viernes, 2 de enero de 2015

CONSEJOS PARA COMENZAR EN EL GIMNASIO CON BUEN PIE




Si de algo nos llena el comienzo de un año nuevo es de determinación. Todos nos sentimos como si todo comenzase de nuevo y, de repente, nos sentimos dispuestos a darlo todo por conseguir aquello que tanto deseamos: nuestros propósitos de año nuevo. Sí esa lista de "cosas a hacer" que hacemos cada año y de la que, la gran mayoría no logra ni la mitad.
 
Hoy voy a hablaros del propósito que, si no en cabeza, está en los primeros puestos de la lista de la gran mayoría de gente: "voy a apuntarme al gimnasio".

Os voy a ser sincera, me encanta que la gente decida ponerse en forma, porque, aunque muchos lo hacen por estética, sin darse cuenta se están regalando salud. Y, sí, me encanta ver colas de gente que se quiere apuntar al gimnasio, la sala de pesas y las clases llenas... Lo malo es que todo esto dura muy poco. Ese gran entusiasmo que nos mueve durante los primeros días del año desaparece pronto, y en muy pocos días, la mayoría de gente comienza a buscar excusas para no acudir a su cita diaria con el ejercicio: el frío, la falta de tiempo...

Mucha gente comienza a buscar este tipo de excusas cuando aparecen las primeras agujetas (muchos no se creen que las agujetas puedan llegar a ser tan molestas hasta que las sufren), otros deciden rendirse cuando, al cabo de un mes, no ven el físico que esperaban ver en el espejo, otros porque se aburren. Sea como fuere, deciden coger el camino equivocado, dejar el gimnasio.

Ya que intento promover la vida saludable y la actividad física es uno de los pilares para lograr llevar este tipo vida, voy a daros unos pequeños consejos para que, este año, llevéis a buen término este propósito.

El primero y, para mí, el más importante, sería que os fijaseis un objetivo a largo plazo. Pensad en los cambios que queréis que se produzcan en vuestro cuerpo: pérdida de volumen, tonificación, musculación... Lo que ha hecho que "apuntarme al gimnasio" sea uno de tus objetivos para este año.


Una vez tengáis esos objetivos claros, os voy a decir algo que a muchos no os va a gustar, pero que es totalmente cierto: es imposible lograr ninguno de esos objetivos en un mes.Sí, como lo leéis. Todos esos objetivos necesitan de un tiempo para que nuestro cuerpo se adapte y, una vez adaptado, comenzará, poco a poco, a reaccionar ante el ejercicio. Y no, con "un tiempo" no me refiero a un mes.

Así que os propongo que cambiéis el "me gustaría estar así para la boda de Fulatino en Marzo" por un "me gustaría llegar a estar así y quedarme así siempre". Lo primero siempre ha de ser la mentalidad. Eso es lo más importante, el resto llega solo.

Una vez tengáis vuestros objetivos claros y os mentalicéis de que lograrlos no va a ser cuestión de unas semanas, tenéis que buscar un buen gimnasio. Lo mejor que podéis hacer es buscar un gimnasio que os convenga, no sólo económicamente (que no sea muy caro, que tenga buenas ofertas...), sino que, además, esté cerca de vuestra casa o de vuestro trabajo. El hecho de tenerlo cerca hará que no suponga un esfuerzo extra el desplazarse hasta allí cada día.

Por supuesto también tenéis que tener en cuenta los horarios de apertura y cierre, y los horarios a los que podéis asistir. Si sólo podéis asistir a medio día y el gimnasio más cercano y con las mejores ofertas cierra durante ese horario o no oferta las actividades que buscáis, tendréis que buscar otro.

Cuando vayáis a pedir información, informad de vuestros objetivos y de si tenéis pensado trabajar sólo en la sala de pesas, hacer sólo actividades colectivas o intercalar unos días de actividades con otros de pesas. Con la información que os den, haceos un planning semanal. Un planning en el que cada día habrá una hora reservada al gimnasio (la hora que más os convenga). Una hora que ha de ser intocable. Obligaos a no dejar que nada ni nadie os toque esa hora durante el primer mes y veréis como, a partir de ahí, no os supondrá ningún esfuerzo.

Llegados a este punto, una vez entráis por primera vez en el gimnasio, relajaos. No es tan difícil como parece y no hay que ser un experto para hacer nada. Sólo tenéis que perder el miedo a preguntar.

Si empezáis en la sala de pesas, buscad al monitor. Si no lo encontráis, no empecéis por vuestra cuenta. Preguntad, seguro que alguien os sabrá decir por dónde anda. Seguro que os cruzaréis con socios que, por el mero hecho de llevar entrenando años, se crean en condiciones de aconsejaos lo que tenéis que hacer. No les hagáis caso. Llevan muchos años entrenando, sí, pero sólo se entrenan a sí mismos, nunca han entrenado a personas que puedan tener unas necesidades distintas. Además, con el tiempo, se pierde la noción del peso, y lo que para ellos puede ser una mancuerna de poco peso, a vosotros os puede suponer una lesión el primer día de gimnasio por manejar demasiado peso.

Lo dicho, buscar al monitor de sala. Contadle que es vuestro primer día y cuáles son vuestros objetivos. Y, sobre todo, contadle si tenéis algún tipo de patología o lesión. El monitor os dirá qué tenéis que hacer, qué peso tenéis que mover en cada ejercicio y cómo lo tenéis que hacer para notar el trabajo donde lo tenéis que notar y no empeorar las lesiones/patologías que pudiéseis tener.

También es el monitor el que os ha de corregir la técnica de ejecución. Si algún socio veterano se acerca y os corrige un ejercicio, no le hagáis caso a ciegas. Muchos de los que llevan tiempo entrenando tienen vicios adquiridos muy difíciles de corregir y creen que si no trabajas exactamente como ellos no lo estás haciendo bien. Si esto os pasase, acudid al monitor de sala para que os mire la ejecución, a ver si es verdad que la tenéis que corregir.

Lo dicho, el cuerpo necesita un periodo de adaptación, así que tenéis que empezar a trabajar con poco peso. Seguro que el primer día pensaréis "podría mover mucho más peso", pero no lo hagáis. Quedaos con el peso que os indique el monitor. No os fijéis en el peso que mueven los veteranos ni os sintáis ridículos por mover mucho menos que ellos. Pensad que todos ellos también tuvieron que comenzar en el gimnasio y todos empezaron con los pesos con los que empecéis vosotros. Creedme, mover demasiado peso antes de tiempo puede provocaros lesiones muy graves.

En resumen, en la sala de pesas es el monitor el que tiene los conocimientos para hacer que podáis lograr vuestros objetivos. Hacedle caso y, poco a poco, con paciencia y perseverancia lograréis ver los cambios que deseáis.

Si, por el contrario, preferís hacer actividades colectivas, el primer consejo que os voy a dar es que hagáis un planning variado. No busquéis sólo una clase. Hay gente que busca única y exclusivamente la clase de moda. Pensad que, si hacéis todos los días lo mismo, vuestro cuerpo se acostumbrará enseguida y no reaccionará como esperáis. Probad todos los tipos de actividades que ofrezca el gimnasio. Igual os sorprendéis y la que buscabais por estar de moda es la que menos os gusta de todas.

Haceos una idea de cada actividad y haceos un planning desechando aquellas que no os hayan gustado nada. Veréis como, dándole variedad a vuestras actividades, vuestro cuerpo reaccionará mejor y las semanas os pasarán volando porque lo pasaréis en grande.

Eso sí, vuestro primer día hablad con el instructor. Comentadle que es vuestro primer día y, sobre todo, si tenéis algún tipo de lesión y/o patología. Dependiendo de vuestra situación el instructor os dará unas opciones para que podáis realizar la clase notando todos los beneficios de la actividad sin acrecentar las molestias de esas posibles patologías.

Algo muy común y que hace que mucha gente se niegue a probar las clases, o que abandone demasiado pronto, es pensar que "todo el mundo me está mirando". No. Eso no es así. Perded esa vergüenza porque sólo el instructor os va a mirar durante la clase. Algo natural, ya que es él el que tiene que guiaros y enseñaros la actividad. Pero el resto de socios, ni miran ni se ríen de los demás. Tened en cuenta que todos los que entran en la sala de actividades han pasado por esos primeros días de sentirse patos al lado de los demás.

Tenéis que intentar entrar en la sala de actividades con el objetivo de disfrutar de la música y divertiros con la gente que entra. Os sorprenderéis de lo poco que tardáis en moveros como los que llevan más tiempo. Veréis como, así los resultados llegan solos.

Como veis, no es difícil llevar a buen término vuestro propósito de año nuevo, sólo tenéis que ser pacientes, ser constantes y disfrutar de esa hora de gimnasio que, pronto os daréis cuenta, es una hora que os hará sentir cada vez mejor. Os propongo una última cosa: cambiad una palabra del objetivo que os habéis propuesto. Transformad el "voy a apuntarme a gimnasio" por "voy a IR al gimnasio". No hay mejor propósito que invertir una hora al día en la salud de uno mismo, así que, ¿a qué esperáis? ¡Empezad ya! J

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