domingo, 12 de octubre de 2014

MANZANAS VERDES. TODO LO QUE PUEDEN HACER POR NUESTRA SALUD


A estas alturas, todo el mundo sabe lo beneficioso que es el consumo de frutas para nuestro organismo. Pero lo que no sé si todos sabéis es que no todas las frutas son igual de beneficiosas. Hay frutas que poseen más cantidad de vitaminas que otras, frutas que contienen más cantidad de minerales, frutas que actúan más contra los radicales libres que otras… Pero, si de entre todas las frutas se puede distinguir alguna con respecto a los beneficios que aporta a nuestra salud, esa es la manzana. No en vano, se ha ganado un gran refrán a nivel mundial: “una manzana al día del médico nos libraría” (one apple a day keeps the doctor away).
Sí, como lo leéis. La manzana es, (y no porque lo diga yo, está científicamente probado) la fruta que más beneficios le aporta a nuestro organismo. Hoy voy a enumerar los que, para mí, son los más importantes. Seguro que más de uno se sorprende de todo lo que puede hacer esta pequeña fruta por nosotros.

Para comenzar, he de decir que todas las variedades de manzana, tanto las rojas, como las verdes y las amarillas son ricas en pectina y polifenoles (antioxidantes presentes en la piel de estas frutas que ayudan a eliminar residuos y toxinas presentes en el organismo) que mejoran el metabolismo de los lípidos (grasas) y reducen la producción de moléculas inflamatorias vinculadas al riesgo de padecer afecciones cardiacas.
Por si fuera poco, también ayudan a reducir el riesgo a sufrir infecciones tanto bacterianas como virales y tienen propiedades antialérgicas y antiinflamatorias. Además, la manzana es una gran fuente de pectina, proteína, calcio, carbohidratos, sodio, magnesio, potasio, fósforo, zinc y hierro.
Como veis, el refrán no va nada desencaminado, la manzana es una fruta con grandes beneficios para nuestra salud. Pero, de entre todos los tipos de manzana que existen, destaca, y mucho, la manzana verde. Una variedad que, además de compartir propiedades con las demás variedades de manzana, posee innumerables beneficios propios que la convierte, para mí, en la reina de todas las frutas.

Lo primero que he de contar sobre las manzanas verdes es una curiosidad que me encanta. La manzana verde es tanto diurética como astringente. Sí, como lo leéis, la manzana verde nos puede ayudar tanto si sufrimos de estreñimiento como si sufrimos diarreas. Esto es debido a la fibra dietética que contienen, que es una excelente reguladora de los movimientos intestinales. Estas fibras contienen importantes propiedades digestivas capaces de neutralizar la diarrea y el estreñimiento.
La diferencia para lograr un efecto u otro está en la forma en que la consumimos:
-                       Si sufrimos estreñimiento, hemos de consumirla cruda y con piel. La fibra insoluble que contiene la piel de la manzana verde estimula la actividad intestinal, ayudándonos contra este problema.
-                       Si, por el contrario, sufrimos diarrea, lo mejor es consumirla pelada, rallada y/u oscurecida. La fibra soluble de la manzana verde ayuda a retener el agua y hace más lento el tránsito intestinal. Además, facilita la eliminación de toxinas mediante las deposiciones.
Por otro lado, cabe mencionar que su contenido en fibra es algo superior al del resto de manzanas, una fibra que no sólo impide que aumente el colesterol, sino que ayuda a reducirlo, por lo que podemos decir que la manzana verde es una gran aliada contra las enfermedades cardiovasculares.

Así mismo, este alto contenido en fibra las hace muy saciantes, por lo que son una gran ayuda en dietas para pérdida de volumen. Por eso no os habéis de extrañar cuando vuestro nutricionista/endocrino insista en que comáis manzanas verdes. Seguro que muchos de vosotros pensáis en cambiarla por cualquier otra variedad de manzana, pero no lo hagáis. La manzana verde os ayudará mucho más en vuestros propósitos.
Algo que también contienen las manzanas verdes en mayor cantidad que el resto de manzanas es el Potasio. Éste equilibra la humedad de las células, algo muy importante para el correcto funcionamiento de los músculos del cuerpo, lo que convierte a esta fruta en una gran ayuda para prevenir calambres. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que el corazón es un músculo más del cuerpo, por lo que el hecho de que la manzana verde nos ayude a mantener nuestras células bien hidratadas, favorece el hecho de que nuestro corazón lata de forma adecuada en cada momento, previniendo arritmias e hipertensiones.

Otra de las grandes propiedades de esta fruta es que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Esto es gracias a que es rica en fibra soluble, dato interesante para la gente con diabetes o con propensión a desarrollarla. Este beneficio lo notaremos sobre todo si la consumimos en ayunas. Así se retrasa la absorción de azúcar en el intestino, un efecto que dura gran parte del día.
Hay estudios que han demostrado que mujeres que consumen una manzana verde en ayunas tienen un 30% menos de probabilidades de desarrollar diabetes de tipo II.
Para todos aquellos que tienen tendencia a producir cálculos biliares también tengo buenas noticias: la manzana verde tiene efectos coleréticos, es decir, descongestiona el hígado reduciendo la tendencia a producir estos cálculos, a parte de que ayuda contra enfermedades como la cirrosis hepática, entre otras.
Por último he de nombrar lo beneficiosas que son para nuestra piel. Al ser una gran fuente de vitaminas (A, B y C) nos aportan gran cantidad de nutrientes que mejoran la hidratación de nuestra piel y nos ayuda a combatir determinadas enfermedades cutáneas.



Como podéis ver es bien cierto: “una manzana al día del médico nos libraría”, sobre todo si son manzanas verdes. Sé que, a lo mejor, a muchos de vosotros no os gusta ese toque ácido de esta variedad de manzana (a mí me encanta). La ventaja es que esta fruta pega con todo, puedes mezclarla con cualquier alimento para intentar disimular esa acidez, puedes hacerla al horno, ponerla en ensaladas, comerla con un poco de miel… Hay mil formas, pero intentadlo. Intentad comeos aunque sea una al día, veréis como cada vez visitáis menos a vuestro médico. J

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