jueves, 19 de marzo de 2015

AUTOMASAJE PARA ALIVIAR EL DOLOR DE CABEZA


El dolor de cabeza es uno de los más comunes en la sociedad actual. Por supuesto, si va acompañado de fiebre es síntoma de alguna enfermedad. En este caso hay que visitar al médico para que nos recete la medicación oportuna. Lo malo es que, la mayoría de veces, no va acompañado de fiebre ni es síntoma de ninguna enfermedad y, aun así, la gran mayoría de gente decide medicarse para aliviarlo.
Es bien sabido que la automedicación no está nada aconsejada. Nadie tiene la capacidad de saber qué medicina es buena para cada caso, tan sólo los médicos titulados. Puede que lo que te esté causando ese dolor de cabeza hoy no sea lo mismo que te lo causó el mes pasado. Por lo que tomar la misma medicación es un error. Además de que estás introduciendo químicos en tu cuerpo de manera gratuita. Químicos que, además de no ayudarte, pueden hacerte mucho daño.
En el post de hoy os voy a explicar a qué se suelen deber esos dolores de cabeza que nos sacuden de vez en cuando y cómo podemos aliviarlos (o, al menos, intentarlo) sin la necesidad de fármacos, con un sencillo masaje que te puedes dar tú mismo.

Para empezar, debéis de saber que, como he comentado, no todos los dolores de cabeza son síntoma de una enfermedad. Los más frecuentes suelen darse por tensión vascular y/o muscular. Los primeros son provocados por la inflamación y la constricción de los vasos sanguíneos y suelen ir acompañados de una sensación pulsátil o palpitante. Los provocados por una tensión muscular causan un dolor sordo constante, a menudo a ambos lados de la cabeza.
Cualquiera de los dos puede llegar a durar días. De ahí que, con lo molesto que resulta, la mayoría de gente decida automedicarse. Lo dicho, gran error. Debéis de intentar por todos los medios paliar ese dolor sin llegar a los fármacos. Es muy sencillo, simplemente dedícate unos minutos a ti mismo y sigue estos sencillos pasos. Este masaje puede aliviar los dos tipos de dolor de cabeza, puede ayudar a relajar los músculos tensos de manera que los nervios y los vasos sanguíneos reciban menos presión.

1.- Coloca los dedos pulgares en el puente de la nariz, allí donde se une con la frente. Una vez bien colocados, empújalos suavemente hacia adentro durante unos 10 segundos. Hazlo unas 5 veces.
Cuidado, la presión no ha de causarte dolor, no aprietes demasiado. Y, aunque parezca una tontería, cuidado con las uñas. La gente tiende a presionar con la punta de los dedos, con lo que se corre el peligro de acabar clavándose las uñas. Realizad la presión con la yema de los dedos.

2.- Sigue con los pulgares en el mismo sitio, pero esta vez realiza la presión hacia arriba. Mantén la presión unos 10 segundos. Hazlo unas 5 veces.
Al igual que antes, no dejes que la presión te cause dolor y ten cuidado con las uñas.

3.- Masajea la zona de las cejas. Es muy sencillo, con los dedos índice y pulgar de cada mano da suaves pellizcos a tus cejas. Comienza por la zona más ancha, por el puente de la nariz, y ve siguiendo el dibujo de tus cejas hacia el extremo más fino, y, desde ahí, vuelve hacia el puente de la nariz.
Los pellizcos no han de ser muy fuertes ni muy flojos. Has de notar la presión sin que llegue a doler. Realiza el recorrido unas 5 veces o, si lo ves necesario, más.

4.- Masajea las sienes. Coloca las yemas de los dedos índice y corazón de cada mano en su sien. Presiona suavemente hacia adentro y, sin relajar esa presión, realiza movimientos circulares. Realiza este masaje durante unos 20 segundos y relaja la presión unos 5 segundos antes de volver a comenzar. Repite este proceso unas 5 veces.

5.- Estira los músculos del cuello. Asegúrate de tener la espalda bien colocada. Para ello basta con apoyarla completamente en la silla. Sin perder la alineación de la espalda, inclina tu cabeza hacia un lado, como si la quisieses apoyar en el hombro. No intentes llegar al hombro, simplemente inclina la cabeza asegurándote de que no inclinas también la espalda (ésta debe de mantenerse recta). El peso de tu cabeza te proporcionará un estiramiento natural de los músculos del cuello.
Mantén este estiramiento unos 15 segundos y vuelve, suavemente, a tu posición natural (cabeza erguida). Relájate en esta posición unos 10 segundos y repite el estiramiento hacia el otro lado.
Realiza este proceso, estirando de lado a lado con un parón de descanso en el medio, hasta que notes que los músculos de ambos lados del cuello están relajados.
Cuando notes relajados los laterales del cuello, deja caer la barbilla hacia el pecho para estirar la parte posterior. Déjala caer sin forzarla a llegar al pecho. Recuerda, tu espalda ha de mantenerse erguida, no la inclines hacia adelante. Mantén esta posición unos 15 segundos y vuelve, suavemente, a tu posición natural.

6.- Masajea la parte posterior del cuello. Utiliza las yemas de los dedos índice y pulgar de cada mano. Colócalos detrás de tu cabeza, en la base del cráneo, más o menos a un dedo de distancia de tus vértebras. Cuando localices la zona, realiza una suave presión con la yema de los dedos hacia adentro y, sin perder la presión, realiza pequeños círculos.
Realiza este masaje durante unos 10 segundos y, sin perder la presión ni dejar de realizar los círculos desplaza los dedos hacia abajo, sólo unos milímetros. Realiza el masaje en esta zona otros 10 segundos y vuelve a desplazar los dedos unos milímetros hacia abajo sin perder la presión ni dejar de hacer los círculos. Ve repitiendo el proceso hasta que hayas masajeado toda la parte posterior de tu cuello. Cuando llegues a la base, si lo necesitas, vuelve a comenzar desde la base del cráneo.
Si os puedo dar un consejo antes de automasajearos sería que busquéis una ocasión en la que podáis estar relajados, en una habitación de luz tenue e, incluso, con música de relax. Esto ayudará a que vuestros músculos se relajen y el masaje tenga un mayor y mejor efecto. Si os notáis muy tensos también podéis poneros un paño húmedo y caliente en la cara antes de empezar. Los músculos se relajarán mucho más.
También es muy importante tener en cuenta que hay que estar bien hidratado, sobre todo después de un masaje. El agua ayuda a eliminar las toxinas que se liberan con el masaje. Además, si no estás bien hidratado, puedes llegar a notar dolores musculares después de un masaje.


Como veis, son 6 pasos muy sencillos. Sólo tenéis que buscar unos minutos al día y lograréis deshaceros de ese dolor tan molesto. No cuesta tanto como creéis. Sólo tenéis que pensar en vuestra salud, ¿verdad que se merece esos minutos? Dedicádselos, os lo agradecerá. J

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