lunes, 27 de octubre de 2014

TABACO. ADICCIÓN INCOMPATIBLE CON EL DEPORTE


Hay algo que veo casi todos los días y que me preocupa cada vez más: gente en la puerta del gimnasio fumándose “el último antes de entrenar” y gente que lo primero que hace al salir del gimnasio es encenderse un cigarrillo.
Como nunca he entendido por qué la gente necesita algo tan nocivo, siempre pregunto lo mismo cuando veo a alguno de mis alumnos fumando: “pero, ¿por qué fumas?”. Las respuestas suelen ser similares y bailan entre el “no sé” y el “he intentado mil veces dejarlo pero no puedo”.
El post de hoy lo escribo pensando en todos ellos. Voy a hablaros de cómo afecta el tabaco a vuestro organismo y los efectos reales que tiene, que va mucho más allá del supuesto placer que notáis cuando entran la nicotina y el alquitrán en vuestros pulmones, a ver si así os doy un empujoncito para que lo dejéis.
Sinceramente, entiendo muy bien que os cueste dejar de fumar, el tabaco se ha llegado a comparar al alcohol y a la heroína en muchos estudios. Son consideradas las 3 mayores adicciones que existen en la actualidad. Pero no hay nada imposible.
Como bien sabéis, las sustancias más nocivas del tabaco son la nicotina y el alquitrán, pero no es lo único nocivo que tiene el tabaco. Cada cigarrillo que os fumáis contiene más de 4.000 sustancias químicas, de las cuales más de 1.500 son sustancias adictivas, un mínimo de 60 se han comprobado que son cancerígenas y, además, también se ha comprobado que contiene varios tipos de pesticidas

Muchos de los que fumáis pensáis que las fotos que ponen en las cajetillas de tabaco son exageraciones, pero no, no lo son. Se calcula que cerca del 90% de estas sustancias son retenidas en el cuerpo con cada inhalación. ¿Creéis que todos esos pesticidas y demás químicos son inocuos?
Para empezar, se ha comprobado que la nicotina está estrechamente relacionada con la producción de radicales libres, o sea, con el envejecimiento celular. ¿Nunca os habéis fijado en que los fumadores parecen mucho mayores de lo que son? Éste es el menor de los daños, lo he nombrado en primer lugar porque la gente, cada vez más, le da mayor importancia a su aspecto físico. Pero esto va mucho más allá.
¿Os dais cuenta de que los fumadores siempre se quejan de que se ahogan enseguida? Esto de debe a que todos los químicos que he nombrado anteriormente destruyen los alveolos pulmonares. Estos son los encargados de realizar la difusión de gases en nuestro organismo, es decir, los que hacen que el oxígeno que inspiramos llegue a la sangre para que ésta lo reparta por todo el cuerpo y los que hacen que el dióxido de carbono que deshecha nuestro organismo llegue a los pulmones para que estos lo expulsen al exterior mediante la espiración. Por lo general, no utilizamos todos los alveolos que tenemos en los pulmones, pero cuando realizamos ejercicio nuestros pulmones necesitan de esos alveolos, que por lo general no utilizan, porque nuestro cuerpo demanda más oxígeno para poder generar la energía necesaria. Los pulmones de los fumadores cada vez tienen menos alveolos, por lo que reducen su capacidad. Por eso, al hacer ejercicio, son incapaces de inhalar todo el oxígeno que su organismo está demandando y se producen esos ahogos. 

Si esto ya es bastante malo, voy a añadir otro dato. Los químicos del tabaco inhiben la producción de elastina (proteína encargada de proporcionar elasticidad los tejidos de nuestro cuerpo). Esta proteína es muy importante para nuestro organismo, entre otras cosas porque es una de las encargadas de proporcionar a las venas y las arterias la elasticidad necesaria para poder bombear sangre. Así, cuanta menos elastina producimos, más rígidas están nuestras arterias y venas y más dificultad tienen para hacer circular la sangre. Teniendo en cuenta que la sangre es la encargada de oxigenar y de limpiar nuestro cuerpo, ¿podéis imaginaros qué pasa en un cuerpo cuyas venas cada vez funcionan peor? Pues sí, que todo va a peor.
Como ya he dicho, al realizar un esfuerzo nuestro cuerpo demanda más oxígeno (la base para la creación de energía), por eso nuestro corazón aumenta pulsaciones cuando realizamos ejercicio, necesita bombear más sangre para poder hacer llegar a todo nuestro cuerpo el oxígeno que está demandando. Ya sabemos que los fumadores no pueden inspirar la suficiente cantidad de aire porque están destruyendo sus alveolos, además, se añade el hecho de que sus venas y arterias cada vez funcionan peor… Imaginaos la cantidad de oxígeno que llega a sus músculos cuando estos lo demandan. No les llega, ni de cerca, todo lo que necesitan para funcionar correctamente. De la misma manera, ni sus venas ni sus pulmones tienen la capacidad para limpiar el organismo de CO2 al ritmo necesario. Por eso los fumadores se fatigan mucho antes que los demás y su recuperación post-ejercicio es mucho más lenta que en los no fumadores

De hecho, no sé si sabíais que una de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo es la arteroesclerosis. Esta enfermedad endurece las arterias, lo que hace que la sangre no circule bien, por lo que el corazón cada vez ha de bombear más rápido intentando que la sangre se mueva. Por si no os habéis fijado, os informo, los fumadores tienen el ritmo cardíaco más elevado que la media. Esto, a la hora de realizar ejercicio es muy peligroso ya que puede llevar al fallo cardíaco

Todo lo que os acabo de describir es, para mí, lo peor que hace el tabaco en vuestro organismo, pero no es lo único. También os podría nombrar que aumenta la producción de LDL (colesterol malo) y disminuye la de HDL (colesterol bueno) y muchos problemas estéticos (amarilleo de diente, aliento, arrugas…).
Lo malo es que muchos pensáis que simplemente haciendo ejercicio ayudáis a frenar todos estos efectos, pero no es así. Se ha comprobado que la actividad física no elimina los efectos nocivos del tabaco. Los daños en el organismo son exactamente iguales en las personas fumadoras que realizan ejercicio que en las que no lo realizan. La única diferencia entre ellos es que los que realizan ejercicio están más en forma.
Lo bueno es que todo lo que el tabaco os hace se puede frenar e incluso se puede revertir el proceso. Pero para lograrlo hay que dejar de fumar. Si seguís introduciendo esos químicos en vuestro organismo os seguirán destrozando hagáis o no hagáis ejercicio. Sé que es difícil, hay quien necesitará ayuda para lograrlo, pero no es imposible. Intentadlo.
¿Me permitís un consejo? Normalmente, cuando se intenta dejar de fumar, se genera ansiedad (síndrome de abstinencia). Algunos médicos recetan un tipo de antidepresivos para esta etapa. Yo prefiero otros métodos más naturales. Si notáis esa ansiedad, poneos vuestras zapatillas y salid a correr, o id al gimnasio y haced una buena clase de Body Combat, Body Attack, o cualquiera que os pueda gustar. Las endorfinas que segregaréis os harán sentir mucho mejor que cualquier antidepresivo y, además, iréis notando como vuestros pulmones se van regenerando y cada vez os ahogáis menos.



En un mundo que le da cada vez más importancia al aspecto físico, a la estética, a la salud, el tabaco no debería tener cabida. Apartad el tabaco de vuestra vida y sustituidlo por el deporte, vuestro cuerpo os lo agradecerá. J

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