martes, 16 de septiembre de 2014

MIEL. ENDULZA TU VIDA DE FORMA SALUDABLE


¿Vosotros qué sois, de azúcar o de sacarina? He aquí una dicotomía más. Sí, igual que si te gusta el fútbol has de ser del R. Madrid o del FC. Barcelona, o en ropa deportiva eres de Niké o de Adidas, o a la hora de elegir una mascota eres de perros o de gatos… Ahora muchos de vosotros estaréis pensando “perdona, pero hay otros equipos de fútbol, yo soy del Villarreal CF:”, o “pues yo me compro Puma y creo que no hay marca mejor”, o “pues para mí la mejor mascota es un hamster”. Os tengo que dar la razón, siempre hay mucho más de donde elegir, pero, por lo general, la gente tiende a simplificar todas las listas, a reducirlas a dos elementos.
Con la manera que tenemos de endulzar nuestros desayunos, nuestros postres y nuestras infusiones pasa exactamente lo mismo. Igual pensáis que sólo hay dos maneras de hacerlo, o con azúcar o con sacarina, pero no es así. Hay otras maneras de endulzarnos la vida, y de entre ellas, una que, además, aporta grandes beneficios para nuestra salud. La miel.

Hoy en día, con el debate azúcar vs. sacarina abierto, mucha gente se encuentra algo perdida a la hora de elegir con qué endulzar el cortado o la infusión. Está claro que el azúcar es muy calórico, y que son calorías vacías, esto es, son calorías que no aportan ningún nutriente a nuestro organismo, calorías que consumimos sin ningún tipo de beneficio. Por otro lado está la sacarina, cero calorías, sí, pero producida de manera poco natural por lo que se está estudiando si puede tener algún tipo de efecto nocivo sobre nuestro organismo. He ahí la duda, ¿qué elegir?

Para mí la respuesta es muy sencilla. Yo prefiero endulzarme las infusiones y postres con miel. Un producto totalmente natural, que, además de estar buenísimo, endulza a la perfección y, sí, vale, es calórico, pero las calorías que nos aportan están llenas de nutrientes y beneficios para nuestro organismos y, por ende, para nuestra salud.
Como lo leéis, la miel es rica en aminoácidos esenciales (aquellos que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizar por sí mismo. Se los hemos de proporcionar a través de la alimentación) y en ácidos orgánicos. Además posee gran cantidad de minerales (azufre, hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio, cobre, manganeso) y vitaminas (C y del grupo B). Como veis la miel es un alimento indispensable para todos los que practicamos deporte, nos sólo nos ayuda a recuperar tras el ejercicio sino que, además, nos ayuda a prevenir calambres por la cantidad de minerales que tiene. Así mismo, su contenido en hierro puede ayudar a prevenir la anemia.
Sí, las propiedades de este dulce alimento han sido estudiadas durante años y son innumerables. De entre los estudios realizados al respecto voy a destacar uno llevado a cabo en la Universidad de Illinois (E.E.U.U.). En este estudio se observó que la miel tiene la misma acción antioxidante que las frutas y las verduras. Así, ayuda a reducir el colesterol y, por lo tanto, ayuda a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

También está totalmente probado que es antiséptica y bactericida, ya que entre sus componentes nutritivos destacan las inhibinas, unas sustancias que tienen la capacidad de luchar contra las bacterias y los microorganismos patógenos de nuestro organismo. Eso sí, hay que tener en cuenta que, en caso de una infección grave, no sustituye a los antibióticos.
Por supuesto, he de comentaros que tiene propiedades diuréticas y laxantes, suaves pero eficaces. Por lo que, si retenéis líquidos o tenéis problemas para ir al baño, la miel puede ser una gran aliada.
Estos son sólo unas pocas de las propiedades que posee la miel, para mí las más destacables. Si, aun así, no acabáis de convenceros, os comentaré que la miel contiene mucha más agua que el azúcar, por lo que, a la misma cantidad consumida de uno y otro producto, la miel tiene menos calorías que el azúcar. 

Eso sí, puede haber gente que esté pensando “mi problema es que no me gusta la miel”. Pues sí, la verdad es que es un problema, y contra eso poco se puede hacer. Lo único que os puedo aconsejar es que probéis a echar miel, pero poca. Media cucharadita de café es más que suficiente para endulzar una infusión o un vaso de leche, unas gotas son suficientes para hacer una buena vinagreta para aliñar ensaladas… Al ser un alimento tan dulce no hace falta mucho. Pero piensa que, por poco que tomes, vas a notar todos los beneficios.
Otra duda que puede surgir es “pero es que en las cafeterías no sirven miel”. Sinceramente, creo que si en las cafeterías no la ofrecen cuando pedimos infusiones, cortados, cafés, etc., es porque nadie la pide. Si nos acostumbrásemos a pedirla, seguro que la ofrecerían.



Yo lo tengo muy claro. Si, además de estar tan buena como está, me ayuda a recuperarme después de hacer ejercicio, me ayuda a mantener el corazón sano y mi sistema inmunológico fuerte, teniendo la cantidad de vitaminas y minerales que tiene y si me ayuda a combatir enfermedades… Yo, entre azúcar y sacarina, escojo la miel. J

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