudido muy tarde al terapeuta. Si os acostumbraseis a ir una o dos veces al mes, veríais como es muy difícil que esa contractura vuelva a aparecer. Cada masaje será más placentero, cada vez notaréis más los beneficios.
Eso sí, como siempre, os he de recomendar que acudáis siempre a un masajista titulado. Sólo aquellos a los que se les ha otorgado el título pertinente tienen los conocimientos anatómicos y terapéuticos para poder realizar las manipulaciones de manera correcta. Un masaje realizado por una persona sin estos conocimientos, no sólo no os harán sentir ninguno de los beneficios de esta terapia, pueden producir graves problemas de salud y lesiones.


Así que, ya sabéis. Buscad un buen masajista por vuestra zona y reservaros un día o dos al mes para poneros en sus manos. Vuestra salud os lo agradecerá. J

viernes, 20 de febrero de 2015

COLESTEROL. QUÉ ES Y QUÉ ALIMENTOS PUEDEN AYUDAR A CONTROLARLO


¿Alguna vez habéis tenido el colesterol alto? Si la respuesta es negativa me alegro muchísimo. Pero estoy segura de que todos conocéis a alguien que sí que lo tiene.
Por todos es sabido lo malo que es para la salud tener los niveles de colesterol altos: grandes posibilidades de sufrir un infarto de miocardio, arteroesclerosis (el exceso de colesterol de deposita en las paredes de las arterias, por lo que sus paredes se van estrechando)…
Ahora, ¿qué es el colesterol? Todos sabemos que hay un colesterol bueno y un colesterol malo, pero ¿cuál es cuál? Y, sobre todo, ¿podemos hacer algo para mantenerlo a raya y evitar sustos y, como no, la consiguiente medicación?
Éstas son las dudas más comunes que suele hacerse la gente en relación a este tema. Así que, en el post de hoy, voy a intentar resolverlas.
Para comenzar, me gustaría aclarar qué es eso que nos asusta tanto, el colesterol. Es simplemente una sustancia grasa natural que está presente en todas las células de nuestro cuerpo, y es muy necesaria para que nuestro organismo funcione correctamente. La mayor parte del colesterol de nuestro cuerpo se produce en el hígado, aunque también lo podemos obtener a través de la alimentación.
Para que os hagáis una idea de lo importante que es para nuestro organismo, entre sus funciones destaca la formación de ácidos biliares (vitales para la digestión de grasas). Nuestro organismo lo utiliza para formar ciertas hormonas (sexuales y tiroideas, por ejemplo). Además, los rayos del sol lo transforman en vitamina D para proteger nuestra piel de ciertos agentes químicos y evitar la deshidratación.

Ahora, si es tan importante para el funcionamiento de nuestro organismo, ¿por qué no debemos de tenerlo alto? La respuesta es muy sencilla: no hay que tener bajo el colesterol en general, hay que mantener bajo el conocido como colesterol malo. Os explico:
Cuando alguno de nuestros órganos necesita colesterol, la sangre se encarga de hacérselo llegar. Para poder ser transportado, el colesterol se une a unas partículas llamadas lipoproteínas. Éstas pueden ser de baja o de alta densidad.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) se encargan de transportar el colesterol desde el hígado hasta nuestras células.
Por el contrario, las lipoproteínas de alta densidad (HDL) recogen el colesterol no utilizado y lo devuelven al hígado para que sea almacenado o excretado a través de la bilis.
Así, si tenemos los niveles de LDL demasiado elevados, se transportará más colesterol del que nuestras células necesitan. Si los niveles de HDL se mantienen bajos, no podrán recoger todo el excedente de colesterol, que se adherirá a las paredes de las arterias, comenzando así los problemas.
Lo malo de todo esto es que no hay síntomas visibles de colesterol alto. La única manera de saberlo es a través de una analítica de sangre. Cuando os hagáis una analítica de sangre fijaos en estos valores (LDL y HDL). Se dice que el nivel de colesterol es normal si éste está por debajo de 200 mg/dl. Pero no os asustéis si lo tenéis un poco por encima. Antes de asustaros, mirad los valores de LDL y de HDL que tenéis. Los niveles normales de LDL han de ser iguales o inferiores a 100 mg/dl y el de HDL ha de ser superior a 35 mg/dl en hombres y 40 mg/dl en mujeres.
Con esto quiero decir que, si tu colesterol total está a 180, pero 160 se corresponden a LDL y 20 a HDL, has de considerar que tienes el colesterol alto, con todos los riesgos que ello conlleva.

Por supuesto, si tus niveles están muy elevados, tu médico te recetará la medicación adecuada y te recomendará una dieta baja en grasas para lograr bajarlo y eludir los riesgos.
Lo malo que veo en esto es que todo el mundo habla de prohibiciones. De hecho todos sabemos qué es lo que no se debe de consumir si tenemos colesterol alto (carnes grasas, embutidos, fritos…). Todo lo que se recomienda son eso, prohibiciones. Creo que se deberían hacer las cosas de otra manera. Por supuesto, hay que prohibir consumir los alimentos que harán que aumenten los niveles de LDL, pero, ¿por qué nadie aconseja aumentar el consumo de alimentos que pueden ayudar a reducirlo?
Hace un tiempo, la Harvard Medical School publicó una lista con los alimentos considerados como anticolesterol. Es la siguiente:
-                           Aceites vegetales: de entre ellos, destaca el aceite de oliva, rico en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), vitamina E y fitosteroles (todos son compuestos cardioprotectores).

-                           Avena: compuesta de grasas insaturadas (no en gran cantidad, pero sí de buena calidad), avenasterol (tiene la capacidad de reducir la absorción de colesterol en el intestino), fibra y lecitina. Todas estas sustancias, se ha demostrado, ayudan a reducir los niveles de colesterol plasmático.

-                           Berenjena, okra y frutas (manzanas, uvas, fresas y cítricos). El poder de estos vegetales para disminuir los niveles de colesterol se debe, en parte, a su aporte de fibra (limita y retrasa la absorción intestinal del colesterol).

Para los que os lo estéis preguntando, la okra es una hortaliza muy poco (o nada) conocida en esta zona. Destaca por su riqueza en fibra soluble.
-                           Cebada: al igual que la avena, es rica en un tipo de fibra soluble (betaglucanos) eficaz en la reducción de los niveles de LDL.

-                           Frutos secos: sobre todo, nueces. Suponen un buen aporte de ácido alfa-linolénico (nuestro organismo lo transforma en ácidos grasos Omega-3). También contienen fitosteroles, sustancia que ayuda a reducir el colesterol.

-                           Legumbres: algunos fotoquímicos de las leguminosas están implicados de manera directa en la reducción del colesterol y en la prevención de la formación de la capa de ateroma que antecede a enfermedades cardiovasculares.

-                           Pescado graso: el pescado azúl es rico el ácidos grasos Omega-3, con una reconocida capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, para aumentar la vasodilatación arterial y para reducir el riesto de trombosis y la tensión arterial. Todo ello los convierte en protectores contra las enfermedades cardiovasculares.

-                           Soja: su consumo habitual aporta una cantidad significativa de grasa de una gran calidad nutricional (ácido linoleico y ácido oleico), lecitina e isoflavonas. Todo ello muy beneficioso para nuestro organismo por su eficacia reduciendo el colesterol malo. Además, se ha demostrado que las isoflavonas de la soja tienen un gran poder antioxidante sobre las lipoproteínas de alta densidad, por lo que ayudan a disminuir el conocido como colesterol malo.

Como veis, casi todos son alimentos de consumo habitual, muy fáciles de adquirir.
Con esto sólo me queda daros un consejo. Tanto si os habéis hecho una analítica recientemente como si no, tanto si tenéis los niveles de LDL demasiado elevados como si no, eliminad, o, al menos, disminuid, el consumo de grasas saturadas, de azúcares, y demás alimentos que ya todos sabemos perjudiciales en este aspecto, y añadid o aumentad vuestro consumo de los alimentos que os acabo de listar. Si vuestro colesterol está en los niveles adecuados, os ayudarán a mantenerlo ahí. Si está demasiado alto, os ayudarán a controlarlo.


Como siempre se ha dicho: mas vale prevenir que curar. No dejéis de haceros vuestra analítica periódica. Veréis como, con la alimentación correcta, todo funciona a la perfección. J

martes, 17 de febrero de 2015

EJERCICIOS CON BANDA ELÁSTICA PARA LOGRAR UNOS GLÚTEOS PERFECTOS


Si hay una zona que siempre ha preocupado a las mujeres es la del glúteo. Todas queremos lucir ese glúteo redondo, duro y perfecto. Eso sí, no se quedan atrás las piernas. Cada vez son más las mujeres que desean tener unas piernas bien tonificadas y definidas.
Pero, aquí viene la sorpresa. Todo esto es cada vez menos exclusivo del sexo femenino. Cada vez son más hombres los que preguntan por ejercicios para trabajar glúteos y, por fin, cada vez son menos los que se saltan el día de entrenamiento de piernas. Sinceramente, no sé el por qué de este cambio, pero me gusta.
Pues hoy, pensando en todos vosotros, he decidido dejaros una serie de ejercicios para trabajar sobre todo glúteos, pero que también ayudan con la pierna, siendo un buen complemento para el Dia de Pierna en el gimnasio.
Eso sí, son ejercicios para los que os voy a hacer utilizar resistencia, ¿con pesas? No. Vais a añadir resistencia a los ejercicios con uno de los elementos más ignorados y desconocidos por la mayoría, la banda elástica. Si en vuestro gimnasio no hubiese, no os preocupéis, se pueden conseguir muy fácilmente y, además, son muy económicas. Yo siempre aconsejo tener banda propia porque así, en caso de no poder ir al gimnasio, siempre podéis hacer estos ejercicios en casa, sin problemas.

Os voy a dejar 6 ejercicios que podéis realizar en forma de circuito, realizando las repeticiones correspondientes a cada ejercicio, uno tras otro, sin parar, y descansando unos 45 segundos antes de volver a empezar. Realizando unas tres vueltas al circuito. Si no tenéis ganas de hacerlos en circuito, podéis hacerlos por separado, 3 series de las repeticiones correspondientes. O, incluso, si no queréis hacerlos todos, no es necesario, sólo tenéis que escoger los que queráis y hacerlos cuando queráis. Aunque para que el resultado se vea más rápido, se deberían de realizar los 6:

PATINADOR

Con los pies a la anchura de las caderas, ata la banda elástica de manera que abrace tus piernas a la altura de los gemelos, más o menos (haz un lazo, no un nudo. La banda resiste más si la atamos con lazos).
Una vez con las piernas atadas, realizaremos una semi-sentadilla y, con el abdomen bien contraído y sin estirar las piernas lleva tu pie derecho, todo lo que la banda te permita, hacia la derecha. Inmediatamente después has lo mismo con el pie izquierdo. Esto es una repetición.
Haz unas 20 repeticiones.
PATADA ATRÁS

Con la banda todavía atada a la altura de los gemelos, lleva uno de tus pies atrás (sin notar presión de la banda) y déjalo apoyado en el suelo sobre los dedos. Flexiona la rodilla de la pierna que has dejado adelantada en una semi-sentadilla de manera que tu peso recaiga sobre la planta de ese pie.
Eleva la pierna que has atrasado como si dieses una patada atrás, hasta que la banda lo permita, a la vez que alargas la pierna de apoyo, y vuelve a la posición inicial. Cuidado, no dejes caer el pie, que la resistencia de la banda no te venza. Has de ser capaz de contar hasta 2 mientras bajas.
Para realizar este ejercicio, hay que mantener el abdomen bien apretado. De no ser así, pondrás en peligro tu zona lumbar. Asegúrate también de que tu torso no se tumba hacia adelante cuando realizas la patada.
Para equilibrarte utiliza los brazos, en la posición inicial mantenlos alargados a la altura del hombro y al realizar la patada y subir, empuja los codos atrás. Así, además, activarás la zona dorsal. 
Hazlo unas 20 veces con una pierna antes de hacerlo con la otra.
PESO MUERTO

Con la banda atada en forma de aro, colócate de pie, con los pies a la anchura de las caderas, pisando la banda. Sujeta la parte donde está el nudo con las dos manos. Flexiona ligeramente las rodillas y, empujando con las caderas hacia atrás, ve bajando hasta que el pecho esté más o menos paralelo al suelo. Si lo haces correctamente, en este punto has de notar cómo estiran tus isquiotibiales. Tu espalda ha de estar recta, no dejes caer los hombros ni la cabeza, y tus abdominales bien apretados.
Manteniendo la línea de la espalda, contrae bien los glúteos y empújalos hacia adelante para volver a la posición inicial.
Hazlo unas 20 veces.
ABDUCTORES

Con la banda atada en forma de aro. Siéntate con las rodillas flexionadas, los pies juntos y el torso totalmente recto. Coloca la banda alrededor de tus rodillas y aprieta bien el abdomen.
Desde aquí, separa las rodillas todo lo que te sea posible sin perder la posición del tronco y sin separar los pies. Vuelve suavemente a la posición inicial.
Es muy importante que no tengas prisa al volver a la posición inicial. Al igual también es muy importante que no tengas prisa al abrir. No intentes abrir más de lo que puedes. Tu cadera se ha de quedar estable y el tronco recto. Si dejas caer el pecho hacia adelante para abrir más, no sólo no trabajarás como es debido, también pondrás en peligro tu zona lumbar.
Haz unas 20 repeticiones con cada pierna.
PATADA PARA GLÚTEO

Túmbate decúbito supino (boca arriba) con el abdomen bien contraído y las piernas estiradas. Sujeta cada extremo de la banda con una mano y coloca un pie en la parte media de la banda. Para hacerlo sobre seguro, colócala en la parte del puente del pie y mantén el pie en flex durante todo el ejercicio.
Sin soltar la banda, pega los codos al suelo y no los separes durante toda la serie, deja los brazos a 90º y no modifiques la posición durante el ejercicio. Desde aquí, flexiona la pierna en la que has colocado la banda y, sin que las manos suelten la banda ni se muevan vuelve a estirar la pierna, llevándola a unos 45º. Mientras alargas la pierna eleva el glúteo del suelo. Vuelve a flexionar la rodilla bajando el glúteo al suelo.
Si tienes problemas lumbares, no eleves el glúteo, realiza tan sólo la patada. Si no los tienes, y no los quieres tener, asegúrate de mantener el abdomen bien contraído durante todo el movimiento.
Realízalo unas 20 veces.
PUENTE

Túmbate decúbito supino (boca arriba). Coloca la banda de manera que cruce tu cuerpo un poco por debajo de la cintura. Deja más o menos un palmo de banda libre a cada lado y asegura la banda al suelo con tus manos.
Desde aquí, contrae bien el abdomen y eleva la cadera hasta que quede, más o menos, alineada con los hombros. Cuidado, nunca te apoyes en el cuello, deja la espalda apoyada sobre las escápulas. Baja suavemente hasta la posición inicial.
Asegúrate de que los pies están bien apoyados en el suelo durante todo el ejercicio.
Realiza unas 20 repeticiones.



Como veis, no son ejercicios difíciles, pero, eso sí, son muy efectivos. Ahora sólo falta que decidáis si queréis ir añadiéndolos poco a poco a vuestra rutina de entrenamiento, o si preferís reservar un día para realizarlos todos en circuito. Probadlos y me vais contando los resultados, seguro que no tardáis en notarlos. J

domingo, 15 de febrero de 2015

ENTRENAMIENTO CON PESAS PARA RUNNERS


Todos sabemos que hay un deporte que ha ganado adeptos en los últimos tiempos por encima de cualquier otro, el running. Las carreras populares son cada vez más multitudinarias. Cada vez se ve a más gente corriendo a cualquier hora del día, o sólo o acompañado. Cada vez somos más los que nos autodenominamos runners.
Si hay algo que nos une a todos, además de notar los beneficios que nos aporta este deporte, son los retos. Como cada vez nos encontramos mejor, cada vez nos pedimos más a nosotros mismos. Todo runner empieza marcándose como reto acabar una carrera de 5K. Cuando ya lo hemos logrado, comenzamos a pensar en los 10K. Tras esto llegan los 15K, la media maratón… Y, cuando dejamos de pensar en distancias, pensamos en tiempos, intentando bajar nuestra marca de carrera en carrera. Retos cada vez mayores que vamos afrontando con las ganas de saber que, aunque será duro, nada nos hará sentir mejor ni más orgullosos.
Ahora, el gran error que comete la gran mayoría es pensar que, para lograr estos objetivos, lo único que hay que hacer es correr. Casi todos los runners entrenan a base de carrera continua, farleks, intervalos… Por supuesto, todo ello va a hacer que aumenten tanto la resistencia como la velocidad de carrera. Pero hay algo que también os ayudará mucho y que cerca del 90% de vosotros ignoráis: el entrenamiento con pesas.

Sí, como lo leéis. Las pesas os pueden ayudar, y mucho, a lograr vuestros objetivos. Eso sí, os vais a tener que quitar de la cabeza la idea de que las pesas son sólo para los culturistas, aquellos que quieren lucir un cuerpo hipertrofiado. No es así. El entrenamiento con pesas se puede utilizar para bajar volumen, igual que se utiliza para aumentarlo, se puede utilizar para rehabilitar una lesión y para mantener la condición física entre otras muchas otras cosas.
En vuestro caso, un buen entrenamiento en una sala de pesas, especialmente al inicio de un programa de entrenamiento, os aportará grandes beneficios, hará que rindáis mucho mejor en cada carrera. Esto se debe a que, al aumentar la fuerza, podréis soportar una mayor carga de trabajo en los entrenamientos de intensidad, lo que os ayudará a aumentar vuestra velocidad de carrera. Además, no se me puede olvidar comentar que trabajar con pesas contribuye a la prevención de lesiones.
Ahora, mucho cuidado. Cuando hablo de que deberíais entrenar con pesas, no me refiero a que cojáis pesas y hagáis ejercicios por hacer. Ni tampoco a que realicéis la tabla de entrenamiento que algún amigo os pueda pasar. No. Como siempre aconsejo, lo mejor es que os pongáis en manos de un monitor titulado. Comentadle cuál es vuestro caso y cuáles vuestros objetivos. Sólo alguien con la titulación correspondiente os diseñará el entrenamiento adecuado a vuestras necesidades y os podrá decir qué ejercicios hacer, cuándo y cómo hacerlos correctamente.

Una vez sabéis todo esto. Es muy importante planear bien los entrenamientos. Tened en cuenta que, para bien, cuando se acerque la temporada de carreras se ha de disminuir el trabajo con pesas, e incluso, se debería eliminar. Por el contrario, este trabajo ha de ser más intenso durante los meses previos a la temporada de carreras.
Cuando comencéis a entrenar, id poco a poco. Comenzad con una sola sesión semanal, cuando veáis que os habéis acostumbrado al trabajo, subid a dos sesiones semanales. Eso sí, tened cuidado. No entrenéis pesas y carrera el mismo día. Tanto el entrenamiento con pesas (fuerza) como el de resistencia (correr) producen una gran variedad de adaptaciones (cambios) en nuestro organismo. Todas estas adaptaciones son muy buenas para nuestra salud, pero hay estudios que demuestran que, si se entrenan de manera simultánea (el mismo día), se produce una interferencia entre ellas, por lo que no notaremos los beneficios ni de un entrenamiento ni del otro como deberíamos.
Así, lo mejor es destinar unos 3 días de la semana al entrenamiento de carrera y reservar uno o dos para el entrenamiento con pesas.

Para los que os preguntéis cómo debería de ser el entrenamiento de pesas adecuado para un runner, os comento. Lo mejor es realizar circuitos. El circuito que realicéis ha de incluir un gran trabajo de pierna: cuádriceps, bíceps femoral (isquiotibiales), gemelo, soleo (músculo que está por debajo de los gemelos), aductores y abductores. Pero no nos podemos olvidar el tren superior: pectorales, bíceps, tríceps, dorsales y deltoides.
De cada ejercicio deberíais de realizar unas 12 repeticiones, y daréis tres vueltas al circuito descansando como máximo un minuto tras cada vuelta. Entre ejercicios no hay descanso. También hay que tener en cuenta que no tenéis que llegar al fallo muscular. Es decir, debéis de ser capaces de completar cada vuelta notando el peso y el ejercicio pero notando que llegáis a la última repetición sin problemas (aunque, repito, notando el peso). Si veis que hacer las últimas repeticiones supone un gran esfuerzo, bajad un poco el peso.
Mientras buscáis el gimnasio y/o el instructor adecuado por vuestra zona, aquí os dejo un ejemplo de circuito que os podría ir bien:
EJERCICIO 1: SENTADILLAS

El ejercicio estrella a la hora de trabajar cuádríceps. Con los pies a la anchura de los hombros y las puntas un poco hacia fuera, contraed bien el abdomen y bajad flexionando cadera y rodillas como si os quisierais sentar en un sofá. Contraed bien el abdomen para que vuestra espalda esté recta durante todo el ejercicio y vuestras lumbares no sufran. Al contrario del entrenamiento típico de la sala de pesas, vosotros no haréis el recorrido completo de la sentadilla. Bajad sólo hasta los 70º más o menos. Así evitaréis riesgos innecesarios para vuestras rodillas.

Este ejercicio se realiza con una barra, cargada con peso, apoyada en los hombros. Si no tuvieseis barra, podéis coger el peso que vayáis a levantar y sujetarlo con las dos manos a la altura de la clavícula (base del cuello). Mantened el peso en esta posición durante todo el ejercicio para aseguraros de que vuestra espalda no se inclina hacia demasiado adelante.
EJERCICIO 2: FLEXIÓN DE FEMORAL

Uno de los ejercicios más utilizados a la hora de trabajar isquiotibiales. Si estáis en un gimnasio, utilizad la máquina de flexión de femoral. Tumbaos decúbito prono (boca abajo) en la máquina de manera que la resistencia quede apoyada en vuestro tendón de Aquiles. Desde aquí flexionad la rodilla para acercar los talones al glúteo. No dejéis caer el peso cuando volváis a la posición inicial.
Si no disponéis de esta máquina, utilizad lastres. Colocadlos en los tobillos. Apoyad las manos en una pared y flexionad la rodilla para acercar un pie al glúteo. No dejéis caer el pie al suelo, bajadlo sin prisas. Hacedlo primero con un pie y luego con el otro. Apretad bien el abdomen y no dejéis que el glúteo se vaya hacia atrás cuando flexionéis la rodilla.
EJERCICIO 3: FLEXIONES

Un gran ejercicio que tonificará vuestro pectoral y vuestros deltoides (hombros). Tumbados decúbito prono (boca abajo) en el suelo. Colocad las manos a lado del pecho a una distancia algo superior de la anchura de vuestros hombros. Apoyad los dedos de los pies en el suelo. Apretad bien el abdomen y el glúteo y, empujando con la palta de las manos, elevad vuestro cuerpo totalmente erguido.
Desde aquí, flexionad los codos hasta llegar a un máximo de 90º y volved a empujar el peso de vuestro cuerpo hacia arriba. Notad siempre el peso de vuestro cuerpo en las manos, no en las piernas.
Si, al principio, es demasiado, podéis empezar realizando las flexiones con las rodillas apoyadas en el suelo. Poco a poco podréis ir realizando las repeticiones con las rodillas en el aire.
EJERCICIO 4: ELEVACIONES DE TALÓN

El mejor ejercicio que hay para trabajar los gemelos. Colocaos en una superficie elevada del suelo (un escalón por ejemplo) de manera que sólo apoyéis la punta de los pies, los talones quedan en el aire. Colocad el peso en los hombros o, en su caso, colocaos algún cinturón, chaleco o mochila con peso. Dejad las manos libres por si las necesitaseis en caso de perder el equilibrio.
Bajad los talones todo lo posible y elevadlos al máximo. Intentad hacer siempre más rápida la subida que la bajada.
EJERCICIO 5: ELEVACIÓN DE TALÓN SENTADO

Este ejercicio tonifica el soleo, músculo situado bajo los gemelos y de gran importancia en cada zancada.
El ejercicio se realiza igual que el anterior, pero en vez de estar de pie, se realiza sentado. Al estar sentados colocaremos el peso sobre las rodillas.
EJERCICIO 6: PRESS FRANCÉS

Uno de los ejercicios más conocidos para trabajar el tríceps. Tumbados decúbito supino (boca arriba) y una barra con el peso adecuado en las manos. Las manos cogerán la barra a la anchura de los hombros, ni por dentro ni por fuera. Flexionad los codos de manera que la barra se acerque a vuestra frente y volved a estirarlos para volver a la posición inicial.
En caso de no tener barra, unas mancuernas o unos lastres en las muñecas irían bien. Sea cual sea la manera en que lo hagáis, aseguraos de que vuestros codos no se separan, que se queden paralelos el uno al otro.
EJERCICIO 7: ADUCTORES

Estos músculos están muy implicados en la carrera. Para trabajarlos hay máquinas específicas en el gimnasio. En estas máquinas, el peso se coloca en la parte interna de las rodillas y las rodillas están separadas. Así, se ha de hacer fuerza para juntar las rodillas.
En caso de que no dispongáis de esta máquina, una banda elástica ancha sería perfecta. Colocaos la goma alrededor de un tobillo y atadla a un lugar fijo (la pata de una mesa, por ejemplo) que esté al lado de dicho tobillo. Asegurad vuestra posición, con la espalda bien recta, si necesitáis apoyaros en algún sitio, hacedlo. Llevad el pie que tiene atada la goma hacia el otro pie, e intentad cruzarlo por encima y llevarlo más allá. Para volver a la posición inicial no dejéis la pierna muerta, volved aguantando la resistencia. Hacedlo con una pierna y luego con la otra.
EJERCICIO 8: ABDUCTORES

Otros grandes implicados en la carrera. La máquina que se utiliza para estos músculos es similar a la anterior, pero la resistencia se coloca por fuera de las rodillas y estas están juntas. Así, se tiene que hacer fuerza para separar las rodillas.
En caso de no disponer de esta máquina, trabajaríais también con una banda elástica. La colocaríais alrededor de un tobillo y la ataríais a un lugar fijo, pero esta vez, ese lugar ha de estar al lado del pie que no tiene la banda. Asegurad vuestra posición y alejad el pie que tiene la banda del pie contrario. Para volver a la posición inicial no dejéis la pierna muerta, aguantad la resistencia.
EJERCICIO 9: DOMINADAS DE BÍCEPS

Gran ejercicio tanto para los bíceps como para los dorsales. Para realizar estas dominadas, las manos mirarán hacia vosotros y estarán a la anchura de vuestros hombros.
Si veis que, en un principio, este ejercicio es demasiado fuerte para vosotros, os aconsejo que leáis el post que publiqué hace unas semanas sobre cómo llegar a realizar dominadas. Seguid las mismas pautas pero con el agarre para bíceps.
Como veis los circuitos que os convienen para entrenar no son complicados. Son completos y no requieren mucho tiempo. Eso sí, no os olvidéis de estirar bien tras cada entrenamiento de pesas, os ayudará a recuperaros mejor y a que notéis más los beneficios del entrenamiento.


Tan sólo dedicadle un par de días a la semana, no hace falta más. Creedme, notaréis la diferencia carrera a carrera. J