Septiembre, ese mes en el que se
acaba el verano. Se acaba a finales, pero la gente se empeña en entrar en el
otoño el mismo día 1. Las playas se quedan vacías, poco a poco se van cerrando
las piscinas municipales, se van abriendo los colegios e institutos y la gente
vuelve a su estrés diario.
Con el cierre de las piscinas y
el abandono de las playas, muchos dejan de lado una gran práctica, dejan de
nadar hasta que se declara oficialmente abierta la temporada estival siguiente.
Pensadlo un poco. ¿Cuántos largos habéis hecho este año en la piscina de
vuestra localidad? Los que habéis veraneado en la costa, ¿cuántas veces habéis
ido hasta la boya más cercana y habéis vuelto? Sinceramente, ¿no os encontrabais
mejor conforme acababais de nadar? Entonces, la pregunta es: ¿por qué dejarlo
cuando acaba el verano?
Todo el mundo va tomando
consciencia poco a poco de lo importante que es realizar algún tipo de
actividad física para la salud. Así, podemos ver cada vez más gente apuntándose
a gimnasios, corriendo, saliendo en bicicleta… Pero, no sé por qué, mucha gente
todavía deja de lado una actividad tan completa como la natación conforme acaba el
verano. No, no lo hagáis. Aprovechad que cada vez hay más piscinas climatizadas,
apuntaos a una y continuad con esta actividad. Sus beneficios son muy numerosos. Eso sí, sólo los notaremos si nadamos bien. Nadar tiene una técnica, una técnica que mal utilizada puede llegar a lesionarnos,
como cualquier otra. Aquí es cuando tengo que hablar del tabú de los cursos de
natación.
No sé por qué, cuando se habla
de cursos de natación, la mayoría de gente piensa en niños con sus tablas y sus
patatas chapoteando en la piscina. Muchos piensan que tras la infancia ya es
tarde para aprender a nadar. Craso error, amigos. Nunca es tarde para comenzar
a realizar algún tipo de actividad. Todo el mundo puede aprender a nadar, para
eso están los cursos de adultos, igual que los hay de niños y de bebés. Si no domináis bien la técnica de nado, por
favor, apuntaos a un curso, no sólo lo pasaréis en grande aprendiendo una
gran actividad, sino que, además, no tardaréis en notar sus beneficios.
Nadar es un ejercicio muy completo. Digamos que es como si se juntasen varias
actividades en una sola: nos proporciona los beneficios cardiovasculares
típicos de la carrera continua, nos ayuda a tonificar determinados grupos
musculares como si hiciésemos pesas y potencia nuestra resistencia física como
el aeróbic y la danza.
Por otro lado, también está
comprobado que el nadar ayuda a mantener
flexibles las articulaciones del cuello, los hombros y la pelvis. Y,
además, es muy bueno para nuestra salud mental, ya que hace que nos olvidemos
de las tensiones que sufrimos a diario, el medio acuático ayuda a relajar la
musculatura, por lo que nos ayuda a evitar ciertas contracturas y, cómo no,
hace que segreguemos endorfinas (la hormona de la felicidad).
También es muy beneficioso para mejorar la circulación sanguínea, ya
que la posición en la que nos movemos al nadar (horizontal) ayuda al retorno
venoso.
Para todas aquellas personas con
sobrepeso, que necesitan perder peso y volumen pero que no pueden salir a
caminar y/o correr porque les duelen las rodillas, la natación es una muy buena
opción. Primero, se eliminan los
impactos que suelen sufrir nuestras articulaciones al trabajar en tierra firme,
por lo que ni tobillos, ni rodillas ni caderas sufren. Segundo, el peso de nuestro cuerpo en el medio
acuático disminuye considerablemente, por lo que nos podemos mover con
mayor comodidad y sin notar ningún esfuerzo excesivo (aunque sí lo realizamos).
Tercero, el ir mejorando y aumentando la intensidad de los entrenamientos (poco
a poco) hace que se quemen más calorías
por lo que va disminuyendo ese peso y ese volumen que sobra. Cuarto, como ya he
comentado tonifica los músculos, por
lo que evitaremos la flacidez conforme vayamos perdiendo volumen.
También he de hablar de nuestros
mayores, aquellos que no quieren ni oír hablar de los cursos de natación por
miedo a hacer el ridículo. Os he de comentar que, además de manteneros en buena
forma física, la natación os va a ayudar a mejorar
la coordinación motora, lo que va a reducir considerablemente el riesgo a
sufrir caídas. Por otro lado, está comprobado que el ejercicio físico ayuda a prevenir el cáncer de cólon y a mantener la
mente despierta.
Todo esto unido a los beneficios sociológicos que tiene el
hecho de realizar ejercicio con otras personas.
¿Qué más le podemos pedir a un
deporte? Aprovechad ahora que se abren los plazos de preinscripción para las
piscinas cubiertas, apuntaos. No tengáis vergüenza de que os vean en bañador y
con gorro (vale, lo del gorro tendría que estar penalizado por ley, pero la
higiene es lo primero), todos vestimos igual en las piscinas. Confiad en el
instructor, veréis como poco a poco, día a día, semana a semana os vais
encontrando mejor, más ágiles, más fuertes, más jóvenes. J
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