viernes, 3 de abril de 2015

FORTALECE TU CORE Y PREVÉN LESIONES ENTRENANDO TU EQUILIBRIO


Por lo general, cuando alguien ve una clase de Pilates, de Yoga o de Body Balance (fusión de Yoga y Pilates) suele pensar “en esta clase no se hace nada”, o “aquí se dedican a hacer posturitas, no entrenan”, o “estas clases son sólo para estirar y relajarse, no se trabaja nada”, y cosas con el estilo.
Es por esto que mucha gente es reticente a realizar este tipo de clases. La gente quiere un trabajo efectivo, quieren entrenar duro, y cuando ven estas clases, en apariencia calmadas, no se sienten atraídos. Gran error. Estas actividades, aparentemente tan ligeras y relajantes, se convierten en todo un reto físico para aquellos que están acostumbrados a entrenar sólo en la sala de pesas. Esto se debe a que en estas actividades se trabaja para lograr algo de vital importancia en nuestro día a día, algo que no se trabaja en la sala de pesas, el control corporal y postural.
Como siempre digo, hay que probar algo antes de hablar de ello. No se puede juzgar una actividad simplemente viéndola. Si algún día os animaseis a probar alguna de estas actividades, comprobaríais que el trabajo es muy intenso, se trabajan músculos que muchos ni siquiera saben que existen. Como me gusta decir, se trabaja de dentro hacia fuera. Y no sólo se trabaja la fuerza y la resistencia muscular, también, y ésta es una de las cosas, para mí, más importantes, se ayuda a fortalecer tendones y ligamentos evitando lesiones graves.
Este tipo de actividades tienen algo en común que ayudan a lograr todo esto: el trabajo de equilibrio. Sí. Cuando os asomáis a alguna clase y veis a la gente en alguna pose a una pierna, no pensaréis que están así simplemente porque la pose es estética, ¿verdad? Todo lo que se hace en estas actividades tiene un por qué. Ya que soy una enamorada de los trabajos de equilibrio, hoy me propongo a explicaros el por qué deberíais incluir los equilibrios en vuestra rutina semanal.
Tranquilos, no os estoy diciendo que debáis apuntaros a alguna de estas actividades, no hace falta (aunque, como siempre digo, deberían estar obligadas por ley). Podéis realizar equilibrios también en casa o en la sala de pesas del gimnasio, cuando acabéis vuestra rutina. Tampoco tenéis que hacerlos todos los días, sólo un par de días a la semana son suficientes para disfrutar de todos sus beneficios.
Así por encima, os puedo contar que cuando se trabaja en equilibrio, los músculos se aíslan mejor, por lo que, lo ejercicios realizados en equilibrio son más eficaces que otros. Si queréis comprobarlo, mantened el equilibrio sobre una pierna. La pierna que eleváis, llevadla totalmente estirada lo más arriba que podáis sin llevar la espalda atrás. Igual no podéis llevarla muy arriba, no os preocupéis. Allá donde lleguéis, haced pequeños círculos primero a un lado y luego hacia el otro, manteniendo totalmente estable la espalda. Intentad hacer 8 círculos hacia cada lado, y me contáis que sentís en el cuadriceps. O haced flexiones con los pies apoyados en una fitball. Notaréis la diferencia.
Además, mejora notablemente la coordinación cerebro-músculo, por lo que seremos capaces de realizar cualquier tarea del nuestro día a día de manera más segura y eficaz, evitando lesiones por malas posturas y malas praxis.
Por otro lado, cualquier trabajo a una pierna hace que se active el glúteo medio, situado en la parte externa de la pelvis. Al tonificar esta zona, lograremos estabilizar la articulación de la cadera, lo que nos ayudará a corregir la postura, evitando así futuros problemas.
Cómo no, os he de hablar de nuestro centro, también conocido como core. Todo el mundo sabe que tener un core fuerte (recto abdominal, transverso del abdomen, oblícuo mayor y oblícuo menor) es imprescindible para realizar cualquier ejercicio de manera correcta. Estos músculos son los estabilizadores corporales por excelencia. Un core débil no podrá estabilizar bien nuestro cuerpo, por lo que aumentará el riesgo de padecer graves lesiones al realizar cualquier ejercicio.
Pues bien, al trabajar en equilibrio le lanzamos un gran reto a nuestro core, que ha de trabajar sobremanera para mantener la posición adecuada y realizar el trabajo. Y, lo más importante, aquí el trabajo se realiza desde la parte más interna de nuestro abdomen, la más importante, el transverso abdominal.
Así, a nivel fisiológico, os puedo decir que trabajar el equilibrio ayuda a estabilizar nuestro centro, mejorando la posición de nuestra columna vertebral y protegiendo la zona lumbar de lesiones. Para todos los que deseáis tener un vientre plano, os puedo decir que trabajar el equilibrio ayuda a fortalecer el abdomen, lo tonifica ayudando a que lo veáis cada vez más plano. ¿Queréis comprobarlo? Fácil. Intentad poneros de rodillas sobre una fitball, de manera que las rodillas estén a la anchura de las caderas. Las rodillas, las caderas y los hombros has de formar una línea recta. Intentad aguantar medio minuto en esta posición y me contáis que sentís en el abdomen. También podéis probar a realizar una plancha de Pilates (Planck) con los pies apoyados en una fitball. Notaréis la diferencia.
Por otro lado, cuando os quedáis en equilibrio sobre una pierna, ¿verdad que notáis cómo vuestro tobillo y vuestra rodilla han de trabajar para lograr mantener la posición? Esto hace que se fortalezcan los músculos más internos de estas articulaciones, haciendo, a su vez, que se fortalezcan los tendones y ligamentos de estas zonas. Así, logramos que nuestras articulaciones estén más seguras evitando lesiones tan típicas como esguinces de tobillo.
De hecho, el trabajo de equilibrio sobre superficies inestables es una de las técnicas más usadas durante las últimas décadas para la rehabilitación de tobillos y rodillas lesionadas.
Ahora, cuando hablo de trabajar el equilibrio, no sólo me refiero a mantener una posición o hacer determinados movimientos sobre una pierna, que también. Si esto os supone poco esfuerzo, podéis utilizar cualquier superficie que os suponga inestabilidad. Podéis utilizar una fitball, un bosu, un foam roller, un balón medicinal… Y realizar ejercicios con ellos, ya sean flexiones, planchas, sentadillas (las sentadillas en foam roller son todo un reto)...

Así que ya no tenéis excusa. Si seguís reticentes a entrar en alguna clase de Pilates, Yoga o Body Balance, al menos, incluid algún ejercicio de equilibrio (con o sin superficie inestable) en vuestra rutina semanal. Vuestro cuerpo os lo agradecerá. J


Para cualquier consulta: mejorsiesconsalud@gmail.com

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