domingo, 22 de marzo de 2015

HIPERTENSIÓN. CONTROLALA CON EJERCICIO


¿Os habéis tomado la tensión últimamente? Estoy segura de que la gran mayoría de vosotros va a responder que no. Incluso muchos no se la habrán tomado en años. Hay quien no sabe si es de tensión alta o baja. También los hay que, cuando van a que les midan la tensión, ven números y no saben qué significan. Simplemente se dejan medir y hacen caso de lo que les dice el doctor o farmacéutico.
Hoy pretendo daros un toque sobre este tema, ya que es de vital importancia para la salud que reviséis de manera periódica vuestra tensión arterial.
Si sois, como yo, de tensión baja (hipotensión) sufriréis ligeros mareos de vez en cuando, sobre todo con el calor y, en caso de las mujeres, en el momento de menstruar. Pero si vuestra tensión es alta (hipertensión), cuidado, vuestra salud cardiovascular está en peligro.
Se habla de hipertensión cuando el aumento de la presión arterial se hace crónica, es decir, perpetua. Se trata de una enfermedad que se ha de tratar con fármacos. El gran error que comete la inmensa mayoría es que espera a notar algún síntoma para acudir al médico. Lo malo es que esta enfermedad en cuestión puede estar mucho tiempo sin dar síntomas (hay gente hipertensa que no sabe que lo es), así que, cuando se acude al médico, en ocasiones, ya es tarde.
Si no se trata, la hipertensión puede desencadenar enfermedades graves como un infarto de miocardio, una hemorragia o una trombosis cerebral. Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se van endureciendo conforme van soportando la presión arterial alta de manera continuada. Al endurecerse, cada vez se hace más difícil que la sangre pase por ellas. Esto es conocido como arterosclerosis, y es el primer paso para las enfermedades que acabo de citar.

Todo esto puede evitarse con un buen seguimiento y control.
Prevenir la hipertensión puede llegar a ser complicado, ya que no se ha logrado describir todavía ninguna causa específica que la desencadene. Eso sí, hay una serie de factores que suelen estar presentes en la gran mayoría de personas hipertensas. Alguno de estos factores no son modificables:
-                      Herencia: por desgracia, la hipertensión puede ser hereditaria. Si tus padres son hipertensos y/o tus abuelos también lo son, tienes grandes posibilidades de padecerla tú también. Se ha demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o los dos) hipertenso, las posibilidades de desarrollar la enfermedad son el doble que la de las personas cuyos padres no tienen este problema.
-                      Sexo: por lo general, los hombres tienen más predisposición a desarrollar la hipertensión que las mujeres, hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. En esta etapa la probabilidad de sufrirla es la misma en ambos sexos.
Esto es así porque las mujeres en edad fértil segregan estrógenos, una hormona protectora. A esta hormona le han de agradecer el hecho de tener menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Eso sí, cuidado. Si tomáis píldoras anticonceptivas aumentáis vuestro riesgo a padecer hipertensión.
-                      Edad: la presión arterial tiende a aumentar con los años, por los que, lógicamente hay un mayor número de hipertensos de edad avanzada.

Por el contrario, hay otros factores que sí se pueden modificar:
-                      Sobrepeso: está comprobado que, a medida que se aumenta el peso, aumenta la presión arterial. La frecuencia de hipertensión entre la gente obesa es entre 2 y 3 veces superior a la de aquellos cuyo peso es normal. Los últimos estudios apuntan a que la obesidad provoca una serie de alteraciones que serían, en parte, responsables del aumento de la presión arterial. La reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
-                      Sedentarismo: como imaginaréis, este punto esta estrechamente ligado con el anterior. El sedentarismo provoca obesidad, con todo lo que ello conlleva.
-                      Causas hormonales: aquí entran tanto las causas endógenas (problemas hormonales que tengamos de manera natural) como las exógenas. En estas últimas entran tanto la administración de esteroides como la administración de anticonceptivos orales (alrededor del 5% de las mujeres que toman anticonceptivos pueden desarrollar hipertensión).
-                      Drogas y toxinas como el alcohol, la cocaína, ciertos fármacos y la nicotina.

Con respecto a las causas no modificables no podemos hacer nada, pero con el resto sí. Empezad a controlar desde ya vuestra tensión y cambiad algunos hábitos de vida para intentar no desarrollar la enfermedad. Si no estáis del todo convencidos, una advertencia: una vez eres declarado hipertenso, lo eres de por vida. La hipertensión, en la mayoría de los casos no tiene cura, se ha de controlar llevando un tratamiento farmacológico que ayuda a mantener la tensión en los límites sanos. A parte de este tratamiento, todos los médicos aconsejan, como yo acabo de hacer, cambiar ciertos hábitos para controlar mejor la enfermedad: reducir el peso corporal (si se tiene sobrepeso), reducir la ingesta de sal, seguir una dieta rica el ácidos grasos poliinsaturados y pobre en grasas saturadas, reducir el consumo de cafeína, reducir el consumo de alcohol, dejar de fumar (en el caso de los fumadores) y, como no, realizar ejercicio físico.
Sí, bien al contrario de lo que se pensaba antaño, desde hace unos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial, incluyen la recomendación de realizar ejercicio físico entre las medidas no farmacológicas destinadas a disminuir la tensión arterial.
Es recomendable realizar de 30 a 60 minutos de actividad física entre 3 y 5 días a la semana. El ejercicio correcto bien realizado puede llegar a reducir los valores de tensión arterial en personas hipertensas. Alguno de los ejercicios más efectivos a este respecto son:

-                      Bailar: excelente complemento para los tratamientos médicos ya que mejora la capacidad cardiovascular, diminuye los niveles de colesterol y de presión arterial.

-                      Correr: aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), reduce los coágulos en sangre, mantiene el corazón en buen estado, acelera el metabolismo (ayudando a perder volumen) y reduce el riesgo de padecer hipertensión.

-                      Montar en bicicleta: ideal como entrenamiento de resistencia. Fortalece el sistema cardiovascular, el metabolismo y el sistema inmune. Además, tonifica los músculos de las piernas y de la espalda y no se sobrecargar las articulaciones.
En general, cualquier deporte de resistencia ayudará a mejorar los niveles de presión arterial. Aunque la mejora sea mínima, aunque parezca que la presión ha bajado muy poco con el ejercicio, esa pequeña bajada va a hacer que se reduzca el riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares.
Eso sí, si eres hipertenso y vas a comenzar un programa de ejercicio, visita primero a tu médico. Según tu nivel de hipertensión te recomendará comenzar de una manera u otra. Hay que tendrá que comenzar con 15 minutos de caminata para ir aumentando el tiempo de manera progresiva hasta llegar a los 60 minutos. Si eres hipertenso, por favor, no comiences a hacer ejercicio sin consultar con tu médico.

Lo bueno es que no hace falta esperar a que te den cita para visitar a tu médico de cabecera. Hoy en día es muy fácil y cómodo tener un aparato en casa para poder medirte la tensión tú mismo, en caso de tenerla alta, es hora de visitar al médico. Para los que no sepáis leer los datos que aparecen en la pantalla del tensiómetro, os lo comento:
El número más alto que aparece es la tensión sistólica, es decir, la que genera el corazón cuando bombea sangre al resto del cuerpo. El número más bajo es la diástolica, la presión que hay en los vasos sanguíneos entre cada latido del corazón.
La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se clasifica según los valores de la sistólica y la diastólica en:
Normal: menos de 120/80 mmHg.
Prehipertensión: de 120/80 a 139/89 mmHg.
Estadio 1 de hipertensión: 140/90 a 159/99 mmHg.
Estadio 2 de hipertensión: 160/109 a 179/109 mmHg.
Estadio 3 de hipertensión: mayor de 179/109 mmHg.


Como veis, vuestra tensión no es algo que se pueda tomar a la ligera. Haceos un seguimiento periódico, no cuesta nada (no tardaréis más de un minuto es tomaros la tensión) y, como no, llevad una vida sana. Sí, una vez más el estilo de vida saludable se manifiesta como la mejor previsión. Llevad una dieta equilibrada, realizad alguna actividad física a diario y eliminad vicios insanos (tabaco, alcohol…). Vuestro corazón os lo agradecerá. J

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