Estoy segura de que muchos de
vosotros veis a diario esos balones enormes ordenados por tamaño en vuestro
gimnasio. Sí, los veis, tenéis la tentación de coger uno para sentaros encima
(algunos lo hacéis), pero los dejáis en su sitio porque “eso es para Pilates”.
Ese gran balón es el fitball
o balón suizo. Tenéis razón en
una cosa, de todos los elementos que se utilizan en Pilates, éste es el más
conocido. Se puede utilizar tanto de superficie de apoyo como de elemento a
desplazar. Como elemento a desplazar es de gran ayuda para la gente que
comienza a realizar Pilates y para los que tienen algún tipo de limitación por
culpa de lesiones, vicios posturales…
Usado como superficie de apoyo,
es de gran ayuda no sólo para mejorar nuestro equilibrio y la posición de
nuestro cuerpo, además es una gran
herramienta para aumentar la fuerza de nuestro abdomen.
Un balón es una superficie muy
inestable. Así, si apoyamos alguna parte de nuestro cuerpo en él, todos
nuestros músculos estabilizadores han de trabajar para lograr una buena
estabilidad y no caerse y/o hacerse daño. Sólo cuando nuestro cuerpo está en la
posición correcta notamos que el balón deja de balancearse. Para lograr esta
posición, todos los músculos
estabilizadores de nuestra columna se ponen en funcionamiento. Si tenemos
en cuenta que, de entre estos músculos,
el más importante es el abdomen, veremos que el fitball es una gran herramienta para tonificar esta zona de nuestro
cuerpo.
El gran error que comete la gran
mayoría de gente es pensar que los fitball
están sólo para gastarse en la clase de Pilates. En la mayoría de gimnasios no
es así. Preguntad al dueño o gerente de vuestro gimnasio si podéis coger uno.
Si la respuesta es que sí, os animo a que incorporéis, aunque sea, alguno de
los ejercicios que os propongo hoy a vuestra rutina de entrenamientos.
En caso de que no se os dejen utilizar los fitball de vuestro
gimnasio, sería muy bueno que os compraseis uno (son muy fáciles de conseguir)
y practicaseis alguno de estos ejercicios en casa una o dos veces por semana.
Si podéis utilizar los del
gimnasio y, además, tenéis la suerte de coincidir con el profesor de Pilates,
pedidle que os ayude el primer día. Nadie mejor que un profesor de Pilates para
deciros cómo ha de estar alineado vuestro cuerpo.
Si no coincidís con el profesor
de Pilates, o si vais a hacerlos en casa, aseguraos de trabajar al lado de un
espejo, donde os podáis ver ladeando ligeramente la cabeza. Es muy importante que la posición de vuestra
espalda sea la correcta para no haceros daño.
Así que aquí os dejo 4 ejercicios
abdominales con fitball para que retéis a vuestro abdomen:
1.- EXTENSIONES ABDOMINALES
Nos colocamos de rodillas en el
suelo, con las rodillas a la anchura de nuestras caderas. Colocamos el fitball delante de nosotros y apoyamos
el talón de nuestras manos, no en la parte más alta del fitball, sino en la curvatura del balón.
Presionando suavemente con el
talón de las manos, hacemos rodar el fitball
hacia adelante. Cuando notemos que la presión del abdomen es suficiente,
detendremos el movimiento y volveremos a la posición inicial haciendo rodar el
balón hacia atrás utilizando el talón de nuestras manos.
Es muy importante que nos fijemos en nuestra espalda a la hora de realizar este ejercicio
(por eso os he pedido que trabajéis al lado de un espejo). El abdomen ha de
estar bien contraído durante todo el movimiento. Si al realizar la extensión o
al volver a la posición inicial, dejamos de apretar el abdomen, la cadera caerá
y se pronunciará demasiado nuestra curvatura lumbar, por lo que esta zona
sufrirá muchísimo y podemos provocar lesiones.
No intentéis llegar más lejos de lo que vuestro abdomen os permita, o sucederá lo mismo. Haced el
movimiento lento, controlad el ritmo y sabréis exactamente cuándo tenéis que
parar la extensión y volver a la posición de inicio.
Exhalad
mientras realizáis la extensión os ayudará a contraer mejor el abdomen. Inhalad mientras volvéis a la posición
inicial.
2.- ROTACIONES DE TRONCO
Para realizar este ejercicio nos
colocaremos con los pies en el suelo, han de estar paralelos entre sí y
separados a la anchura de las caderas, y la parte media y baja de la espalda la
apoyaremos sobre el fitball. Si os
colocáis correctamente notaréis cómo el abdomen se activa.
Es muy importante que la cadera
se mantenga alineada con las rodillas y que no extendáis la espalda. Es decir,
no hagáis que vuestros hombros se apoyen en el fitball. Sobre el fitball
se ha de apoyar desde la punta baja de las escápulas hasta las lumbares (nuestra
espalda estará cómoda, ya que el balón ayuda a mantener la curvatura natural de
nuestras lumbares). Contraemos bien el abdomen para que nuestros hombros se
queden en el aire, de manera que podamos ver una línea recta entre nuestros
hombros y pecho y nuestra cadera.
Desde esta posición, colocamos
las manos por detrás de las orejas y, sin adelantar los codos, rotamos el pecho
hacia un lado exhalando, volvemos a
la posición de inicio inhalando y
repetimos lo mismo hacia el otro lado.
Es muy importante que realicéis
el ejercicio sin prisas. Controlad vuestra posición y no la perdáis. No bajéis
la cadera ni los hombros. No dejéis que vuestro codo pase por delante de la
línea de vuestras orejas. Si, como hacen muchos, intentáis rotar más de lo que os permite vuestro abdomen, notaréis que perdéis la estabilidad. No intentéis hacer movimientos largos. El rango de movimiento de los músculos abdominales es corto.
Si ya domináis este ejercicio,
os propongo una variante más exigente: en lugar de apoyar la parte media y baja
de la espalda en el fitball, apoyad
las escápulas y dejad el resto de espalda en el aire. Al igual que antes, los
pies han de estar a la anchura de las caderas, bien apoyados en el suelo, y la
cadera se ha de mantener alineada con las rodillas. Si relajáis el abdomen en
esta posición, las caderas bajarán y vuestros lumbares sufrirán mucho.
Si todavía queréis darle más
intensidad al ejercicio, hay quien lo realiza cogiendo peso con las dos manos.
Si lo queréis probar aguantad el peso con los brazos totalmente extendidos y
aseguraos de que ese peso está en todo momento a la altura vuestro esternón
(centro de vuestro pecho). Mucha gente quiere hacer un movimiento demasiado
amplio y, en lugar de mover el peso con el abdomen lo mueve con los brazos. Si
mantenéis el peso alineado con vuestro esternón, sabréis que lo estáis moviendo
con el abdomen.
3.- PLANCHA
Hace un tiempo os conté los
beneficios de este ejercicio sobre nuestro abdomen y cómo nos ayuda a corregir
nuestra posición corporal.
Si realizar la plancha de
Pilates ya no supone un reto para vosotros, intentad realizarla apoyando
vuestros pies sobre un fitball.
Notaréis una gran diferencia.
Para empezar a realizar este
ejercicio con fitball, apoyad las
manos en el suelo, justo debajo de vuestros hombros y apoyad el empeine de los
pies (parte alta del pie) en la parte alta del fitball.
A igual que cuando realizamos el
ejercicio en el suelo, hemos de mantener una línea perfecta entre nuestra
cabeza y nuestros pies. No levantéis la barbilla ni dejéis caer la cabeza.
Mantened la mirada en vuestras manos, de lo contrario le daréis demasiada
tensión a vuestra zona cervical y podéis provocaros lesiones graves en esta
zona. Tampoco dejéis que vuestra cadera caiga. Contraed bien el abdomen y
mantened vuestra cadera alineada con las rodillas y los hombros.
No intentéis estar demasiado
tiempo en esta posición, no forcéis. Si notáis que os duele la zona lumbar
parad. Esto querrá decir que vuestro abdomen no puede continuar con el
ejercicio. Cronometrad cuántos segundos estáis en la posición correcta. Veréis
como, semana a semana, podéis un poco más.
4.- RODILLAS AL PECHO
Cuando dominéis por completo la
plancha sobre el fitball, os propongo
una variante que supone un gran reto para el abdominal. Ahora, cuidado. Este
ejercicio es de un nivel avanzado. No
intentéis realizarlo si no domináis bien la plancha sobre fitball.
Para realizar este ejercicio
partimos de la posición de plancha (manos en el suelo a la anchura de los
hombros y empeines de los pies apoyados sobre el fitball). Desde esta posición, con los empeines de nuestros pies,
haremos que el balón ruede hacia delante, acercando las rodillas hacia el pecho.
Hemos de intentar que la cadera suba lo menos posible de la posición en la que
está. Cuando no podamos rodar el balón más, volveremos a la posición inicial.
Como en los demás ejercicios,
trabajad lento. Aseguraos la posición de vuestra espalda es la correcta. Cuando
volváis a la posición de inicio, el abdomen ha de seguir bien contraído para
que la cadera no caiga por debajo de la línea del cuerpo.
Exhalad
sin prisas mientras lleváis las rodillas hacia el pecho, e inhalad mientras volvéis a la posición de apoyo.
Aquí tenéis cuatro grandes
ejercicios con fitball que van a
suponer todo un reto para vuestra zona media. Hay muchos más, ya os los iré explicando. Si añadís alguno de ellos a
vuestra rutina de entrenamiento abdominal notaréis la diferencia en poco
tiempo. Intentadlo y me contáis. J
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