viernes, 12 de septiembre de 2014

ANTIOXIDANTES Y RADICALES LIBRES. HAY QUE MANTENER EL EQUILIBRIO



Todos hemos oído hablar alguna vez de los radicales libres, y siempre como algo malo para nuestra salud. Sobre todo los asociamos a la radiación solar y sabemos que nos envejecen y pueden provocar algunas enfermedades. Pero ¿sabíais que no son tan malos como nos pensamos?
Y, cómo no, todos sabemos cómo combatir a los radicales libres. Para eso están los antioxidantes. Pero, ¿sabíais que consumir demasiados antioxidantes puede ser contraproducente?
Hoy voy a desmontar dos mitos, el mito de que los radicales libres sólo son perjudiciales y el mito de que consumir muchos antioxidantes nos va a hacer sentir mejor  y va a mantenernos jóvenes más tiempo.
Para empezar, voy a explicar cómo se producen los radicales libres. Todos sabemos que el cuerpo está formado por células y éstas por moléculas. Las moléculas constan de átomos que tienen orbitando a su alrededor protones (con carga positiva) y electrones (con carga negativa). Los electrones pueden combinarse con otros átomos para conseguir una máxima estabilidad.
Cuando se crea un enlace débil (un electrón se queda sin pareja) se forma un radical libre. Los radicales libres son muy inestables por lo que reaccionan con facilidad para encontrar el electrón necesario para lograr su estabilidad. Si roban un electrón a otra molécula, ésta quedará inestable y también se convertirá en radical libre. Así se forma una cadena de radicales libres que va creciendo hasta irrumpir en una célula viva.

Los radicales libres se forman en muchos procesos del cuerpo. Sin embargo existen factores ambientales, como por ejemplo la contaminación, el tabaco, una mala alimentación, etc., que aumentan su número en nuestro cuerpo.
La mejor manera de bloquear los efectos de los radicales libres en nuestro organismo es consumir antioxidantes. Éstos son un grupo de vitaminas, minerales, colorantes naturales y otros compuestos de vegetales y enzimas (sustancias propias de nuestro organismo que intervienen en múltiples procesos metabólicos).
La incapacidad de nuestro cuerpo para neutralizar los radicales libres a los que nos exponemos diariamente nos obliga a recurrir a alimentos con las propiedades antioxidantes necesarias para neutralizarlos. La mayoría se encuentran en alimentos vegetales, por lo que es muy beneficioso que nuestra dieta contenga frutas, verduras, legumbres y hortalizas.

Ahora bien, debido al bombardeo mediático mucha gente ha llegado a pensar que el consumo de antioxidantes va a hacer que vivamos más tiempo y que tardemos más en envejecer. Nada más lejos de la realidad. Los antioxidantes disminuyen el riesgo de sufrir ciertas patologías pero no modifican el deterioro normal que nos lleva a la vejez ni nos hacen vivir más años.

Aún así, los medios de comunicación han idealizado tanto los antioxidantes que mucha gente llega a tomar diariamente suplementos pensando que cuanta más cantidad de estas sustancias consuman mejor se van a sentir. Por supuesto, si el médico os receta este tipo de suplementación para cubrir una deficiencia, habéis de tomarlos. El problema está en la gente que se suplementa con antioxidantes como si fueran la píldora de la eterna juventud o que lo utilizan como revulsivo que mantienen a raya efermedades como el cáncer entre otras dolencias. Estas personas deberían saber que está probado científicamente que los que consumen antioxidantes de forma habitual sin tener ninguna deficiencia, no gozan de mejor salud. De hecho, la ingesta excesiva puede ser contraproducente ya que, como hemos dicho, bloquean el efecto de los radicales libres, pero, está comprobado, éstos no tienen sólo efectos negativos para nuestro organismo.
Hasta hace unos años se pensaba que los radicales libres eran siempre perjudiciales para nuestra salud (promueven enfermedades cardiovasculares, cáncer, alzheimer…). Pero recientemente se ha comprobado que también pueden ser beneficiosos. Pueden tener ciertas funciones valiosas para nuestro organismo como la síntesis de energía y potenciar nuestras defensas.
Así, tomar demasiados antioxidantes va ha hacer que se bloqueen no sólo los efectos perjudiciales de los radicales libres, sino que también se bloquearán los efectos beneficiosos pudiendo llegar a causar graves problemas de salud.



La clave para encontrarnos bien a este respecto es encontrar el equilibrio entre radicales libres y antioxidantes. Evitar un exceso en cualquiera de los dos. Para ello, el mejor consejo que os puedo dar es que no abuséis del tabaco y que llevéis una alimentación variada y equilibrada en la que no falte la fruta, la verdura y las legumbres. Y, cómo no, animaros de nuevo a que acudáis a un buen profesional (nutricionista/endocrino) para que os siga una buena dieta. J

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